Frescura, burbujas y una esencia que permanece intacta a través de las generaciones, así Topo Chico sigue expandiendo su legado.
Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).- Topo Chico celebra 130 años de transformar momentos cotidianos en grandes experiencias, directo desde las entrañas de las milenarias montañas mexicanas con una historia que evoca magia y tradición.
¿Conoces la leyenda de Topo?
Cuenta la leyenda que una princesa azteca se encontraba muy enferma. Su padre, el gran Emperador Moctezuma I, escuchó acerca de un manantial con aguas milagrosas que sanaban todo tipo de padecimientos. La princesa, su padre y un séquito iniciaron un viaje en busca del aclamado lugar; finalmente encontraron un valle rodeado de montañas, ahí fluían las aguas cristalinas del cerro de Topo Chico. La princesa probó su frescura y recobró su fuerza y salud.

Un ícono de México
Topo empezó a escribir su historia desde 1895, cuando el elixir cristalino comenzó a embotellarse para mantener su pureza y carácter únicos. El agua mineral de Topo Chico no sólo deleita al paladar con su efervescencia, también despierta los sentidos en una conexión entre naturaleza, tradición y el espíritu de descubrimiento.
Tras 130 años, la marca se ha colocado como un ícono de México y del mundo; lo mejor de todo es que su legado continúa y crece aún más; es un símbolo de autenticidad, la muestra de que lo esencial puede ser extraordinario.
Es momento de celebrar
Son 130 años de legado, de historia y de burbujas. En este aniversario se celebra a quienes compartieron su frescura y saciaron su sed y, a la leyenda de la princesa, que ha pasado de generación en generación, poniendo a Topo Chico en un sitio destacado para aquellos que siguen su sed de experimentar.




