Ciudad de México, 12 de febrero (SinEmbargo).– En la actualidad, la relación entre la creatividad y la enfermedad mental está firmemente arraigada en la conciencia pública. Sin embargo, a diferencia de algunos supuestos saberes culturales, hay una buena cantidad de evidencia científica detrás de ésta creencia. Ahora, investigadores del comportamiento y del cerebro descubrieron una serie de fuertes aunque indirectos lazos entre una mente original y una con problemas.
De esta manera, los profesionales creativos tienden a ser un poco más propensos que otras personas a sufrir de trastorno bipolar. Asimismo, los familiares sanos de los esquizofrénicos tienden a incursionar en los campos creativos, mientras que una variante genética de algunas psicosis puede estar relacionada con el logro creativo. De igual manera, algunas dimensiones de la esquizotipia (rasgos de personalidad que pueden hacer que una persona sea más vulnerable a la esquizofrenia) predicen la creatividad de una persona. La lista es interminable y muchos de ellos aparecen descritos en el post más reciente del psicólogo Scott Barry Kaufman en su blog en Scientific American.
Sin embargo, un grupo de neurociencientíficos de Austria, dirigidos por Andreas Fink de la Universidad de Graz, llevaron recientemente el estudio de la esquizotipia y la creatividad a un paso más allá. Así, Fink y sus colaboradores reclutaron a los participantes del estudio que estaban bajos o altos en las medidas de esquizotipia. Mientras que, en el interior de un escáner cerebral, los participantes completaron una tarea de generación de ideas que pide la gente mencionar usos originales para objetos cotidianos, un proceso común para evaluar la creatividad, publicó Cognitive, Affective, and Behavioral Neuroscience.
El equipo encontró algunas similitudes fundamentales en los patrones cerebrales de personas que tuvieron buenos resultados en originalidad y en aquellos con altos índices de esquizotipia. Ambos grupos mostraron desactivación reducida en el precúneo derecho, un área del cerebro que ayuda a recopilar información. De esta forma, Fink y los demás llegaron a la conclusión de que tal vez la gente creativa y esquizotípica comparte una incapacidad para filtrar material extraño o irrelevante.
"El hallazgo de que la creatividad y la esquizotipia muestran efectos similares a nivel del cerebro podría ayudar de este modo la idea de que los procesos cognitivos similares pueden estar implicados en la creatividad, así como en la propensión a la psicosis", escribieron.
El nuevo trabajo realza una teoría por Shelley Carson, psicóloga de Harvard y autora del libro Your Creative Brain, que dice que la creatividad y la enfermedad mental comparten un proceso llamado "desinhibición cognitiva". El término es una gran acierto, sin embargo, la desinhibición esencialmente cognitiva describe también la incapacidad para mantener datos inútiles, las imágenes o ideas de la percepción consciente. Esta insuficiencia puede hacer que las personalidades esquizotípicas sean más propensas a pensamientos delirantes o a la confusión mental. Por otro lado, podría hacer que sus mentes creativas sean más fértiles.
EXCÉNTRICOS MÁS VALORADOS
Por otra parte, un nuevo estudio realizado por los doctores Eric R. Igou, de la Universidad de Limerick y Wijnand Adriaan Pieter Van Tilburg, de la Universidad de Southampton, puso a prueba, por primera ve, la hipótesis de que la excentricidad aumenta la percepción de la capacidad artística y la calidad del arte.
De esta manera, los investigadores realizaron una serie de experimentos para responder a esta pregunta: ¿cuál es la relación entre la percepción de la excentricidad y la valoración del arte? Fue así que encuestaron a un grupo sobre los famosos girasoles de Van Gogh, dejando saber casualmente el dato sobre su oreja cortada. El resultado fue que, cuando lo hicieron mencionar, el grupo aprobó más alto el concepto de su pintura.
A continuación, los investigadores pidieron a la gente que votara tanto por la obra de artistas excéntricos como no excéntricas. En este caso, los primeros obtuvieron mayores calificaciones. Así mismo, cuando se les presento a los encuestados obras de arte ficticias lo mismo sucedió. De esta forma, cuando la gente pensaba que el "artista" que se les presentaba era excéntrico, el grupo tenía más probabilidades de aprobar su trabajo.
Finalmente, el concepto se extendió a los artistas de la actualidad. Así, cuando los investigadores presentaron a Lady Gaga en su presentación más excéntrica, frente a otras imágenes suyas relativamente normales, los observadores calificaron su trabajo como más artístico.
No obstante, el equipo notó que este efecto sólo parece funcionar con obras de arte menos "convencionales", aunque hay que aclarar que este concepto puede ser sumamente variable en esta época. Aún así, también se demostró que el efecto resultó efectivo sólo cuando la excentricidad parecía auténtica.
