Nadie de Morena ni del Gobierno de la República, ni la propia PresidentA Claudia Sheinbaum, se ha pronunciado sobre la cena organizada por Larry Rubin ni por el discurso de éste y del Embajador Ron Johnson, como si no hubiera ocurrido, pero lo que sigue en marcha es el plan de construir en México un partido político que apoya a Trump y sus políticas.
Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).- Larry Rubin, presidente de la American Society, es un entusiasta prosélito de Donald Trump como representante del Partido Republicano en México, y Gricha Raether, portavoz por varios años del Partido Demócrata, defiende también los intereses de Estados Unidos, pero ambos estadounidenses construyen aquí el partido político México Republicano, pese a que el artículo 33 de la Constitución ordena que “los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.
Raether es el secretario general y Rubin es el “asesor general” de México Republicano, el proyecto de partido político que preside el expriista Juan Iván Peña Neder, quien niega que ambos violen la Constitución, porque los dos estadounidense tienen también la nacionalidad mexicana.
“Son mexicanos: Larry nació aquí (en la Ciudad de México) y la mamá de Gricha en Chihuahua”, asegura Peña Neder, quien afirma que ambos están en pleno uso de sus derechos constitucionales: “Al menos no están señalados por la DEA”.
Y, en efecto, Rubin y Raether tienen doble nacionalidad, son mexicanos, pero ambos apoyan al gobierno de Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de una invasión a México, como deja ver el segundo, quien se define como “binacional y mexicano de nacimiento”.
—Ante la hipótesis probable de una invasión militar de Estados Unidos México, ¿qué posición adoptaría?
—Pues la posición es irrelevante. Al declarar a los cárteles como organizaciones terroristas, les da desde su perspectiva el derecho de tomar acción directa en territorio nacional. No es un tema de soberanía. Es un tema de que México alberga en sus fronteras organizaciones que atentan contra la salud de cientos de miles de americanos y ellos buscarán defenderse, dado que el Estado aquí no hace mucho al respecto y además hay colusión en los más altos niveles.
—Está claro su argumento: Ante Estados Unidos y México, usted opta por Estados Unidos y su política invasora.
—Eso quisiste entender. Es diferente. Opto por Estado de derecho. Opto por un Norteamérica libre de terrorismo. Opto por paz y orden en México, llegue como llegue.
Como presidente de la American Society, Rubin organizó, el sábado 12, una cena en honor del embajador de Estados Unidos en México, Roland Johnson —patrocinado por las empresas del magnate Ricardo Salinas Pliego—, en cuyo discurso respaldó la amenaza de Trump de imponer 30 por ciento de aranceles a los productos mexicanos si la Presidenta Claudia Sheinbaum no acaba con los cárteles que fabrican la droga que consumen millones de estadounidenses.
“La carta enviada desde la Casa Blanca a la Presidenta de México subraya la urgencia del momento. No es una amenaza, es una alerta estratégica. El 30 por ciento de arancel que se puede llegar a aplicar a partir del 1 de agosto es una consecuencia directa de la falta de acción efectiva en temas que impactan no solo el comercio sino también la salud y la seguridad nacional de Estados Unidos y México”, expresó.
El belicoso discurso, en el mismo tono de Trump, fue escuchado por mexicanos que fueron invitados o pagaron alrededor de 5 mil pesos, entre ellos prominentes miembros de la derecha mexicana como Jorge Romero y Ricardo Anaya, presidente y coordinador de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), el exconsejero electoral Lorenzo Córdova, el excanciller José Ángel Gurría, el empresario José Medina Mora y locutores de las empresas de Salinas Pliego.
Pero también estuvieron presentes funcionarios del Gobierno de Sheinbaum, como la Secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, el coordinador General del C5 de la Ciudad de México, Salvador Guerrero Chiprés, así como diputados y senadores de Morena, como Sergio Mayer, Emmanuel Reyes —quien se deslindó del acto en un artículo en La Jornada—, Waldo Fernández y Yeidckol Polevski.
Nadie de Morena ni del Gobierno de la República, ni la propia Presidenta Claudia Sheinbaum, se ha pronunciado sobre la cena organizada por Rubin ni por el discurso de éste y del Embajador, como si no hubiera ocurrido, pero lo que sigue en marcha es el plan de construir en México un partido político que apoya a Trump y sus políticas.
Como Viva México, el proyecto de partido del actor Eduardo Verástegui, México Republicano tiene una agenda abiertamente afín al Partido Republicano de Trump desde se nombre mismo y, según Peña Neder, logrará obtener el registro, aunque ni siquiera han iniciado las asambleas estatales.

México Republicano optó por realizar 20 de 32 asambleas estatales, en las que deben participar un mínimo de 3 mil mexicanos, pero además debe contar con al menos 256 mil 30 afiliados.
“No hemos empezado asambleas (y tenemos) afiliados 120 mil más o menos”, asegura Peña Neder, quien militó en el PRI y, en 2006, apoyó a Andrés Manuel López Obrador a través de las Redes Ciudadanas de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard.
Pasada la elección de ese año, trabajó en el Gobierno de Felipe Calderón con el subsecretario Abraham González Uyeda y salió en medio de un escándalo sobre casinos y luego estuvo preso acusado de violación de su esposa, Talía Vázquez Alatorre.
Junto con Elba Esther Gordillo, fundó el partido Redes Sociales Progresistas, en 2019, pero fue expulsado por pleitos con Fernando González Sánchez, yerno de la profesora, y ahora busca el registro de México Republicano, claramente pro Donald Trump.
—¿De veras hay mexicanos que se entusiasman con un partido político como el que construyes, que sea aliado de Trump, un agresor de México?
—Por miles. México es más amplio que su régimen, y éste está siendo sometido a presiones, sobre todo internas que empiezan a generar grietas complejas.






