
Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).-En la Tierra los espejismos del desierto son ilusiones ópticas que hacen pensar a quienes los observan que están viendo el agua. Sin embargo, un nuevo estudio nos dice que un fenómeno parecido puede ocurrir en lo referente a búsqueda de planetas similares a la Tierra.
De esta manera, el estudio sugiere que hay planetas enteros que en un inicio podrían parecer similares a la Tierra. No obstante, lo más probable es que su agua y atmósferas se hayan quemado cuando estos mundos todavía se estaban formando.
"Ellos [los exoplanetas] podrían parecerse mucho a la Tierra desde lejos", dice el astrónomo Rodeigo Luger. "Pero si se mira más de cerca te darás cuenta de que en realidad son un espejismo. Simplemente no hay agua allí", publicó el sitio io9.
La investigación se centra en planetas que orbitan cerca de estrellas de baja masa, que son los principales objetivos en la búsqueda de vida extraterrestre. Estas estrellas, conocidas como enanas M, son más pequeñas y menos luminosa que nuestro sol. Por lo tanto, las zonas habitables (la región del espacio que es lo suficientemente caliente como para permitir que exista agua en estado líquido) tienden a ser mucho más cercanas a la estrella que en nuestro sistema solar.
Para los astrónomos esto es tanto una buena noticia como una mala. La buena es que este tipo de exoplanetas se encuentran entre los más fáciles de detectar. Los astrónomos a encontrar mediante la búsqueda de la reveladora oscilación de una estrella en respuesta a la gravedad de un planeta o a la leve disminución de la luz cuando el lejano mundo pasa por delante de la estrella.

Por otra parte, las malas noticias están basadas en simulaciones por computadora realizadas por Luger y Rory Barnes, ambos astrónomos de la Universidad de Washington, quienes sostienen que estos mismos planetas que han sido anunciadas en numerosas ocasiones como potenciales Tierras probablemente perdieron su oportunidad de acoger la vida hace mucho tiempo, publicó la revista Astrobiology.
"Todas las estrellas se forman en el colapso de una nube gigante de gas interestelar que libera energía en forma de luz a medida que se encoge", dice Luger. "Pero debido a su poca masa y, por lo tanto, baja gravedad, a las enanas M les lleva más tiempo colapsar completamente, hasta varios cientos de millones de años".
"Los planetas alrededor de estas estrellas pueden formarse en alrededor de 10 millones de años, por lo que están alrededor cuando las estrellas siguen siendo extremadamente brillantes y eso no es bueno para la habitabilidad, ya que estos planetas van a ser inicialmente muy calientes, con temperaturas superficiales de más de un millar de grados. Cuando esto ocurre, los océanos hierven y toda su atmósfera se convierte en vapor", agrega.
"Además un mal augurio para las atmósferas de estos mundos es el hecho de que las estrellas enanas M emiten una gran cantidad de rayos X y luz ultravioleta que calienta la atmósfera superior a miles de grados y hace que el gas se expanda tan rápido que deja el planeta y se pierde en el espacio", dice Luger.
"Por lo tanto, muchos de los planetas en la zona habitable de las enanas M podrían haberse secado por este proceso desde el principio, disminuyendo gravemente su oportunidad de ser realmente habitables", concluye.




