Cambia el color de las hojas de los árboles. En algunas partes del mundo es primavera, pero aquí el otoño ha sentado ya sus reales. Un tiempo para cantar, bailar y disfrutar –por qué no- de la melancolía

Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Cuando el sol se vuelve reticente, las hojas de los árboles comienzan a palidecer. Todo indica que ha llegado el otoño y con él la melancolía, el esplín, ese letargo dulce e ideal para escribir poesía –aunque sea mala- y pensar en los amores perdidos.
No es la tristeza, es la vida de la especie humana que se adapta hasta con el espíritu a los cambios climáticos, aun cuando estos sean los tiempos –convengamos- en que el calentamiento global ha puesto las cosas patas para arriba en lo que a estaciones se refiere.
Pero aquí estamos para celebrar octubre, ese mes que la poeta y pintora Tanya Huntington es aquel en que le pasan cosas buenas, como por ejemplo que entren a la imprenta dos libros suyos en forma simultánea.
Nunca faltan canciones, menos en octubre.


“Fuegos de octubre”, por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
“Octubre, por Charles Ans
“October song”, por Amy Winehouse
“Autumn Leaves”, por Miles Davis
“La avenida de los tilos”, por Luciana
“Balada de otoño”, por Joan Manuel Serrat
“Otoño, octubre”, por Manuel Carrasco
“Otoño”, por Antonio Vivaldi
“October”, por Callie Moore
“Otoño”, por Medina Azahara


