
Ciudad de México, 25 de septiembre(SinEmbargo).– El papel de la naturaleza en la medicina actual en ocasiones se ve invadido por creencias que forman parte de la tradición oral. No obstante, algunas de estas historias pueden convertirse en pistas para importantes descubrimientos. Así, un grupo de científicos rusos encontraron algunas especies de hongos locales de efecto antiviral que pueden representar una alternativa natural a los medicamentos tradicionales para tratar el VIH y otras enfermedades.
De esta manera, los especialistas rusos del Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología "Vector", ubicado en la Ciudad de la Ciencia de Koltsovo, próximo Novosibirsk, dieron con algunas especies de hongos de Siberia cuyo efecto antiviral podría ser eficaz contra el VIH, la gripe y la viruela, dio a conocer la agencia Itar-Tass.
Según informó el servicio de prensa del Centro Científico, 10 cepas de hongos mostraron un efecto antiviral contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la gripe y la viruela.
Dichas propiedades fueron contempladas en particular en el el hongo siberiano Inonotus obliquus, también conocido como "chaga", los cuales crecen como parásito en los troncos de los abedules blancos y otros árboles de la región.
Los especialistas de "Vector" encontraron que los chagas pueden ser utilizado para el desarrollo de fármacos, dado que las cepas de estos hongos mostraron baja toxicidad y efecto antiviral potente.
"Los estudios fueron aislados 82 cepas en 44 especies de setas que crecen en el sur de Siberia occidental. De todas estas cepas, la que tiene el espectro más amplio de actividad antiviral es la cepa del hongo chaga", dijo el representante del centro de investigación.
En Rusia, el chaga ha sido utilizado como agente terapéutico desde el siglo XVI, época desde la que este hongo del abedul ha luchado contra enfermedades gastrointestinales y tumores.

Dicho uso queda justificado, ya que este hongo tiene un lugar entre los remedios caseros de Rusia y Europa oriental, e incluso algunas investigaciones químicas muestran que el I. obliquus produce un diverso rango de metabolitos secundarios incluyendo compuestos fenólicos, melaninas, y triterpenoides tipo lanostane, entre los que se encuentran los componentes activos de antioxidante, antitumoral, y actividades antivirales.
La fama de este hongo parásito es tal que personajes como el etnobotánico David Winston sostiene que es el hongo medicinal anticáncerigeno más potente. De igual manera, el Premio Nobel Alexandr Solzhenitsyn escribió sobre el uso medicinal y el valor del hongo chaga en su novela autobiográfica, basándose en sus experiencias en un hospital en Tashkent.
Por otra parte, al igual que las cepas de chaga, los especialistas descubrieron que otros hongos como políporos y pleurotus mostraron baja toxicidad y un efecto antiviral potente, similar al del primero.
De esta manera, 10 cepas de hongos de Siberia ahora forman parte de la colección del centro de investigación. Mientras tanto, los científicos sugieren su uso a futuro para la elaboración de medicamentos y suplementos dietéticos.
Las intenciones de los investigadores llevan una dirección prometedora acorde con la tendencia mundial. El ejemplo más claro de esto es Japón, donde el 30% de los medicamentos relacionados con el tratamiento para el cáncer se deriva de los hongos.
Sin embargo los científicos también señalaron que esta no es razón suficiente para lanzarse a recoger setas en los bosques próximos a las grandes ciudades rusas. Los hongos pueden llegar a absorber sustancias nocivas y así causar daño al cuerpo humano. De modo que para la investigación de abedul chaga las muestras fueron recogidas en áreas limpias.




