Existe una evidente contradicción en la política de drogas de Donald Trump. Por un lado, amenaza con acciones militares contra el narcotráfico en el extranjero, y por otro, indulta a figuras importantes condenadas por delitos de drogas o a sus aliados dentro de EU. “Con esa lógica, uno se pregunta: ¿por qué perdemos el tiempo arrestando a gente en este país por narcotráfico? ¿Por qué no los fusilamos sin más?”, cuestionó en ese sentido Jeffrey Singer, experto en políticas de drogas del Cato Institute.
Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo).– Mientras Donald Trump alimenta su discurso intervencionista en América con amenazas de tomar medidas militares contra Venezuela por acusaciones de que el gobierno de Nicolás Maduro apoya el narcotráfico, dentro de Estados Unidos ha indultado a importantes narcotraficantes estadounidenses o aliados suyos, como reporta este lunes The Washington Post.
Una de sus primeras medidas en su segunda administración fue indultar al fundador de Silk Road, Ross Ulbricht, quien fue condenado por crear el mayor mercado negro en línea de drogas ilegales y otros bienes ilícitos de su época. Meses después concedió clemencia al líder de una pandilla de Chicago, Larry Hoover , y al capo de la droga de Baltimore, Garnett Gilbert Smith. A eso se sumó el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, un amigo de Trump que había sido condenado a 45 años de prisión por dirigir su país como un vasto "narcoestado" que ayudó a introducir al menos 400 toneladas de cocaína en Estados Unidos.
“Cualquier país que trafique drogas hacia Estados Unidos podría ser atacado”, sostuvo Donald Trump el pasado 2 de diciembre a manera de justificar los ataques con drones que realiza en Sudamérica contra personas a quienes acusan sin pruebas de ser narcotraficantes. De acuerdo con The Washington Post hasta el viernes se habían perpetrado 22 ataques en el Mar Caribe y el Océano Pacífico con un saldo de 87 fallecidos, con dos sobrevivientes detenidos y una persona que inicialmente sobrevivió no siendo encontrada después de varios días de búsqueda en aguas mexicanas.
En general, Trump ha indultado o concedido clemencia al menos a 10 personas por delitos relacionados con las drogas desde el inicio de su segundo mandato, según un análisis del Washington Post. También otorgó indultos o conmutaciones de penas a casi 90 personas más por delitos relacionados con las drogas durante los cuatro años de su primer mandato, según el análisis.
Los mismos datos muestran que Trump ha ejercido uno de los mayores poderes de la presidencia, el indulto, mucho más este año que en su primer mandato. Ha indultado, por ejemplo, a casi todos los aproximadamente mil 500 acusados del ataque al Capitolio de EU del 6 de enero de 2021. También ha indultado a una docena de congresistas, en su mayoría republicanos, incluyendo recientemente al representante Henry Cuella, un demócrata por Texas, acusado el año pasado de soborno, lavado de dinero y conspiración.
“El frenesí de los indultos ha dado lugar a una lucrativa industria artesanal”, según informó The Post anteriormente. Divulgaciones públicas muestran que los grupos de presión han gastado más de 2.1 millones de dólares este año en empresas que abogan por indultos, clemencia y otras formas de alivio ejecutivo, más del doble del total gastado en 2024. Los registros consultados por el Post también muestran que quienes buscan indultos han pagado hasta un millón de dólares para contratar a personas cercanas al presidente para que defiendan su caso.
Jeffrey Singer, experto en políticas de drogas del Cato Institute, dijo al Post que Trump ha estado en todos lados en materia de políticas de drogas, señalando que firmó una ley el mes pasado que endureció las restricciones al cáñamo, una forma de la planta de cannabis, después de decir que respaldó la medida electoral de Florida para legalizar la marihuana recreativa cuando era candidato.
“No hay coherencia”, dijo Singer. “Indulta a un narcotraficante, pero ordena fusilar in situ a narcotraficantes que no están en este país. De hecho, con esa lógica, uno se pregunta: ¿por qué perdemos el tiempo arrestando a gente en este país por narcotráfico? ¿Por qué no los fusilamos sin más?”, cuestionó.
Trump y la Casa Blanca han atribuido varias de sus recientes decisiones de indulto a la afirmación de que los delincuentes fueron tratados injustamente, lo que forma parte de la visión de Trump de que el sistema judicial se ha utilizado como arma en su contra y en la de otros.
Liz Oyer, quien se desempeñó como abogada de indultos del Departamento de Justicia bajo el gobierno de Trump antes de que la despidiera, dijo a The Washington Post que los presidentes han usado durante mucho tiempo sus poderes de clemencia para acortar las sentencias de delincuentes no violentos relacionados con drogas que han cumplido una condena considerable y han mostrado signos de rehabilitación.
Pero Orlando Hernández no cumple con ese estándar, dijo, destacando su breve tiempo en prisión y la falta de pruebas de que haya aceptado la responsabilidad de sus crímenes. "El indulto a narcotraficantes es prácticamente inaudito", dijo Oyer, quien fue despedida tras declarar que se negó a restituirle el derecho a poseer armas al actor Mel Gibson.
El indulto de Hernández, junto con la decisión de Trump de indultar a Ulbricht, subraya lo que Oyer describió como la erosión del sistema tradicional de investigación de clemencia, reemplazado por un proceso cada vez más determinado por el dinero, el acceso y la influencia política.





