Trump metió la nariz a Canadá, y los votantes prefirieron a alguien más de izquierda. Lo mismo está pasando en Brasil, donde el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva tuvo un impulso inesperado.
Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).– Es una historia conocida y no tan lejana, tanto en el tiempo como en la geografía. El Partido Liberal se impuso en las elecciones federales celebradas en Canadá, unos comicios marcados por la guerra comercial con Estados Unidos (EU) y la amenaza de anexión planteada por el Presidente de ese país, Donald Trump.
Y Mark Carney, de 60 años, quien había asumido el cargo de Primer Ministro en marzo tras ser elegido por los liberales para sustituir a Justin Trudeau, se impuso como líder. La victoria de los liberales parecía improbable hace sólo unos meses, cuando el Partido Conservador de Pierre Poilievre lideraba todas las encuestas con una amplia ventaja. Pero todo cambió con el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero y el inicio de la guerra comercial entre los dos vecinos de Norteamérica.
Trump metió la nariz a Canadá, y los votantes prefirieron a alguien más de izquierda.
Lo mismo está pasando en Brasil. La contienda presidencial a celebrarse en 2026 se perfilaba como una elección que los estadounidenses podrían encontrar familiar: un veterano en el poder con una popularidad menguante seguido por un descarado populista que afirmaba que le habían robado las últimas elecciones.
“Entonces apareció el Presidente Trump”, dice hoy The New York Times.
“La amenaza de Trump la semana pasada de imponer aranceles del 50 por ciento a las exportaciones brasileñas como forma de salvar a su aliado, el expresidente Jair Bolsonaro, de un posible encarcelamiento, ha reorganizado el panorama político de Brasil, dando al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva un impulso inesperado. Con Trump y sus aranceles motivados políticamente, Lula tiene ahora un mensaje claro: no retrocederemos ante un abusador. Su postura está suscitando elogios en la prensa, haciéndose viral en Internet y dando a sus partidarios nuevas esperanzas de que Lula pueda ganar un cuarto mandato el próximo año, días antes de cumplir 80 años”, añadió.
El diario estadounidense dice que tienen motivos para ser optimistas: “Días después de las amenazas arancelarias de Trump, los índices de aprobación de Lula alcanzaron su nivel más alto en meses. Nuevos sondeos mostraron que entre el 43 y el 50 por ciento de los brasileños aprobaban su gestión, un aumento entre tres y cinco puntos porcentuales desde mayo. El cambio en la opinión pública es un ejemplo más del auge anti-Trump, un fenómeno global que ha reconfigurado las elecciones en Canadá, Australia y otros lugares al aumentar el apoyo a los políticos que desafían al Presidente estadounidense”.
Pronunciamento: Brasil Soberano https://t.co/5m3DUOIIDM
— Lula (@LulaOficial) July 17, 2025
The New York Times dice que en Brasil, en medio del incremento de los precios de los alimentos y los tropiezos de la política nacional, los índices de aprobación de Lula alcanzaron este año los niveles más bajos de sus tres mandatos. “Parecía que había llegado el momento de pasar la antorcha a alguien nuevo: el 57 por ciento de los brasileños no quería que se presentara a la reelección. Entonces, la semana pasada, Trump amenazó a Brasil con imponer aranceles punitivos en represalia por lo que calificó de una ‘cacería de brujas’ contra Bolsonaro, quien se enfrenta a cargos penales por planear un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022”, sostuvo.
Lula respondió con firmeza y rapidez a la amenaza, señalando que estaba dispuesto a negociar, pero que no cedería en el caso de Bolsonaro.
“Brasil es una nación soberana con instituciones independientes y no aceptará ningún tipo de tutela”, dijo.
Lula firmó el lunes el decreto que reglamenta la Ley de la Reciprocidad, la herramienta aprobada por el Congreso en mayo y que le permite a Brasil adoptar contramedidas para responder al aumento del 50 por a los aranceles anunciado por Trump. El decreto detalla los procedimientos de protección económica que el Gobierno tiene que adoptar, en reciprocidad, para responder a medidas o barreras unilaterales impuestas por socios comerciales que restrinjan las exportaciones brasileñas.
El expresidente Bolsonaro dijo el martes que tiene “el poder” para evitar la imposición del arancel. Aseguró en una entrevista que le gustaría “conversar” con Trump, pero que en este momento no dispone de pasaporte, documento que le fue retirado por la Corte Suprema en razón de las acusaciones por intento de golpe de Estado.
“Creo que tengo poder para resolver ese asunto, pero tengo que tener libertad de conversar con Trump”, declaró el expresidente ultraderechista, aliado de Trump.
Bolsonaro culpó a Lula de provocar una crisis con Trump con sus declaraciones en contra de Israel y sus supuestos planes para establecer una moneda de referencia alternativa al dólar en el marco de los BRICS, el grupo de países emergentes.
Pero la treta Bolsonaro-Trump no parece tener tan contentos a los brasileños.





