Un estudio demuestra que la ganancia o pérdida de peso del padre, incluso antes de que éste lo planee, puede influir sustancialmente en el comportamiento alimenticio de sus hijos.

Ciudad de México, 7 de diciembre (SinEmbargo).– Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Copenhague, publicado en la revista Cell Metabolism, revela que el estilo de vida que llevan las personas adultas influye de manera significante en sus hijos, inclusive mucho antes que se planee ser padres.
Es decir, que los hábitos alimenticios que lleve una persona antes de convertirse en padre pueden afectar de forma positiva o negativa en la salud de sus futuros hijos.
El estudio, cuyas conclusiones dan pauta a una nueva investigación para prevenir la transmisión de distintos trastornos, asegura que los espermatozoides llevan información en su genoma sobre los excesos alimentarios del padre, lo que puede ser heredado al menor, como es el caso de la obesidad.
"La obesidad es un trastorno metabólico que resulta de causas de comportamiento y heredables. Los hijos de padres obesos tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad metabólica más tarde en la vida", dice el documento.
Los investigadores compararon las marcas epigenéticas y los factores ambientales que actúan sobre los genes, en los espermatozoides de 13 hombres delgados y de 10 obesos, lo que arrojó como resultado que las variaciones en los genes están asociados con el desarrollo cerebral y del apetito.
Posteriormente, seis varones obesos fueron sometidos a cirugía bariátrica para observar si la pérdida de peso tenía alguna influencia sobre la información genética contenida en su esperma. Luego de la intervención, los especialistas observaron más de cinco mil cambios estructurales en el ADN de los espermatozoides.
Este estudio comprueba que los hijos de padres obesos tienen una alta probabilidad a ser gordos, independientemente del peso de la madre.




