Periodista narra la historia de "cocineros" de droga mexicanos detenidos en Europa

29/11/2025 - 12:00 am

En entrevista con SinEmbargo, el periodista Arthur Debruyne habló sobre su libro El narco mexicano en Europa, que expone la presencia de cocineros mexicanos de drogas sintéticas en Países Bajos y Bélgica. El autor sostiene que la percepción mediática de que los grandes cárteles mexicanos están organizando una invasión al mercado europeo es en gran medida un mito que contradice sus hallazgos.

Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).– El periodista e investigador Arthur Debruyne ofrece en su libro El narco mexicano en Europa (Aguilar ideas) una perspectiva crucialmente distinta a la narrativa mediática sobre la supuesta "invasión" de los grandes cárteles mexicanos en el mercado europeo de drogas sintéticas, especialmente en Países Bajos y Bélgica y mediante una investigación basada en testimonios de los detenidos revela que la realidad de los "cocineros" mexicanos dista mucho del estereotipo del capo criminal.

"No hubo un gran plan detrás de eso como para apoderarse de una parte del mercado de drogas europeo," compartió Debruyne en una entrevista. "Fueron realmente operadores, trabajadores independientes que fueron contratados por narcos holandeses o belgas."

El periodista detalla que la relación laboral era temporal y subordinada. Los cocineros, provenientes principalmente de Sinaloa y Michoacán, trabajaban dos o tres semanas en un laboratorio y recibían una suma de dinero que podía oscilar entre 15 mil y 30 mil euros.

El papel fundamental de los mexicanos no era el control del negocio, sino la provisión de un conocimiento químico específico que los narcotraficantes europeos no poseían: la elaboración de metanfetamina cristalina, es decir el cristal.

"La función, el papel de los mexicanos, siempre fue subordinado a los europeos", explicó el autor. "Los holandeses eran dueños del negocio. Los holandeses proveían la ubicación, el laboratorio, el material, los precursores... y los holandeses se quedaban con la producción y por ello las ganancias."

Aunque Bélgica y Países Bajos llevan décadas produciendo drogas sintéticas como el éxtasis (MDMA) y la anfetamina, Debruyne destacó que "carecían del conocimiento específico para producir cristal” y fue “justo ahí el papel de los mexicanos," quienes trajeron el know-how desarrollado para el mercado estadounidense. Sin embargo, apuntó, esta necesidad ya es cosa del pasado. "Desde entonces, copiaron este conocimiento y ya no precisan de los mexicanos," afirma Debruyne.

Otro hallazgo fundamental de la investigación tiene que ver con los factores que vuelven a Países Bajos un destino elegido por las agrupaciones criminales para la fabricación de drogas. Los cocineros entrevistados por Debruyne mencionaron las penas de prisión menos severas y las mejores condiciones carcelarias.

"Las penas en los Países Bajos son bajas. No son tan largas", refirió Debruyne. "Los cocineros pasan en promedio tres años tras las rejas allá. En condiciones también mejores. Las cárceles no son sobrepobladas, existe respeto de los derechos humanos."

En ese sentido, el autor relató la excepción de un intermediario michoacano que, por haber conseguido cocineros para varios laboratorios, fue condenado a 15 años, una pena mucho más severa que la de los narcos holandeses que usaron sus servicios, a quienes condenaron a 7 u 8 años.

El periodista cree que la justicia holandesa quiso ponerlo "como ejemplo, para que no vinieran más mexicanos a hacer esas fechorías."

El periodista Arthur Debruyne
El periodista Arthur Debruyne. Foto: Especial.

La investigación de Debruyne busca corregir los prejuicios que, incluso él mismo admite haber tenido, que eran alimentados por la prensa y las narcoseries. "De inmediato creen que esos mexicanos no tardarán en colgar unos cuerpos de puentes allá”, expuso Debruyne al hablar de la prensa neerlandesa. Pero la realidad fue otra: "a todos esos cocineros que fueron allá no se les encontró ni un arma."

El periodista concluye que los detenidos son personas que operan en el eslabón más bajo del narco y que adquirieron un conocimiento útil, no "pistoleros."

"Aprendí que no son narcotraficantes, no trafican con drogas, trabajan en el eslabón más bajo del narco, son gente que adquirió en algún momento un conocimiento específico que fue útil no solo para traficantes en México, sino para gente en Europa".

La conclusión de Debruyne es que la colaboración con el narco europeo "no fue muy organizada, no hubo organizaciones criminales detrás todo eso con un diseño sobre el mercado europeo."

Obed Rosas

Obed Rosas

Obed Rosas es editor de la Unidad de Investigación y encargado de la sección de Libros de SinEmbargo, en donde también se ha desempeñado como Jefe de Mesa y Editor de Redes. Es conductor de Close UP y Co-conductor, junto a Álvaro Delgado, de Siete Días, programas de SinEmbargo Al Aire. Ha trabajado en otros medios como Expansión, Newsweek en Español y Revista Zócalo. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM y estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.

Lo dice el reportero