Al menos 12 niños en el área de Waukegan, Illinois, han recibido cartas del Departamento de Seguridad Nacional en las que se les pide salir de estados Unidos.
Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).- La Administración de Donald Trump ha elevado el nivel de persecución contra los migrantes a un nuevo inimaginado nivel. Ahora, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha enviado cartas a decenas de niños que ingresaron al país como parte del programa humanitario como "menores no acompañados", y posteriormente se reunieron con sus padres indocumentados u otros familiares que ya vivían en Estados Unidos, en las que les pide autodeportarse.
"Es hora de que salgas de Estados Unidos", comienza la misiva que recibieron a su nombre al menos 12 niños en el área de Waukegan, Illinois —todos menores no acompañados originarios de México— en junio pasado.
"Actualmente te encuentras aquí porque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) te otorgó un permiso de entrada condicional a Estados Unidos por un período limitado. El DHS está ejerciendo su discreción para cancelar tu permiso de entrada condicional, o ya lo ha hecho. Si no sales de los Estados Unidos inmediatamente estarás sujeto a posibles acciones policiales que resultarán en tu deportación", continúa la misiva que amenaza con procesos penales, multas y "cualquier otra opción legal disponible para el gobierno federal".
Además, la carta incluye una advertencia: "No intente permanecer ilegalmente en Estados Unidos; el gobierno federal lo encontrará. Salga de Estados Unidos de inmediato", lo que ha generado pánico y temor entre los menores y sus familias, quienes temen ser perseguidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

“Tengo miedo de que ICE venga por mí”
Xally Morales, de trece años, es una de las niñas que recibió la carta del DHS. Llegó a Estados Unidos hace poco más de siete meses y el mes pasado se quedó varios minutos mirando la carta, tratando de descifrar su contenido hasta que su hermana mayor la tradujo para ella. Esa noche la familia se escondió, relata la joven a la periodista Laura Rodríguez Presa del diario Chicago Tribune.
“Trump quiere que regrese a México. ¿Pero cómo puedo hacerlo sola?. Tengo miedo de que ICE venga por mí”, dijo Xally al Tribune.
“Dicen que tengo que salir del país inmediatamente”, susurró la joven adolescente en español al acudir a un bufete de abogados de Chicago recientemente, recoge el diario, pues debido a la forma en que ingresaron al país, los menores no pueden ser representados por sus padres o familiares ante un tribunal.
Defensores de derechos de los inmigrantes advierten que estos casos son cada vez más comunes y los menores que ingresaron por su cuenta al país siguen recibiendo cartas del DHS que cancelan su libertad condicional humanitaria.
"Esta es una barbaridad, algo nunca visto o imaginado por todos lo que nos dedicamos a la defensa de los indocumentados", dijo la pastora Julie Contreras, del santuario United Giving Hope, que tiene sede en la ciudad de Waukegan, Illinois, a 74 kilómetros al norte de Chicago, a la agencia de noticias EFE.

Para Contreras, esta medida representa un cambio "preocupante y alarmante" en la Administración Trump, porque ahora se buscaría despojar a los niños de las protecciones de asilo, incluso a aquellos con solicitudes pendientes, y acelerar la deportación de menores sin el debido proceso.
"Imaginen qué pasa por la cabeza de un niño al recibir una carta de este tipo de parte del Gobierno del país más poderoso del mundo, que les niega el permiso humanitario. Esto es muy grave y fuerte. Estos niños no son los criminales que Trump afirmó que el ICE perseguiría. Son víctimas de violaciones de derechos humanos y están siendo aterrorizados. Incluso si el ICE no los busca de inmediato, la sola amenaza les causa un grave trauma psicológico", aseveró a la agencia.
Algunos de los menores que recibieron la amenaza de Trump buscaron la protección del "santuario" en la iglesia de Contreras. Un cuarto fue dejado solo al cuidado de la iglesia porque sus padres tienen miedo, reveló el medio. "Estados Unidos está perdiendo su humanidad, las iglesias y otros santuarios ya no ofrecen garantías", afirmó la pastora.
Aunque la Ley de inmigración establece que los menores no acompañados que llegan a la frontera sin un padre o tutor legal deben recibir protección especial de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) y se les debe otorgar un permiso humanitario, en los últimos meses, el sistema se está desmantelando silenciosamente y "los niños acaban encarcelados en procesos migratorios donde no tienen ninguna capacidad para defenderse", dijo a medios locales Davina Casas, pastora y líder de la Organización Monarquía, de Chicago.
A menos que sus familias puedan encontrar y costear la escasa representación legal, los niños podrían correr el riesgo de ser detenidos o verse obligados a enfrentarse solos a un Juez, dijeron defensores y abogados al Tribune.




