Becas a futuro, un "bono por bebé" de 5 mil dólares, e incluso el otorgamiento de una "Medalla Nacional de la Maternidad" a las madres con seis o más hijos, al estilo nazi, son parte de los planteamientos que sopesa la administración de Donald Trump para emprender un plan para repoblar EU.
Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo).– Donald Trump se nombró en marzo pasado el "Presidente de la fertilización". Lo hizo como parte de una nueva agenda cultural para atender el declive poblacional estadounidense —particularmente de la población blanca— que tiene como aliados al magnate Elon Musk, quien ha expresado su preocupación por que países del “Tercer Mundo” tengan tasas de natalidad más altas que las de Estados Unidos y Europa, y a su Vicepresidente J.D. Vance quien ha elogiado las políticas familiares del Primer Ministro de Hungría, Viktor Orban, un sujeto ultraconservador que ha dicho que urgen “niños húngaros", frente a la inmigración que en sus palabras “significa rendición".
Como parte de esta agenda arropada por Trump, “la Casa Blanca ha estado escuchando un coro de ideas en las últimas semanas para persuadir a los estadounidenses a casarse y tener más hijos, una señal temprana de que la administración Trump adoptará una nueva agenda cultural impulsada por muchos de sus aliados de la derecha para revertir la caída de la natalidad e impulsar valores familiares conservadores", informó The New York Times.
Entre las propuestas que han llegado frente a Trump se encuentran reservar el 30 por ciento de las becas para el programa Fulbright, la prestigiosa beca internacional respaldada por el gobierno, para solicitantes casadas o con hijos; un "bono por bebé" de 5 mil dólares en efectivo a cada madre estadounidense después del parto e incluso programas que “eduquen a las mujeres sobre sus ciclos menstruales, en parte para que puedan comprender mejor cuándo están ovulando y puedan concebir”, dice el Times.
Algunas de las sugerencias para estos programas provinieron de pronatalistas, una red informal de activistas que creen que la humanidad está prácticamente condenada a menos que la gente tenga más hijos.
Aunque una propuesta en particular es la que ha llamado la atención: el otorgamiento de una "Medalla Nacional de la Maternidad" a las madres con seis o más hijos. Se trata de una medida similar a la empleada en la Alemania Nazi. Conocidas como “Las Cruces de la Madre” se otorgaba a las madres que habían dado a luz y criado de cuatro a ocho hijos o más. Se trata de un reconocimiento a las madres alemanas “por sus servicios al pueblo alemán y formaban parte de una campaña de propaganda para promover las familias numerosas, aumentando así la población del Tercer Reich”.

“Solo las mujeres que cumplían los ideales raciales nazis podían optar a una cruz; para recibirla, ambos padres de los niños debían ser de sangre alemana, de acuerdo con las ideas nazis de pureza racial, y las madres debían ser consideradas dignas. Las cruces podían retirarse si las autoridades consideraban que una mujer se había vuelto indigna, por ejemplo, por no haber criado a sus hijos de acuerdo con los ideales nazis. Las primeras cruces se entregaron en 1938 y la última en 1944, momento en el que se habían otorgado aproximadamente 4.7 millones”, explica el Centro y Museo Nacional del Holocausto.
La revista Mother Jones cuenta que esta última propuesta provino de Malcolm y Simone Collins, “una pareja de Pensilvania que parece haberse autoproclamado líderes del movimiento pronatalista y fueron los protagonistas de la NatalCon. La medalla formaba parte de un conjunto de borradores de órdenes ejecutivas sobre pronatalismo que los Collins enviaron recientemente a la administración Trump”.
“Francia ha emitido una medalla similar desde 1920, pero la idea cobró impulso cuando Adolf Hitler otorgó por primera vez un honor similar a las madres alemanas de ocho o más hijos en 1939, llamándola Cruz de Honor de la Madre Alemana. (Naturalmente, no había judías entre los 3 millones de mujeres que recibieron la medalla entre 1939 y 1944). El líder fascista de la Unión Soviética, Joseph Stalin, siguió el ejemplo, ofreciendo una medalla similar en 1944. El máximo honor recaía en las madres de nueve o más hijos, aunque también se reconocía a las madres de siete y ocho hijos. Desde entonces, la medalla a la maternidad ha sido especialmente popular en regímenes autoritarios de todo el mundo, como Hungría, Kazajistán y Rusia”, expone Kiera Butler en la revista.
De acuerdo con las Proyecciones Nacionales de Población de 2023, de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, aunque en 2022, la población blanca no hispana fue el grupo racial o étnico más prevalente en Estados Unidos, para 2060 se proyecta que disminuya al 44.9 por ciento en el escenario intermedio, al 42.7 por ciento en el escenario de alta inmigración, al 46.6 por ciento en el escenario de baja inmigración y al 50.7 por ciento en el escenario de cero inmigración.

En ese sentido que dentro del Gobierno de Trump hay voces que ven en esta nueva agenda una oportunidad de impulsar valores conservadores y endurecer el discurso contra la migración. The Wall Street Journal relataba hace unas semanas cómo Musk ha expresado su preocupación por que países en vías de desarrollo tengan tasas de natalidad más altas que las de Estados Unidos y Europa, por lo que ha insistido, según el Journal, en que “las personas con educación tengan más hijos”.
El propio Musk ha seguido esta misma vía: Musk ha tenido al menos 14 hijos con cuatro mujeres, entre ellas la cantante pop Grimes y Shivon Zilis, ejecutiva de su empresa de computadoras cerebrales Neuralink. Varias fuentes cercanas al empresario tecnológico afirmaron al Wall Street Journal que el número real de hijos de Musk es mucho mayor de lo que se conoce públicamente.
Musk se refiere a sus descendientes como una "legión", en referencia a las antiguas unidades militares que podían albergar a miles de soldados y fueron clave para extender el alcance del Imperio Romano. Ha reclutado a posibles madres en su plataforma de redes sociales X, según algunas personas. Musk ha usado su riqueza para comprar el silencio de algunas mujeres que tienen hijos suyos, según St. Clair, así como otras personas, mensajes de texto y documentos revisados por el Journal.
De tiempo atrás la prensa estadounidense ha escudriñado en la raíz nazi de Elon Musk. La periodista Jill Lepore escribió en The New Yorker el artículo “El mundo según el abuelo de Elon Musk”, en el cual reseñaba cómo el patriarca de la dinastía Musk fue “un teórico de la conspiración antisemita y partidario del apartheid (en Sudáfrica) que atribuía a los financieros judíos gran parte de lo que le molestaba del mundo”.
De hecho, en el artículo establece una comparativa entre el nieto y el abuelo bastante puntual: “Musk ha dicho que compró Twitter para frenar el avance del ‘virus de la mentalidad woke’ que se propaga en línea. Su abuelo escribió sus panfletos para alertar sobre lo que él llamaba ‘control mental’ de la radio y la televisión, donde “se lleva a cabo una guerra propagandística incondicional contra el hombre blanco”.
El abuelo de Musk explicó sus creencias con mayor claridad en un libro autoeditado en 1960: La conspiración internacional para establecer una dictadura mundial y la amenaza a Sudáfrica, en el que planteaba:
“Existe una gran posibilidad de que Sudáfrica se convierta en el líder de la civilización cristiana blanca, ya que se está convirtiendo cada vez más en el punto focal, el baluarte y el objeto de los ataques de las fuerzas anticristianas y antiblancas en todo el mundo. Sudáfrica cumplirá este destino si el pueblo cristiano blanco se une; si se da cuenta de las fuerzas que están detrás de estos ataques mundiales; si la gente estudia quiénes son sus verdaderos enemigos y cuáles son sus métodos; si combate seriamente los males del internacionalismo que ya están echando raíces cancerosas en nuestra sociedad”.
Ahora bien, Musk no es el único en la administración con valores conservadores e ideas de aumentar la natalidad entre los estadounidenses.
Por ejemplo, el Secretario de Transporte de EU Sean Duffy —padre de nueve hijos — firmó un memorando recomendando que su departamento priorice "las comunidades con tasas de matrimonio y natalidad superiores a la media nacional".
Y también está J.D. Vance.
Antes de convertirse en compañero de fórmula y en vicepresidente de Donald Trump, J.D. Vance exigió impuestos más altos para los adultos sin hijos e insistió en que sus votos deberían contar menos. Afirmó que el aborto debería ser "ilegal" a nivel nacional. Vance, como Musk, piensa que el descenso de la natalidad representa una "crisis de civilización" impulsada por una "izquierda sin hijos".
En la campaña, Vance declaró a Fox News que "en realidad, este país está gobernado, a través de los demócratas, a través de nuestros oligarcas corporativos, por un grupo de mujeres sin hijos que se sienten miserables con sus propias vidas y las decisiones que han tomado, y por eso quieren que el resto del país también sea miserable". Y ahondó: “Todo el futuro de los demócratas está controlado por personas sin hijos. ¿Y cómo tiene sentido que hayamos entregado nuestro país a personas que no tienen un interés directo en él?".
Otras voces como las de Musk advierten que "la civilización se derrumbará" si la gente no empieza a tener más hijos, una visión popularizada como pronatalismo en círculos de derecha. En ese sentido, es que ha entrado en juego otro método que desde la Casa Blanca ya se explora y que ha ocasionado críticas en los sectores más conservadores: la fecundación in vitro, empleada por el propio Elon.

The New York Times publicó en días pasados que los asesores de Trump están preparando un informe muy esperado, que se publicará a más tardar a mediados de mayo, en el que se recomiendan medidas para que la fertilización in vitro sea más accesible y asequible.
La Casa Blanca se comprometió a publicar el documento mediante una orden ejecutiva de febrero, reafirmando el compromiso del Presidente de reducir los costos de la FIV, una promesa que Trump hizo durante la campaña electoral sin ofrecer detalles específicos sobre cómo lo haría.
“Las discusiones sobre el contenido del informe han puesto de relieve las divisiones dentro del movimiento profamilia y pronatalista, según varios defensores que participaron en las conversaciones. Si bien algunos miembros del movimiento, incluido Musk, quien ha tenido múltiples hijos mediante fertilización in vitro, apoyan firmemente la FIV, muchos conservadores cristianos antiabortistas tienen serias dudas sobre este procedimiento, que fecunda el óvulo de una mujer fuera del cuerpo y a menudo provoca la pérdida de embriones humanos”, sostiene el Times.





