Carne con superbacterias: un peligro para las familias en México

02/11/2025 - 6:33 am

La carne de cerdo que hoy llega a las mesas mexicanas desde el Reino Unido podría traer algo más que proteínas: bacterias resistentes a los antibióticos, también conocidas como superbacterias, capaces de causar infecciones para las cuales ya no existen tratamientos efectivos.

Granjas y antibióticos

Una reciente investigación encendió las alarmas. A través de una solicitud de Acceso a la Información al gobierno de Irlanda del Norte, se reveló que el 51 por ciento de las muestras analizadas de carne de cerdo provenientes de granjas británicas de las compañías Cranswick y Karro Foods dieron positivo a bacterias multirresistentes. Ambas empresas cuentan con permiso para exportar a México, tras haber recibido el respaldo de las autoridades británicas, que aseguraron que sus estándares sanitarios cumplían con las normas para proteger la salud de nuestra población. Pero la evidencia muestra lo contrario.

Entre los antibióticos detectados en estas granjas se encuentran penicilinas, fluoroquinolonas, aminoglucósidos, macrólidos, lincosamidas y pleuromutilinas; varias de estas sustancias están clasificadas por la Organización Mundial de la Salud como de “Importancia Crítica Máxima para la Salud Humana”. En otras palabras, son medicamentos de los que depende la vida de millones de personas frente a infecciones graves.

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La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas de salud pública. Foto: Animal Justice Project/AGtivist

La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas de salud pública del siglo XXI. La infectóloga Dra. Amy Peralta advierte que “cada año, 700 mil personas mueren en el mundo a causa de infecciones provocadas por bacterias resistentes, y un tercio de esas muertes ocurre en recién nacidos. Para 2050, la resistencia a los antimicrobianos será la principal causa de muerte humana”.

Pese a los reportes oficiales de reducción en el uso de antibióticos, la industria porcina británica sigue siendo altamente dependiente de ellos: usa el doble que la aplicada en pavos, siete veces más que en vacas y diez veces más que en pollos.

Investigadores encubiertos documentaron cadáveres de cerdos y lechones en descomposición en pasillos, animales heridos o agonizantes, hembras confinadas sin posibilidad de moverse, suciedad acumulada, maltrato y el uso rutinario de antibióticos como medida preventiva ante condiciones insalubres.

Una amenaza invisible

Desde mi perspectiva en temas de justicia y bienestar animal, me sigue sorprendiendo cómo estas realidades se esconden a la vista de todas las personas. No se habla de esto, no se muestra. La mayoría de las personas consumidoras en México no saben que lo que compran en el supermercado viene de granjas donde los animales viven entre sus propios desechos y donde el uso indiscriminado de antibióticos pone en riesgo la salud de miles de familias. Hay una brecha enorme entre la imagen limpia y “segura” que se vende y lo que realmente ocurre detrás de los muros de la ganadería industrial.

Lo que está en juego no es sólo la salud humana, sino un sistema que normaliza el sufrimiento animal y el riesgo sanitario con tal de mantener los costos bajos y las exportaciones altas. Y lo más alarmante es que México aceptó abrir sus fronteras a esta carne bajo un acuerdo comercial firmado en agosto de 2025, sin exigir transparencia sobre su origen ni controles públicos que garanticen su inocuidad.

Hoy exigimos al gobierno mexicano que revele en qué puntos del país se está distribuyendo la carne importada de Cranswick y Karro Foods, y que suspenda de inmediato la importación de carne de cerdo proveniente del Reino Unido hasta garantizar estándares adecuados de sanidad y bienestar animal.

Porque detrás de cada paquete de carne barata puede esconderse una amenaza invisible, una bacteria que ya no puede ser detenida, y el precio final lo pagamos todas las personas: en hospitales, en cuerpos que ya no responden a los antibióticos, en vidas que se pierden por infecciones que antes eran curables.

La salud pública no puede negociarse en un tratado comercial.

Firma la petición que la organización Generación Vegana está impulsando para exigir transparencia y protección para las familias mexicanas.

Jessica González Castro

Jessica González Castro

Jessica González Castro es Directora en Latinoamérica para la organización internacional Generación Vegana. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Fundó el primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal.

Lo dice el reportero