Debido a las redadas antimigrantes que ha impulsado el Gobierno de Donald Trump, los centros de detención han visto rebasada su capacidad, por lo que miles de migrantes que han sido detenidos deben enfrentar condiciones inhumanas como una mala alimentación y falta de higiene, según reveló el diario The New York Times en un reportaje.
Ciudad de México, 28 de junio (SinEmbargo).- Las redadas contra migrantes que se efectúan en Estados Unidos por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) han provocado que millones de personas vivan con miedo a ser detenidas en cualquier momento. Pero el terror no acaba ahí, pues al interior de los centros de detención también se vive una realidad indignante en todo sentido, de acuerdo con un reportaje publicado por el diario The New York Times.
En su texto, el Times expone una alarmante situación en los centros de detención de migrantes en Estados Unidos, donde las políticas migratorias intensificadas de la Administración de Donald Trump han desbordado la capacidad de estas instalaciones, generando condiciones insalubres e inhumanas para miles de personas que han sido detenidas.
El diario detalla cómo las recientes redadas masivas en lugares de trabajo y otros espacios han resultado en un hacinamiento extremo, con más de 56 mil migrantes detenidos al 15 de junio desde que Trump inició su segundo mandato, cifra que supera ampliamente la capacidad actual de 41 mil plazas que el Gobierno puede tener bajo custodia.
En ciudades como Nueva York y Los Ángeles, los detenidos enfrentan condiciones deplorables: celdas abarrotadas diseñadas para procesamientos breves, falta de acceso a duchas durante días, y carencia de atención médica para enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, señaló el NYT.
Un testimonio destacado en el reportaje es el de Javier, un jornalero mexicano 55 años que ha vivido en EU durante 28 años. El migrante describió al medio estadounidense la desesperación que vivió en un centro de detención, donde los migrantes compartían un baño en mal estado y dormían hacinados en el suelo. “Nos sentíamos como en una jaula”, relató Javier, quien fue liberado gracias a la intervención de abogados tras ser trasladado al centro de Adelanto por su tratamiento contra el cáncer.
Otro caso recopilado por el Times es el de Marcelo Gomes, joven de 18 años nacido en Brasil y radicado en Massachusetts, quien fue detenido por agentes de migración cuando se dirigía a una práctica deportiva.
Gomes relató al diario que, antes de ser liberado bajo fianza, pasó seis días en una "habitación sin ventanas y abarrotada en una oficina de campo del ICE".
"Había un baño para 35 a 40 hombres, que no tenían privacidad cuando lo usaban, dijo. Dormían en el suelo de cemento en formación de pies a cabeza con mantas de aluminio para cubrirlos", indicó The New York Times en su reportaje, donde, además, señaló que Marcelo perdió alrededor de tres kilos en seis días, debido a la mala alimentación que recibió durante su encierro.
El reportaje también señala incidentes de disturbios, como el escape de cuatro hombres del centro de detención Delaney Hall en Newark, tras días de protestas por las condiciones deterioradas, incluyendo comidas irregulares y agua de mala calidad.
Asimismo, recaba declaraciones de abogados como Paul Chávez, director de litigios y defensa de Americans for Immigrant Justice en Florida, y Alejandra Gonza, abogada de derechos humanos, quienes dieron testigo de las malas condiciones a las que son sometidos los migrantes. "Estas son las peores condiciones que he visto en mis 20 años de carrera [...] Las condiciones nunca fueron buenas, pero esto es horrendo", afirmó Chávez.
Por su parte, el Times resalta cómo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EU ha negado todos estos señalamientos sobre hacinamiento y condiciones inhumanas a las que se enfrentan las y los migrantes detenidos, e incluso sostiene que reciben buen alimento, tratamientos médicos y están en permanente comunicación con sus familias y abogados.
"A pesar de un número histórico de medidas cautelares, el DHS está trabajando rápidamente horas extras para trasladar a estos extranjeros de los centros de detención a su destino final: su hogar", indicó al medio Tricia McLaughlin, portavoz del DHS.
En Los Ángeles, las redadas han desencadenado protestas masivas, con enfrentamientos entre manifestantes y autoridades que han utilizado gases lacrimógenos y proyectiles no letales para dispersar a las multitudes.
La administración Trump ha propuesto una inversión de 45 mil millones para expandir la capacidad de detención, mientras que empresas privadas como GEO Group y CoreCivic planean aumentar significativamente el número de camas disponibles, generando críticas por lucrar con la detención de inmigrantes. Además, se han reportado traslados de detenidos a lugares como Guantánamo y planes para deportaciones a países con condiciones de detención “horríficas”, como Libia, lo que ha levantado preocupaciones de grupos de derechos humanos.
Organizaciones de derechos civiles y abogados han denunciado la falta de acceso a representación legal y las condiciones que atentan contra la dignidad humana, especialmente en estados como Louisiana, donde los tribunales conservadores dificultan aún más los casos de asilo. La situación ha llevado a protestas a nivel nacional.
Este panorama refleja una crisis humanitaria en el sistema de detención migratoria, donde la intensificación de las políticas de deportación ha generado no solo sufrimiento para los detenidos, sino también una creciente resistencia de comunidades y defensores de los derechos de los inmigrantes.




