
Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo).– Los tratamientos médicos suelen tener diversos inconvenientes, pero el principal de ellos radica en la periodicidad con la que deben ser tomados. De esta manera, en el caso de un medicamento que deba consumirse durante un periodo prolongado representa, además de una alternativa poco cómoda para el paciente, un gasto importante que no cualquier persona puede ser capaz de solventar.
Investigadores de la Universidad de Stanford desarrollaron una nueva forma de transferir energía de forma segura a los dispositivos médicos minúsculos implantados en el interior del cuerpo humano. El avance podría conducir al desarrollo de pequeños dispositivos capaces de modular el sistema inmune por medio de impulsos eléctricos, los cuales pueden ser implantados cerca de conjuntos de nervios, tejido cerebral e incluso el mismo corazón, para estimular directamente cuando sea necesario, tratando así enfermedades utilizando la electrónica en lugar de medicamentos, publicó Proceedings of the National Academy of Sciences.
Combinando lo mejor de las dos características principales de las ondas electromagnéticas, un grupo de científicos encabezado por la profesora asistente Ada Poon, lograron el desarrollo de una fuente de energía que genera una onda de campo cercano que es inofensiva para los seres humanos y al mismo tiempo es capaz de penetrar eficazmente el tejido para cargar pequeños implantes electrónicos dentro de un paciente.
Sin duda, las baterías son el componente más grande y voluminoso de los implantes médicos en la actualidad, y su tamaño está limitando el ámbito de la aplicación. Sin embargo, con el uso de esta nueva tecnología de Stanford, los implantes médicos podrían funcionar con baterías significativamente más pequeñas, encogiéndose hasta el tamaño de un grano de arroz y se podrían implantar mucho más profundo en el cuerpo, donde podrían recibir carga de forma segura desde el exterior y, al mismo tiempo, abrir un amplio abanico de nuevas aplicaciones.
La fuente de alimentación de estos implantes es un dispositivo pequeño del tamaño de una tarjeta de crédito. Cuando las ondas electromagnéticas que genera se mueven del aire a la piel del paciente, se refractan de una manera tal que son capaces de propagarse de manera segura y eficaz a través del tejido humano, en un fenómeno que los investigadores llaman "transferencia inalámbrica de medio campo."
Las ondas electromagnéticas comunes se pueden ser: de campo lejano, las cuales pueden viajar largas distancias, pero interactúan débilmente con el cuerpo humano; y de campo cercano, que se pueden utilizar en los sistemas electrónicos inalámbricos, pero sólo pueden transferir energía a distancias muy cortas y son gravemente refractadas cuando se encuentran con el tejido humano. Estas características hacen que sea difícil de utilizar cualquiera de ellas para alimentar implantes médicos dentro del cuerpo.
Esta tecnología pude representar un paso importante para una nueva generación de marcapasos, así como otros micro implantes que pueden desarrollar funciones como monitorear constantemente los órganos o para generar señales neuronales en el interior del cerebro cuando sea necesario como, por ejemplo, para combatir enfermedades como el parkinson, la depresión y la epilepsia. Por otra parte, su tamañopequeño también haría las cirugías en sí mucho más seguras y menos invasivas.
Por su parte, Poon y sus colegas tienen previsto empezar a probar su dispositivo en los seres humanos en un futuro próximo, a partir de un proceso que probablemente tomará un par de años.




