Un gran jurado revisó acusaciones contra Epstein entre 2005 y 2007, que quedaron "selladas", y ahora un juzgador rechazó la solicitud de hacerlas públicas; en aquel momento, el pedófilo se libró de los cargos más severos tras acordar una declaración de culpable de prostitución de una menor de edad, pero el resto del caso fue clasificado.
Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).– Un Juez federal de Estados Unidos (EU) decidió este miércoles rechazar la solicitud hecha por el Gobierno de Donald Trump para revelar las transcripciones de la investigación de un gran jurado conformado para analizar el caso del pederasta Jeffrey Epstein, en otro revés para la Administración republicana que se encuentra bajo asedio por la falta de transparencia en un caso que el mandatario había prometido revelar completamente cuando estaba en campaña.
El Juez de Distrito Robin Rosenberg, ubicado en West Palm Beach, una ciudad de Florida, rechazó la solicitud del Gobierno trumpista, que argumentaba que el trabajo de este gran jurado, conformado para realizar sus trabajos entre 2005 y 2007, debía darse a conocer bajo excepciones extraordinarias. El juzgador determinó que no existían tales circunstancias.
Epstein evadió en 2008 las acusaciones del gran jurado conformado en Florida, pero no salió ileso: tuvo que llegar a un acuerdo con los fiscales federales de aquella entidad estadounidense, que le evitó ser sentenciado por cargos federales más severos que por los que acabó declarándose culpable: aceptó su responsabilidad por el delito de prostitución y solicitación de una adolescente por debajo de los 18 años.

En 2008, Epstein llegó a un acuerdo con los fiscales federales de Florida que le permitió eludir cargos federales más severos y, en su lugar, declararse culpable de los cargos estatales de prostitución con una joven menor de edad y solicitación de prostitución. Sin embargo, debido a que este tipo de documentos sólo se hacen públicos si el gran jurado consigue una sentencia, el resto de acusaciones y transcripciones de las declaraciones e investigaciones del caso quedaron "selladas".
En 2019, el pederasta Epstein, un hombre millonario que se relacionaba con las élites estadounidenses y de otras partes del mundo, lideraba una red criminal de trata de mujeres y menores de edad. Fue arrestado en 2019 por tráfico sexual, mientras que su expareja y principal cómplice, Ghislaine Maxwell, fue acusada de ayudarlo a abusar de las adolescentes.
Sin embargo, Epstein fue hallado muerto en su celda en una cárcel federal en Nueva York, apenas un mes después de su captura. Los investigadores concluyeron que se suicidó, pero las dudas sobre este caso, del cual también ha sido opaco el Gobierno de Trump, permanecen. Maxwell fue declarada culpable y condenada a 20 años de prisión por tráfico de menores en el marco de la red de pedofilia liderada por el multimillonario.

Este revés para Trump llega en un momento muy delicado de su presidencia. Apenas a unos meses de su retorno a la Casa Blanca, el republicano se ha visto asediado por el caso Epstein, del que prometió en campaña revelar absolutamente todo. Sin embargo, sus acciones distan de ese compromiso con la transparencia de los famosos archivos del pedófilo.
Y es que, luego de anticipar la publicación de los documentos del Gobierno federal sobre esta investigación, Trump dio marcha atrás hace unas semanas y su Fiscal General, Pam Bondi, pasó de presumir que la carpeta estaba en su escritorio a decir que ni siquiera existía una "lista" donde, entre otros, señalan a Trump de estar incluido entre cientos de nombres, posibles clientes de Epstein.
Esto le ha traído problemas con su propia base, ya que incluso los más fieles trumpistas quieren conocer la verdad del caso Epstein, uno de los más polémicos en décadas en EU y que está rodeado de todo tipo de mitos, noticias falsas e incluso teorías de la conspiración, ahora alimentadas por la falta de transparencia de la administración de Trump.
Este mismo miércoles, los periodistas Sadie Gurman, Annie Linskey, Josh Dawsey y Alex Leary, del diario The Wall Street Journal, revelaron una exclusiva: Donald Trump sí está en la lista de personas involucradas dentro de los archivos Epstein. Dicen que, cuando los funcionarios del Departamento de Justicia revisaron lo que Bondi llamó un “montón” de documentos relacionados con Jeffrey Epstein a principios de este año, “descubrieron que el nombre de Donald Trump aparecía varias veces”.
El encubrimiento llega al Congreso
El presidente de la Cámara de Representantes de EU, el republicano Mike Johnson, dio a conocer en una conferencia de prensa el martes que los congresistas se irían de vacaciones una semana antes del receso veraniego del Congreso estadounidense. En las últimas horas, ha comenzado este descanso, que estaba planeado para arrancar la próxima semana, para así votar sobre la posibilidad de exigir al Gobierno de Trump que publique los archivos Epstein, en algo que la oposición calificó como un intento de encubrimiento.
Los demócratas buscaban llevar la votación al pleno, de mayoría republicana, para contrarrestar la decisión de la Casa Blanca de evitar difundir estos archivos. La oposición considera que podía ganar una votación en el pleno de la Cámara Baja a pesar de ser minoría, ya que el caso Epstein y la negativa a publicar los documentos por parte del Gobierno de Trump han provocado una avalancha de críticas no sólo al Presidente, sino a la misma Bondi.
Por su parte, la tarde de este martes el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que se reunirá con Ghislaine Maxwell, para recabar más información sobre el caso en el marco de las críticas que ha recibido Trump por dar carpetazo a la investigación.
Esta semana, la Casa Blanca dejó fuera al WSJ de un viaje presidencial a los campos de golf que tiene Trump en Escocia después de que mencionara en un artículo serie de cartas subidas de tono que remitió Trump a Epstein por su 50 cumpleaños, en 2003. El domingo, el New York Times reveló el testimonio de una exempleada de Epstein que advirtió al FBI sobre Trump: detalló un encuentro en 1995 mientras se preparaba para trabajar para Epstein, quien un día le llamó inesperadamente a sus oficinas en un edificio de lujo en Manhattan, y ella llegó en pantalones cortos.




