Ciudad de México, 26 de septiembre (SinEmbargo).– Los ataques de animales salvajes a personal o visitantes de zoológicos alrededor del mundo en los últimos años han despertado polémica sobre si son el mejor lugar para convivir con los animales y también sobre si son sitios adecuados para las mismas criaturas.
El video del hombre que era un visitante en el zoológico en Nueva Delhi atacado por un tigre de bengala no sólo exhibe el papel de las redes sociales y la tecnología en estos temas sensibles -pues no sólo se trata de la muerte de una persona-, sino también los problemas de seguridad que hay en los zoológicos. Y muestra lo poco que se hace realmente para, en todo caso, disminuir estas situaciones de riesgo.
Todavía hasta el 2013 se registró la afluencia de al menos un millón de personas anualmente a uno de los zoológicos más famosos en el mundo, el zoológico de San Antonio a pesar de los casos recientes sobre ataques en varios zoológicos en ese país que llamaron la atención: dos ataques en el zoológico de Pittsburgh y otro, en el de San Francisco.
En Pittsburgh el ataque se dio en circunstancias similares, pero se trataba de un menor: la madre de un niño de dos años que lo tenía en brazos para que observara a los perros africanos en un zoológico cayó donde éstos se encontraban devorando al infante frente a los visitantes sin poder hacer nada.
En San Francisco, las autoridades planeaban sacrificar a una tigresa siberiana que atacó a un veterinario que trabajaba en el zoológico. El veterinario perdió su brazo y únicamente multaron al santuario animal con 18 mil dólares por el incidente. A pesar de que la Administración de Seguridad y Salud de California determinó que existía una seguridad inadecuada y personal con falta de entrenamiento.
"No existe ninguna razón para mantener en jaulas a animales inteligentes y sociales para nuestra distracción y entretenimiento", dice la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) sobre estos santuarios.
En el caso de zoológico de San Francisco, el director del zoológico decidió no matar al animal pues determinó que "el tigre actuó con normalidad, como los tigres".
"Los zoológicos se desarrollaron en una época en la que los viajes no eran viables para muchas personas. En la actualidad, los amantes de la vida salvaje pueden subirse a un avión rumbo a África, Australia o Costa Rica", argumenta también Peta sobre la manutención de estos lugares.
En la India son muy comunes estos ataques de tigres a humanos dentro de zoológicos, en julio del 2012 un hombre de 32 años fue herido seriamente después de que un tigre se escapara. Y en agosto del 2009, un visitante que iba alcoholizado en el Zoológico de Nehru fue atacado por un tigre blanco cuando se acercó a darle agua.
UN NEGOCIO A LA DERIVA
Los animales en estas condiciones suelen tener comportamientos que normalmente no se observarían dentro de sus hábitats naturales, lo que los puede llevar a la neurosis. Estas actitudes se reflejan primordialmente en las especies grandes como osos, felinos, primates y algunos pájaros, según Peta.
El zoológico de Indonesia, Surabaya, podría cerrar después de que en un año al menos 105 animales fallecieran de formas inusuales, llamándolo como el peor zoológico del mundo o "el zoológico de la muerte".
Por otro lado, la organización propone que estos lugares deben transformarse en refugios que ofrezcan espacio suficiente y atención a los animales con los que ya cuenta.
El zoológico de Detroit tomó un rol diferente al acoger a animales que necesitaran refugio mediante un programa del bienestar animal, que los provee de cuidado, investigación y mejora de prácticas. Mientras que otros zoológicos no aceptan animales que necesiten refugio o atención debido a la falta de presupuesto o espacio.
Mientras que el zoológico de Baltimore en Maryland, Estados Unidos, ofrece a los usuarios "adoptar" un animal, lo cual funciona como un apadrinamiento pues el lugar garantiza que el dinero donado se irá directamente a la conservación del animal. Adoptar a un flamingo, por ejemplo, cuesta 55 dólares al mes.




