El informe anual Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025 de la CEPAL destaca la contribución de México en la reducción de la pobreza en la región y la dinámica de la desigualdad de ingresos y el gasto social. Entre 2014 y 2024, México fue el país que logró las reducciones más significativas en pobreza (promedio anualizado de 2.3 puntos porcentuales) y pobreza extrema (0.8 puntos porcentuales).
Ciudad de México, 27 de noviembre (SinEmbargo).– La reducción de la cantidad de población en situación de pobreza y extrema pobreza durante 2024 en América Latina y el Caribe se explica principalmente por México que aportó el 60 por ciento y el 49 por ciento de la reducción en estos dos rubros gracias a las mejoras al ingreso del trabajo asalariado de los mexicanos, concluye el informe "Cómo salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social", elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El reporte expone que América Latina alcanzó su tasa de pobreza monetaria más baja registrada desde que existen datos comparables en 2024, situándose en el 25.5 por ciento de la población regional, lo que significó una disminución de 2.2 puntos porcentuales respecto a 2023 y más de 7 puntos porcentuales en comparación con 2020. La fuente de ingreso que más impactó en las variaciones de la pobreza en todos los países, tanto en su reducción como en su aumento, fue el ingreso del trabajo asalariado
La CEPAL refiere que sin México y Brasil —que también contribuyó en esta reducción , aunque en menor medida— la pobreza regional se habría reducido apenas 0.8 puntos porcentuales, del 35.1 por ciento en 2023 al 34.3 por ciento en 2024, y las tasas se habrían mantenido 1 punto porcentual por encima de los niveles de 2019. Un escenario muy similar se habría registrado en el caso de la pobreza extrema, que se habría reducido solo 0,4 puntos porcentuales y habría quedado 1,1 puntos porcentuales por encima del valor de 2019.
El informe anual de la CEPAL expone que entre 2023 y 2024 —considerando la variación anualizada entre 2022 y 2024—, México registró una reducción de 3.1 puntos porcentuales en la pobreza total y de 0.6 puntos porcentuales en la pobreza extrema.
En ese sentido, las tasas de pobreza estimadas por la CEPAL para México fueron de 28.6 por ciento en 2022 y 22.5 por ciento en 2024; la pobreza extrema se situó en 6.2 por ciento en 2022 y 5.0 por ciento en 2024.
En una comparación a largo plazo, los datos de la CEPAL refieren que entre 2014 y 2024, México fue el país que logró las reducciones más significativas en pobreza (promedio anualizado de 2.3 puntos porcentuales) y pobreza extrema (0.8 puntos porcentuales).
La CEPAL concluye que, en todos los países, el ingreso del trabajo asalariado fue la fuente que más impactó en las variaciones de la pobreza, tanto en la reducción como en el aumento. “En los países que registraron disminuciones de la pobreza monetaria, esta corriente tuvo un papel predominante, especialmente en los que presentaron descensos más pronunciados de la pobreza. Por ejemplo, en Honduras, México y Costa Rica, que tuvieron descensos de 3.1, 2.0 y 1.9 puntos porcentuales, respectivamente, los ingresos salariales explicaron la mayor parte de la mejora”, ahonda el reporte.
El reporte menciona, por ejemplo, cómo en Argentina, la contribución del empleo asalariado al incremento de la pobreza fue de 1,4 puntos porcentuales, lo que representó 3,2 veces la suma de los aportes del trabajo independiente, las pensiones y otros ingresos. Mientras que en Panamá, que también registró incrementos en la pobreza y la pobreza extrema entre 2023 y 2024, los sueldos y salarios fueron igualmente la corriente de ingresos que más contribuyó al aumento de la pobreza.
“En Costa Rica, México, Colombia, Paraguay, Brasil y Perú, el trabajo independiente ayudó a reducir la pobreza, pero con contribuciones inferiores a 1 punto porcentual. En cambio, en la Argentina (0,2 puntos porcentuales), Panamá (0,4 puntos porcentuales) y el Ecuador (0,1 puntos porcentuales), esta fuente se asoció al aumento de la pobreza, aunque con menos fuerza que los salarios. El caso del Uruguay es singular, ya que, en ese país, el trabajo por cuenta propia tuvo un efecto opuesto al del empleo asalariado: 0.5 frente a -0.7 puntos porcentuales”, destaca el informe.
La CEPAL también da cuenta que México fue uno de los países que registró aumentos del ingreso laboral y del hogar de 5 puntos porcentuales o más por encima de la inflación en 2024 (variación del período 2022-2024).
Desde 2018 el salario mínimo en México ha experimentado un alza histórica. Ese año, el salario general diario era de 88.36 pesos y para 2019, ya en el primer año del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pasó a 102.68 pesos. Para 2020 ascendió a 123.22; en 2021 llegó a 141.70; en 2022, a 172.87; en 2023, a 207.44; en 2024, a 248.93; y para 2025 llegará a 278.80 pesos diarios.
Estos incrementos han significado, según Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), un aumento acumulado de alrededor de 135 por ciento desde 2018 hasta 2025, según cálculos de El Economista.En términos reales —es decir, ajustando por inflación—, ese alza representa una recuperación sustancial del poder adquisitivo de quienes reciben el salario mínimo, marcando una de las mejoras más importantes en décadas en materia salarial.
La CEPAL expone que la variación anual del ingreso per cápita laboral y del hogar, medido en líneas de pobreza, en México fue de 5.3 y 5.0 por ciento, respectivamente, en 2024. Los mismos datos muestran que entre 2023 y 2024, México registró una caída en el índice de Gini de al menos un 2 por ciento. El índice de Gini, según las encuestas de hogares, fue de 0.441 en 2022.








