En el último VERSUS de 2025, Perla Velázquez, Ana Lilia Pérez, Alejandro Páez Varela y Alina Duarte hicieron un balance sobre la política internacional, la violencia, la desigualdad y, también, los avances que marcaron al país y al mundo durante el año.
Ciudad de México, 29 de diciembre (SinEmbargo).- 2025 fue un año con un balance crudo y sin concesiones. Perla Velázquez, Ana Lilia Pérez, Alejandro Páez Varela y Alina Duarte revisaron el año desde tres ejes, lo feo, lo malo y lo bueno, con un hilo conductor claro: un mundo marcado por la violencia y el avance de las ultraderechas, frente a un México que, con tensiones y tareas pendientes, logró sostener un proyecto propio.
Alejandro Páez Varela abrió el balance recordando que 2025 inició “con la llegada de Donald Trump”, un segundo mandato que, dijo, se percibía como una amenaza directa para México y para el mundo.
“Yo pensé, honestamente, que iba a ser muy complicado transitar 2025 como país por Donald Trump”, señaló, al describir a un personaje que empujó gobiernos de ultraderecha y reactivó un clima global de hostilidad. Aunque reconoció que México logró sortear mejor esa relación que Europa o Canadá, subrayó que “lo feo de 2025 fue tener que lidiar con Donald Trump”.

Pero el punto más doloroso fue Gaza. Páez Varela habló sobre el genocidio ocurrido en tiempo real, que dejó “muchos niños muertos, madres muertas” y la destrucción de un pueblo entero. “Lo más lamentable , dijo, es que la diáspora judía no levantara la voz ante lo que estaba sucediendo con Palestina”.
Alina Duarte coincidió en que Gaza fue parte de “ese horror” que marcó el año, y lo vinculó con el avance del fascismo a escala global.
“El trumpismo significó el aglutinamiento de las ultraderechas del mundo, tratando de imponer un proyecto en contra de la vida, en contra de las mujeres, en contra de la comunidad LGBT y en contra del sur global”, sostuvo.
Por su parte, Ana Lilia Pérez reforzó esa idea al señalar que Gaza quedará como “una de esas heridas para la humanidad”, documentada día a día ante la pasividad internacional.
“Somos testigos de un genocidio que se está documentando en tiempo real y tenemos una comunidad internacional que no ha respondido de la manera que amerita”, afirmó, al tiempo que cuestionó duramente el papel de Naciones Unidas: “con el tema de Gaza queda en evidencia que no sirve para nada”.
A lo feo global se sumaron expresiones locales, la violencia persistente en México y tragedias como el desbordamiento del río Pantepec. Perla Velázquez recordó que ese desastre natural dejó muertos y miles de damnificados y exhibió, una vez más, “la cara de la oposición al querer lucrar y hacer una manipulación política por todo eso que se padeció”.
Lo malo: ultraderecha, migrantes y desigualdad
Al pasar a lo malo, Páez Varela colocó en primer plano “el ascenso de la ultraderecha en el mundo”, visible incluso en países que históricamente habían huido de esos extremismos. En América Latina, dijo, fue “bien triste” ver cómo proyectos de izquierda se desplomaron “por mezquindad de los dirigentes” y falta de unidad, abriendo paso a gobiernos como el de Javier Milei. “Nadie se merece a Milei”, sentenció.
Otro de los grandes males del año fue el trato a los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Páez Varela lo calificó como “algo intolerable” y profundamente doloroso: “que estén escondiéndose, que vivan con temor, que hayan sacado a los hijos de la escuela, que las familias estén separadas… todo eso es una situación horrible”. El responsable, insistió, tiene nombre: “El tipejo al que condujo a esto se llama Donald Trump”.
Ana Lilia Pérez retomó el tema desde una experiencia personal y colectiva. “Son héroes”, dijo sobre los migrantes, recordando el sacrificio de quienes dejan su tierra y viven en condiciones de hacinamiento para enviar dinero a sus familias. Por ello calificó de “absolutamente reprochable” que políticos mexicanos pidan la intervención de Trump: “qué falta de respeto para la comunidad migrante que está siendo objeto de toda esa violencia”.
La desigualdad también ocupó un lugar central. Páez Varela advirtió que en Estados Unidos “la riqueza de los más ricos se duplicó”, demostrando que el mito neoliberal del derrame es falso. “Los ricos son más ricos, punto y ya. Y provocan desigualdad, punto y ya”, afirmó.
Alina Duarte añadió que, en ese contexto, la derecha mexicana comenzó a “copiar y pegar” estrategias de desestabilización usadas en otros países, apostando por campañas de odio, desinformación y violencia. Alertó sobre un punto de quiebre visible en movilizaciones recientes: “ya no están solamente pensando en elecciones”.
Lo bueno: la Corte, Salinas Pliego y un México que resiste
Alejandro Páez Varela destacó como primer punto una transición política tranquila en México. “Había todos los augurios de que México no iba a lograr hacer una transición entre un líder muy poderoso como López Obrador hacia una mujer”, recordó, y celebró que eso no ocurriera. También subrayó que la Presidenta Claudia Sheinbaum no rompió con su antecesor: “así debe ser”.
Para Páez Varela, México se convirtió en “un faro de luz en medio de tanta oscuridad”, con políticas públicas sanas, bajo déficit fiscal y un impacto social tangible. “Que 13.4 millones de mexicanos hayan salido de la pobreza y 1.8 millones de la pobreza extrema convierte el modelo mexicano en una alternativa para muchos países en el mundo”, afirmó.
Otro logro fue la relación con Estados Unidos. Páez Varela sostuvo que Sheinbaum logró “domar a Trump”, algo que, dijo, no consiguieron Europa ni Canadá. “El personaje está, al menos hasta este momento, bajo control”, resumió, al destacar la estabilidad del tipo de cambio y el cierre económico positivo del año.

Alina Duarte amplió el panorama al plano internacional y celebró el crecimiento de movilizaciones globales, la politización en torno a Palestina, el fortalecimiento de los BRICS y la construcción de alternativas al FMI. “México es hoy un país más justo que el que era hace siete años”, sostuvo.
El cierre estuvo marcado por el Poder Judicial. Perla Velázquez subrayó como uno de los grandes momentos del año “la nueva Corte”, que representó “un gran golpe a Ricardo Salinas Pliego”. “Por primera vez en tantos años se le hizo justicia al pueblo de México”, dijo, aunque advirtió: “falta que pague”. A ello se sumó la salida de figuras clave como Norma Piña y Alejandro Gertz Manero, celebrada por los participantes como señales de un cambio de época.





