Javier vivió y murió por Sinaloa. Javier vivió y murió por México. Javier vivió dando la voz a las víctimas de la violencia, a las madres y padres con hijos desaparecidos, a las mujeres y niños abandonados en su soledad después de que sus esposos y sus padres habían sido “levantados”. Javier entregó su tiempo y su alma por los desplazados de la violencia, que como ríos trágicos bajaban de la sierra para recibir, cuando mucho, migajas del gobierno.
Sinaloa/Ciudad de México 15 de junio (SinEmbargo).- Este es un día histórico para Sinaloa. Y es un día histórico para México.
Hoy se cumple un mes del asesinato de nuestro compañero Javier Valdez Cárdenas, un hombre, un periodista que vivió para cambiar un país que consideraba no merecíamos los mexicanos.
Lo hizo desde su juventud en diversas trincheras. Y lo hizo desde el periodismo, este oficio asediado ahora por las hordas criminales cobijadas por los gobiernos en Sinaloa, pero también en otras entidades donde han sido asesinados periodistas, y por el gobierno federal.
No puede explicarse el crimen de Javier, de ese bato que vive ahora en nosotros y en muchos mexicanos, sin ese contexto de impunidad en el que alguien decide quitarle la vida a un periodista bajo la premisa de que no va a ser castigado.
Javier vivió y murió por Sinaloa. Javier vivió y murió por México. Javier vivió dando la voz a las víctimas de la violencia, a las madres y padres con hijos desaparecidos, a las mujeres y niños abandonados en su soledad después de que sus esposos y sus padres habían sido “levantados”. Javier entregó su tiempo y su alma por los desplazados de la violencia, que como ríos trágicos bajaban de la sierra para recibir, cuando mucho, migajas del gobierno.
Por eso no debemos dejar solo a Javier en esta partida dolorosa y condenable, como lo fueron los cientos de casos y de historias que escribió para hacer conciencia en nosotros que debíamos cambiar este infierno en que vivimos. Y debemos exigir justicia como lo estamos haciendo ahora en estas calles y en esta explanada, convocando a todos los sectores de la sociedad como lo hemos hecho, porque no hay familia que no haya padecido en Sinaloa el manotazo de la violencia.
No hay seguridad para nadie. Ninguna familia, ningún ciudadano, ningún comercio, ningún empresario, ningún periodista, está exento ahora de sufrir un acto de violencia. Pero aquí nos tocó vivir y aquí vamos a seguir viviendo. Y ya es hora de que las autoridades sepan que la sociedad no está dispuesta a poner los muertos mientras que ellos siguen viendo la administración pública como un gran negocio que genera nuevos ricos sexenales o cada tres años en los municipios.
Por eso estamos aquí, expresando nuestro repudio a la violencia, nuestra exigencia de un Sinaloa y un México donde haya paz; por eso venimos a gritar JUSTICIA ante el abominable asesinato de nuestro compañero Javier Valdez, pero también JUSTICIA por los crímenes de los tres maestros acribillados en Concordia el 4 de mayo pasado; Y por el cobarde asesinato del abogado Miguel Ángel Sánchez Morán, el 12 de mayo. Y por el crimen del director de la clínica del ISSSTE en Mazatlán, Miguel Ángel Camacho Zamudio, cuando llegaba a su trabajo. Y protestamos también por el asesinato del empresario Ruay Alberto Díaz, apenas hace cinco días.
¿Qué más ocupa el Gobernador Quirino Ordaz Coppel para voltear a ver la realidad en la que él vive y nosotros morimos todos los días? ¿Qué necesita para entender que no está atendiendo la exigencia más sentida de los sinaloenses, que es la seguridad?
No aceptamos y, por el contrario, repudiamos su respuesta en el sentido de que “la violencia es histórica en Sinaloa”. También la corrupción es histórica, gobernador; y también las complicidades de los gobiernos con el crimen organizado. Y no por eso debemos resignarnos a que estos lastres sigan arrojando muertos todos los días en nuestras calles y nuestras plazas y sigan amenazando nuestra seguridad y la de nuestros hijos.
No merecemos este Sinaloa y no merecemos este país. Ya estamos hartos, y le toca a usted, ahora y aquí, tomar medidas para que nuestra entidad retome el camino de la paz, una paz con justicia, una paz con libertad para trabajar honradamente, una paz donde el periodista, el abogado, el maestro, el empresario, los jóvenes, los estudiantes, los artistas, todos los hombres y mujeres de bien, puedan vivir sin el temor de caer acribillados hasta como víctimas inocentes en el fuego cruzado de las bandas criminales, como ha ocurrido recientemente en Mocorito y Navolato.
Va empezando su gobierno y tiene tiempo de rectificar sus estrategias contra la violencia, si es que las tiene. No puede, gobernador seguir sentado viendo cómo pasan los muertos por su casa.
Por eso estamos aquí, para demandarle JUSTICIA.
Y no vamos a ceder.
Por ello exigimos:
1.- Que, de una buena vez, las fiscalías, la estatal y la federal, decidan quién asume el caso de Javier Valdez. Porque no queremos que se diluya la responsabilidad ante el reclamo de que el crimen sea castigado y los autores materiales e intelectuales sean llevados a juicio.
2.- Que de inmediato den a conocer a la opinión pública los avances en las investigaciones del crimen y que consisten en:
- El establecimiento del móvil del homicidio y las líneas de investigación correspondientes.
- La identificación de los presuntos autores materiales e intelectuales del asesinato.
- La imposición de medidas cautelares a los presuntos responsables, con el fin de asegurar que no se sustraerán de la acción de la justicia y que no se obstaculizará el proceso.
3.- Que el gobierno del estado se comprometa a sumarse a los mecanismos de protección para proteger el trabajo de los periodistas y garantizar la libertad de expresión, con objetivos claros y cuantificables.
4.- Que el gobierno se comprometa a rectificar sus “estrategias” de seguridad a la menor brevedad, diseñando nuevos esquemas, dado el fracaso de las que se han implementado hasta ahora.
5.- Que se entregue de forma inmediata un diagnóstico claro y preciso de las condiciones de todo el sistema de cámaras de seguridad del estado y las medidas que se han tomado al respecto.
6.- Que se establezca un esquema de prevención inmediato que impida que transiten impunemente vehículos con civiles armados en zonas urbanas y rurales de toda la entidad.
Nunca como ahora la sociedad se había sentido tan agraviada y había estado tan indefensa. Por eso estamos aquí. Y nunca como ahora los sinaloenses estamos unidos y dispuestos a vigilar cada acción de su gobierno para medir los resultados en las áreas de seguridad pública y respeto a los derechos humanos.
No dejaremos de exigir JUSTICIA. Y seguiremos demandando que este reino de impunidad acabe para siempre.
¡Justicia para Javier Valdez, Justicia para Javier Valdez, Justicia para Javier Valdez!
