
Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– En la búsqueda de nuevos planetas parecidos a nuestro planeta existen algunas clasificaciones que los distinguen. Sin embargo, ahora investigadores del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA) anunciaron el descubrimiento de un nuevo tipo de planeta: un mundo sólido y rocoso, con una masa equivalente a la de 17 tierras, algo nunca visto y que, hasta ahora, parecía imposible.
El planeta en cuestión se llama Kepler-10c y está situado a aproximadamente 560 años luz de la Tierra, según dieron a conocer los especialistas durante el encuentro anual de la Sociedad Astronómica Americana (AAS).
Sin embargo, no se trata de un nuevo planeta, al menos en avistamientos, pero faltan precisar los datos de su composición. Los astrónomos han sabido de Kepler-10c durante varios años y, desde entonces, sus mediciones preliminares indicaban que tenía un diámetro de aproximadamente 29 mil kilómetros, que es 2.3 veces más grande que la Tierra. Con base en estos datos, los astrónomos concluyeron entonces que Kepler-10c se trataba de un mini-Neptuno; una especie de planetas grandes con atmósferas gaseosas.
"Nos quedamos atónitos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado", dijo Xavier Dumusque, autor del hallazgo. "¡¡¡Es el Godzilla de las Tierras!!! Aunque, a diferencia del monstruo del cine, Kepler-10c tiene implicaciones positivas para la vida", agregó el también director del estudio.
Según los modelos actuales, Kepler-10c no debería existir. Pero las observaciones con el telescopio espacial Kepler y con el instrumento HARPS North no dejan lugar a dudas y, lo que es más, los resultados indican que este nuevo exoplaneta está conformado en mayor parte por materiales sólidos, además de tener una densidad nunca vista en un mundo de estas dimensiones, los cuales son más parecidos a los gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar como Jupiter.

Esta razón es por la que los astrónomos denominaron a Kepler 10c como una "mega tierra", un nuevo tipo de planeta mayor y más denso incluso que las ya conocidas "súper tierras" pero que, incluso así, mantiene las características generales que caracterizan a nuestro planeta.
De igual manera, la posibilidad de encontrar planetas con superficies rocosas en las que se puede desarrollar vida tal y como el ser humano la conoce se incrementa con este descubrimiento. No obstante, se encuentra el problema de su órbita.
Este nuevo mundo rodea una estrella similar al Sol, Kepler-10, en un movimiento de traslación que dura 45 días, demasiado rápido tomando en cuenta sus dimensiones, por lo cual la temperatura superficial del planeta será mayor que la de Venus y Mercurio. Por otra parte, sus vecinos no se encuentran en mejores condiciones. Así, el sistema planetario es el hogar de Kepler-10b, un "mundo de lava" con una masa tres veces mayor que la de la Tierra y con una órbita de apenas 20 horas de duración.
Entre otras cosas, Kepler-10c resulta también sorpresivo por su edad de aproximadamente 11 mil millones de años. Eso es apenas 3 mil 700 millones de años después del Big Bang que originó el universo. De esta manera, la existencia de este nuevo planeta, prueba que ya en las etapas iniciales del universo había suficientes materiales sólidos como para formar mega tierras rocosas como esta, lo que rompe con los modelos convencionales.




