
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).-Las tendencias de nado de las tortugas son aún desconocidas para los humanos. A veces nadan a corriente y otras no, a veces se alejan y otras regresan. Lo que es seguro son las amenazas que enfrentan en la actualidad, son cazadas, atrapadas de manera ilegal para su comercio, pierden su hábitat y se enredan en los residuos sólidos que existen debajo del agua.
Por si fuera poco, deben enfrentar el cambio climático y el calentamiento de los océanos. Investigadores del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) rastrearon tortugas por satélite para descubrir cómo se dan sus migraciones según su edad y si éstas se ven afectadas por las temperaturas en ascenso del mar.
Los resultados arrojados alertaron a los científicos, ya que durante el verano en el Golfo Pérsico las tortugas abandonaron el lugar donde se alimentan justo cuando el agua alcanzaba los 35 grados centígrados o más y buscan lugares más frescos, para regresar a ese mismo punto una vez que las temperaturas hayan bajado.
Estos estudios sugieren que las tortugas marinas en otras partes del mundo también tendrían que cambiar sus hábitos y es imposible determinar si lograrán sobrevivir, y si es así, ¿cómo lo harán?

Por ahora los investigadores del WWF determinaron áreas clave que requieren de protección en el presente, como en el futuro gracias a la información satelital. Los datos obtenidos podrían ayudar a la supervivencia de esta especie.
Uno de los problemas, además del calentamiento del agua en los océanos, también es la arena caliente. Muchas personas asisten a las playas para liberar a las crías de tortugas marinas recién nacidas y asegurarse que lleguen seguras al agua, sin embargo, las personas no están constantemente pendientes cada que nacen las crías.
Entonces enfrentan las amenazas de otros depredadores en ese tramo que deben recorrer entre los nidos donde nacen y el agua, por más corto que parezca.
Los aumentos proyectados en la temperatura podría cambiar las proporciones de sexo en los neonatos, lo cual sería un sesgo significativo para las hembras. La escasez de machos podría reducir la capacidad de la población para adaptarse y hacer frente al cambio climático. Eso ocasionaría una disminución en la presencia de huevos anidados y por ende en la población.
En México también se trabaja para estudiar el impacto del cambio climático en sitios de anidación de la tortuga carey y los resultados hacen la diferencia en lugares como Madagascar.




