Inicia una nueva era que nos llevará a una ubicación llamada Kepler, en la que habrá un nuevo personaje de nombre Loi, un humano de la era pre-dorada.
Ciudad de México, 16 de agosto (SinEmbargo).- Es difícil regresar a jugar Destiny 2, un título que tiene más de 10 años de historia, que ha sido una constante montaña rusa en los últimos años, con cambios buenos y cambios malos, con historias que se vuelven maravillosas y con otras que sólo quieres olvidar.
Una compañía que ha sufrido mucho en los últimos años, pero que al final, logró darle un "cierre" digno a la saga con La Forma Final, sólo era un cierre para la saga de luz y oscuridad como arco narrativo, pero para muchos representó un punto final de lo que ha sido el juego en los últimos años, sin embargo, el show tiene que continuar.

Una nueva era
Inicia una nueva era llamada "The Fate Saga" que nos llevará a una nueva ubicación: Kepler, una nueva historia que añade mucho a la que conocemos y la sigue desarrollando, tal vez lo mejor de este aspecto es la introducción de un nuevo personaje llamado Loi, un humano de la era pre-dorada (la era anterior a la llegada del viajero, esta entidad que nos brindó nuestros poderes de guardianes) y que fue arrastrado a través del tiempo hacía Kepler por los Nueve, una de las entidades más misteriosas desde su primera aparición en Destiny 2 y que han sido parte de toda la saga con su emisario y fiel vendedor de armas y armadura, Xur. En esta expansión nos adentramos más en su existencia, este nuevo mundo y lo que nos depara el futuro.
Esta expansión tiene ciertos elementos de metroidvania que le van bien al juego, de hecho, introduce nuevos elementos específicos para el destino de Kepler, el primero siendo "Matterspark”, el cual permite a los jugadores transformarse en una especie de bola de energía que nos deja movernos a gran velocidad y es de gran ayuda para resolver ciertos acertijos en la zona. Por otro lado está el “Mattermorph”, el cual nos lleva a modificar ciertos elementos de nuestro entorno en Kepler y por último el “Void Relocator Cannon” el cual también nos sirve dentro de Kepler para llegar a partes que no podíamos antes, básicamente nos permite teletransportarnos de un punto a otro y hacer daño de Void.

Mejoras en el juego
El juego ha tenido mejoras en cuanto a la interfaz del usuario, el cómo navegamos para acceder al contenido PvP y PvE, quitando el viejo mapa para viajar, que tal vez ya era demasiado complicado de entender. Es mucho más transparente en las recompensas que nos dará y la visibilidad en cuanto a la organización de las actividades que podemos hacer, ya sea solo o en equipo, así como las dificultades de cada una, son mucho más claras, reforzando el hecho de que es un nuevo y mejor punto de partida para nuevos jugadores. Además, claro, tenemos los mismo modos de juego que ya conocemos y que traen nuevo contenido, especialmente en el apartado de PvP y el trabajo que parece estar teniendo Gambito a futuro, pero para eso tendremos que esperar.
Podemos encontrar un nuevo planeta, nuevos calabozos, una nueva incursión, un nuevo sistema de armadura, nuevas armas, pero la misma esencia. En este punto hay cosas positivas, pero al mismo tiempo el juego carece de esa emoción que caracterizaba al título anteriormente, algo que en un inicio no causó La Forma Final y que terminó siendo retrasado para buscar esa chispa que logró llegar al final.

Un punto de partida
Esta expansión se siente nueva, más no novedosa, hay un gran trabajo hecho para que sea un gran punto de partida para nuevos jugadores, pero no va más allá para poder volver a atrapar a jugadores que llevan una década dentro del juego.
Destiny 2: Los Confines del Destino y probablemente Los Desertores son expansiones para un título que sigue su curso abordando nuevas aventuras, introduciendo mejoras y explorando aún más un universo que tal vez nunca terminemos de conocer, sin embargo, le falta algo más que no está en el contenido o en los mismos eventos que tenemos año con año durante verano, Halloween o diciembre. La Forma Final se sintió como un cierre no sólo a la saga, sino al juego, no hay un inicio marcado que represente un nuevo gran inicio, sólo una historia más.




