de México, 6 de enero (SinEmbargo).– La lucha contra el dolor físico ha sido uno de los principales objetivos de la medicina desde hace varios siglos, sin embargo, en este afán han existido innumerables obstáculos por los que no se ha podido dar con una solución contundente y universal, debido a que existe una amplia gama de dolencias y estas se sujetan a la percepción de cada persona.
No obstante, en lo que a dolor crónico se refiere, un grupo de investigadores recurrieron a la sabiduría ancestral y a los remedios naturales para que, mediante una planta utilizada durante siglos como un calmante para el dolor en la medicina china, puedan proporcionar un tratamiento eficaz contra el dolor que aqueja de manera constante.
“Nuestro estudio revela el descubrimiento de un nuevo producto natural que puede aliviar el dolor”, dijo Olivier Civelli, de la Universidad de California, Irvine, uno de los autores de la investigación.
Es así que, gracias a uno de los ingredientes que se encuentra en las raíces de la planta floral conocida como Corydalis (un miembro de la familia de la adormidera), el compuesto conocido como dehydrocorybulbine (DHCB) se apunta ahora como la más reciente cura contra el dolor, según publicó la revista Current Biology.
“Este analgésico actuó en ensayos de animales contra los tres tipos de dolor que afligen a los seres humanos, agudo, inflamatorio y neuropático o dolor crónico”, agregó Civelli, quien en compañía de Xinmiao Liang, hizo el descubrimiento en el marco del proyecto “herbalome”, un esfuerzo para catalogar todos los componentes químicos de la medicina tradicional china.
Históricamente, las plantas Corydalis en las que se centra este trabajo crecen principalmente al oriente de China central, donde se cosechan tubérculos subterráneos y plantas y se hierven en vinagre caliente. A menudo, estos brebajes se prescriben para tratar el dolor, incluyendo el de cabeza y de espalda.
Teniendo esto como antecedente, los investigadores buscaron compuestos de Corydalis que pudieran actuar de una manera similar a la morfina. “Dimos con DHCB pero rápidamente encontramos que no actúa a través del receptor de la morfina sino mediante otros receptores, en particular uno que se une a la dopamina”, dijo Civelli.
Este hallazgo se suma a la evidencia anterior que muestra que el receptor D2 de la dopamina juega un papel en la sensación de dolor. “Tenemos buenos analgésicos para el dolor agudo: la codeína o la morfina, por ejemplo”, señala Civelli.
“Tenemos medicamentos para el dolor inflamatorio, como la aspirina o el paracetamol. Pero no tenemos buenos medicamentos para el dolor crónico. DHCB puede no ser capaz de aliviar el dolor crónico fuerte, pero puede ser utilizado para el dolor crónico de bajo nivel”, agrega.
Por otra parte, aunque actualmente ya se pueden comprar preparados de Corydalis de varios tipos en internet, Civelli y Liang hacen énfasis en que el DHCB todavía no está listo. Por ello, señalan que se requiere efectuar más ensayos de toxicidad antes de que los médicos puedan considerar su prescripción a los pacientes de manera general.
