
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Mucho se ha hecho en la historia de la humanidad para combatir la plaga de las ratas, un animal que además de traer muchas enfermedades suele destruir todo lo que encuentra a su paso.
Fueron responsables de la peste negra en la Edad Media y son conocidas por transmitir más de 70 enfermedades, desde la peste bubónica hasta el tifus y el hantavirus.
Por comer, comen papeles, basura y, por supuesto, si las dejaran transitar libremente por un museo lleno de cuadros valiosos, ¡se cargarían las pinturas sin ningún límite!
No es que las ratas vayan a hacer diferencias en la pinacoteca más grande del mundo que alberga el Hermitage de San Petersburgo, donde 65 gatos se constituyen en verdaderos héroes culturales, al defender de los roedores cuadros importantísimos en la historia del arte mundial.
Tan valorados son los felinos en el hermoso e imponente museo ruso que en 2014, a sus 250 años de existencia, existe una fundación de Amigos de los felinos del Hermitage, quienes organizan exposiciones temáticas dedicadas a los gatos y otros animales domésticos que aparecen sobre todo en la pintura flamenca y en la del renacimiento italiano.
Todos los años, se organiza en el museo un concurso de pinturas y fotografías sobre todo tipo de felinos, donde no faltan, por supuesto, los gatos, el primero de los cuales llegó al Palacio de Invierno de manos del zar Pedro I el Grande, quien lo había recibido de regalo en Holanda.

Cuenta la historia que fue la emperatriz Catalina II, la fundadora del museo en 1764, la que mando a traer los mejores gatos cazadores de ratones y desde entonces los distinguidos felinos adquirieron la categoría de guardianes privilegiados de las colecciones privadas.
RETRATOS PRINCIPESCOS
En agosto de 2013, el artista de Eldar Zakirov, nacido en Uzbekistán, llevó a cabo una hermosa serie de retratos felinos ataviados con ropajes zaristas, especialmente por encargo de la revista del Museo y de los amigos de los gatos en el recinto.
Se trata de pinturas digitales hechas por uno de las figuras más destacadas de esta técnica muy en auge en estos días.

“El director de arte de Hermitage Magazine me describió primero lo que tenía en mente, luego yo hice algunos bocetos. En cuanto me dieron el visto bueno, me puse manos a la obra. He tenido total libertad creativa durante el proceso. Siempre tuve presente que quería plasmar el espíritu de los retratos clásicos de los siglos XVIII y XIX”, dijo Zakirov durante una entrevista al portal Rusia Hoy.
“El equipo editorial de la revista me envió tres docenas de fotografías de gatos del Hermitage, así que pude escoger cuáles serían mis modelos. Sólo había una condición: en el caso de los cortesanos árabes, debían ser gatos de pelaje oscuro. Esta serie está conectada con la verdadera historia de la aparición de los gatos entre las paredes del Museo. ¡No me extraña que estos animales se hayan convertido los habitantes más queridos!”, agrega el artista.
La Revolución Rusa de 1917 expulsó al zar Nicolás II del Palacio de Invierno, fusiló a los perros y abandonó a los gatos a su suerte. Durante el Sitio de Leningrado, los felinos sirvieron de alimento a los humanos y tras la Segunda Guerra Mundial el museo trajo nuevos gatos de las ciudades de Nóvgorod y Pskov.

“A pesar de que los gatos ya no vagan por los pasillos como hacían en la época de Catalina, los más sociales se aventuran a salir a los patios o a bajar a la orilla del río, parándose a rascarse las garras en la puerta de la entrada.
Hoy todos tienen su propio “pasaporte” y ocupan a una dedicada legión de voluntarios y veterinarios y son todavía parte de la historia del Hermitage”, cuenta Rusia Hoy.
Y las ratas ni se acercan, por supuesto.




