
Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).–Es probablemente uno de los animales a quienes se les agradece que miles de humanos continúen vivos. El cangrejo herradura es una de las especies más antiguas del planeta pues datan de hace más de 450 millones de años y por ello se les considera fósiles vivos.
Sin embargo, los humanos los quieren por su valiosa sangre ya que su sistema inmunológico ha contribuido a los avances en la medicina al contar con una sustancia sin propiedades antibacteriales.
Su sangre contiene un compuesto llamado Limulus amebocyte lysate, (LAL) que al coagularse alrededor de hongos, virus y endotoxinas bacterianas, acaba con cualquier infección.
La sangre brillante azul del cangrejo de herradura es precisamente de este color como consecuencia del uso de hemocianina a base de cobre para transportar oxígeno, cuando los vertebrados usan hierro en la hemoglobina.
En lugar de los glóbulos blancos para combatir la infección, muchos invertebrados tienen amebocitos como estos cangrejos y evolucionaron a un punto tan alto de refinamiento que es por ello su alto valor médico. Además que dicha reacción tarda menos de 45 minutos, a comparación del comportamiento de los sistemas de mamíferos que actúan en dos días
Cada medicamento creado por la industria farmacéutica debe pasar a través de una prueba a base de LAL para obtener su certificación, ya que se establece como el análisis estándar ante contaminación bacterial.

Gracias a la sangre azul de los cangrejos, se pueden detectar toxinas aún en concentraciones muy bajas y si alguna estuviera presente, el extracto de la sangre las atrapa y la solución se convierte en una consistencia como gel. Sin la sangre de estos artrópodos, muchas personas fallecerían a causa de infecciones.
Con dicha sustancia también se pueden probar riñones artificiales, vacunas y otros artefactos médicos y deshacerse de cualquier microbio.
Por otro lado, un cuarto de millón de cangrejos se cosecha cada año para la síntesis de extracción de su sangre y es durante la fase de su infancia tan sólo al pensar que cada prueba de droga de la industria farmacéutica requiere de esta sustancia, por lo que se estima que el costo del mercado en todo el mundo para hacer productos basados en las pruebas LAL es de 200 millones de dólares.
En 2012, se utilizaron por lo menos 610 mil animales para este propósito además que existe la crianza de ejemplares, donde extraen el 30 por ciento de su sangre y luego los regresan al océano.
En Estados Unidos existen lugares donde cosechan a esta especie desde 1970, pero la sobre explotación tan solo en ese país ha llevado a un declive a las poblaciones de esta especie, que pone en alerta a todos.
Existen numerosas investigaciones para sustituir la sustancia por otra sintética, ya que el cambio climático parece ser también un factor para la disminución de sus poblaciones.
Aunque la medicina sobrevivió durante muchos siglos sin la ayuda de esta sustancia, no hay estimaciones de hasta cuándo podría la humanidad contar con los cangrejos, pero su ausencia podría ser fatal.




