Pablo Eduardo Ortiz Padilla, con playera de la Selección y un megáfono, encabezó la fallida movilización de la “Generación Z” del 20 de noviembre, que reunió a pocos asistentes. También participó en la protesta del 15 de noviembre y en la “marcha de la resistencia” convocada por la Alcaldesa de Cuauhtémoc, con quien se le vincula.
Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– Pablo Eduardo Ortiz Padilla marchó el sábado 14 de noviembre y fue de los pocos, los rudos, que fueron a la movilización del día 20, la que obligó al Gobierno federal a cambiar la ruta del Desfile de la Revolución Mexicana para no permitir que los contingentes cívicos y militares se toparan con los “jóvenes ciudadanos apartidistas” que protestaban por distintas razones.
De hecho, Ortiz Padilla fue una de las cabezas visibles del experimento social conocido como “Generación Z” o “Gen Z”, una convocatoria para jóvenes nacidos desde 1997 y hasta —ya estirando la liga— 2012, que hoy andan entre los 13 y 28 años de edad, supuestamente para enfrentar al Gobierno mexicano “y derrocarlo, como en Nepal”. Los llamados a la primera y a la segunda marchas se hicieron desde redes sociales, en sigilo. Nadie identificó a nadie… hasta que los datos fueron brotando.


“[La poca afluencia] es resultado del miedo que le han metido a la gente”, dijo Padilla en más de una ocasión durante la protesta, según consigna El País. Aun cuando, a lo largo de la movilización, acompañó las arengas de “mi voz no es desorden, es derecho”, “respeto, sí; represión, no”, pasando por “PAN, PRI, Morena: la misma chingadera”.
El problema con Pablo Eduardo es que no es un joven de la Generación Z. Tampoco es un ciudadano apartidista, porque está relacionado con Acción Nacional (PAN), con el Revolucionario Institucional (PRI), con el extinto De la Revolución Democrática (PRD). Sus nexos partidistas son expuestos desde hace años por él mismo: tiene fotos lo mismo con Claudio X. González Guajardo que con el perredista Jesús Ortega, los panistas Santiago Taboada, Margarita Zavala, Santiago Creel y Xóchitl Gálvez, la excandidata presidencial del PRIAN. Incluso aparece en fotografías con el exembajador de EU en México, Ken Salazar.


Y ha sido un movilizado de todas las marchas de la Marea Rosa que convocó Claudio X. González. Protestó porque “el INE no se toca”; después acudió a la llamada “defensa” del Poder Judicial. En sus redes sociales hay fotografías de la toma violenta del Senado, cuando se discutió la iniciativa en esta materia.
Incluso se registró como aspirante presidencial del Frente Amplio por México, un proceso que, aunque se mostró ciudadano, al final decidió su candidatura por un acuerdo cupular del PRI y PAN.

De hecho, en un Space del 9 de junio de 2023, en el que dio a conocer su aspiración presidencial por el Frente, compartió que militó en el Frente Juvenil Revolucionario, una organización que busca la integración de los jóvenes en la acción política del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pablo Eduardo Ortiz dio a conocer en esa plática que participó de joven en la campaña de Luis Donaldo Colosio.
En el pasado proceso presidencial, Pablo Ortiz hizo campaña para Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada. “Junta de la Fuerza Rosa. Creando la estrategia de campaña para la senadora Xóchitl Gálvez. UNID@S Margarita Zavala, Santiago Creel, Pagés, Ruffo, Dr. Crespo”, escribió el 25 de octubre de 2023.

En 2016, Pablo Eduardo Ortiz Padilla ingresó al Reclusorio Oriente por el delito que se refiere a la acción de recibir, adquirir u ocultar bienes provenientes de un delito. En la plática en Space él mismo confirmó que estuvo preso, aunque aseguró que fue por un engaño.
En la Plataforma Nacional de Transparencia consta que trabajó en la Junta de Coordinación Política como asistente del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo. Ortiz Padilla ha sostenido que trabajó en ese momento para Gerardo Fernández Noroña, con quien entabló una amistad. Él asegura que fue su “jefe de oficina”, pero en la PNT no se nombra ese cargo. En sus mismas redes sociales, sus conocidos le cuestionaron su paso por el PT antes de sumarse al Frente Amplio por México.





