La actriz Elizabeth Taylor, cuya belleza dominó Hollywood incluso desde su adolescencia, nació en Londres, Inglaterra, el 27 de febrero de 1932, aunque era hija de padres estadounidenses; falleció a los 79 años, justo un 23 de marzo de 2011.
Con un rostro inolvidable, donde resaltaban sus ojos violeta, tuvo una vida turbulenta y de grandes escándalos que robó cámara a su valor actoral: Liz recibió en su carrera tres Oscar (uno de ellos honorífico), cinco Globos de Oro, tres premios BAFTA británicos y el David de Donatello.
También fue condecorada por la reina Isabel II de Inglaterra como Dama Comandante del Imperio Británico, DBE, por lo que recibía el tratamiento de “Dame”, equivalente del masculino “Sir”.
Ya en su madurez se volcó en el activismo a favor de causas humanitarias, especialmente en la lucha contra el Sida, una batalla que desde la muerte de su amigo Rock Hudson. Colaboró con una sociedad dedicada a la lucha y la investigación de este grave síndrome, por ese motivo fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1992. Ese mismo año participó en el concierto en tributo a Freddie Mercury, hablando acerca de la prevención necesaria para combatir el Sida.
Tuvo siete maridos y ocho matrimonios (se casó dos veces con al actor británico Richard Burton). Vivió siete décadas de carrera y filmó 50 películas.
Su salud también fue otro de los temas que acaparó la atención mundial: fue operada en más de 20 ocasiones, era diabética y luchó y derrotó a un tumor; además padeció con la espalda, las caderas, un cáncer de piel, problemas con el consumo de alcohol y el sobrepeso, pues llegó a pesar 90 kilos pese a su corta estatura. Finalmente, una insuficiencia cardiaca le provocó la muerte, luego de dos meses de hospitalización en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles.
Para los amantes del cine, ella está más viva que nunca gracias a su legado en películas como Mujercitas, Cleopatra, La gata sobre el tejado de zinc, Gigante, El árbol de la vida, De repente, El último verano, La mujer indomable y Un lugar en el sol, sólo por mencionar algunas.
Los dos Oscar que recibió en su carrera fueron por las películas Una mujer marcada, en 1961, y por ¿Quién teme a Virgina Woolf?, en 1967. Les recordamos aquí algunas escenas de esas películas, en honor a la leyenda.





