La Marcha por la Dignidad de los Desaparecidos también mostró otra cara del dolor: el de las hijas y los hijos que buscan a sus madres. “Estoy aquí, recordándote, mamita, que sigo buscando. ¡Madre mía, tu hija está en lucha!”, gritó con la voz entrecortada Brenda Muñoz Rodríguez, hija de Luisa María Rodríguez, desaparecida desde el año 2017.
Ciudad de México, (10 de mayo).- La Marcha por la Dignidad también mostró otra cara del dolor. Entre las decenas de mujeres vestidas de blanco, con las fotografías de sus hijos estampadas en el pecho como grito persistente de búsqueda, caminaron también otras dolientes este 10 de mayo: las hijas y los hijos de mujeres desaparecidas. Este Día de las Madres no llevan flores ni canciones, sino pancartas. No tienen a quién abrazar, pero sí una causa por la que gritar.
Dana tiene apenas 14 años. A su corta edad, ha crecido entre la lucha, la incertidumbre y la negligencia institucional. Busca a su madre, Pamela Portillo Hernández, desaparecida en Chihuahua en 2010, cuando Dana tenía solo 10 meses de vida. Este año, viajó desde el norte del país hasta la Ciudad de México, acompañada de su abuela, para unirse a la marcha.
“Aprendimos a buscar en las sombras, en los arcos y en la indiferencia”, dijo Dana con voz firme frente a decenas de madres que la escuchaban con respeto.

Historias como la suya se repiten entre quienes deberían estar celebrando, pero están buscando. Son hijas de madres ausentes que crecieron con el dolor como herencia. Tienen distintas edades, pero una misma determinación: seguir buscando.
“Estoy aquí, recordándote, mamita, que sigo buscando. ¡Madre mía, tu hija está en lucha!”, gritó con la voz entrecortada Brenda Muñoz Rodríguez, hija de Luisa María Rodríguez González, desaparecida el 4 de enero de 2017.
No hay tregua ni olvido. En la Ciudad de México, este 10 de mayo, las hijas gritaron por las madres que no están. Con pancartas, con lágrimas, con dignidad. Con un mensaje que no se cansa de repetirse: vivas se las llevaron, vivas las queremos.
Las madres de hijos e hijas desaparecidas lanzaron, una vez más, un grito de dolor en una marcha que partió del Monumento a la Madre y avanzó hasta el Ángel de la Independencia, donde emitieron sus posicionamientos. Ahí, en medio del llanto y la súplica, exigieron ser escuchadas. Clamaron por solidaridad verdadera, por la devolución de sus seres queridos, por atención real. Sin revictimización. Ahí, entre el sol y otros momentos nublados, estaban las madres, hijas, hermanas e hijos, formando un grupo unido por un dolor que comparten.
“Ya dejemos de querer tapar el sol con un dedo y de hacer creer que no pasa nada cuando pasa todo. Necesitamos empezar por reconocer que tenemos una crisis de desaparecidos en el país. Que realmente necesitamos sumar desde todos los niveles del Estado. No esperemos a que en Jalisco y en todo el territorio mexicano tengamos un desaparecido en nuestra familia. Necesitamos memoria, que no se nos olviden todos nuestros desaparecidos. Hay que llegar a la justicia y la verdad, y para eso necesitamos no sólo a las familias, sino también a toda la sociedad civil, porque nuestros desaparecidos son de todos”, reclamaron las madres durante la marcha.
También cuestionaron directamente al Gobierno y a las autoridades, incluidos senadores que se han atrevido a negar la existencia de la desaparición forzada en México. Una de esas voces fue la de Inocencia González González, quien busca a su hija Cynthia González, desaparecida el 30 de enero de 2024 tras ser detenida por la Policía Estatal de Veracruz.
“No digan que somos una simulación, que esto es un montaje, Noroña. Voltéanos a ver. Somos madres reales, estamos buscando a nuestros hijos, hijos que hoy no están en casa, hijos que hoy, este 10 de mayo, no están con sus madres. Tenemos un gobierno que no escucha, un gobierno demagogo que sigue fingiendo que no pasa nada”, denunció la mujer.






