Saludo nazi, recorte a los pobres, etc. Musk pierde la máscara en Washington

30/05/2025 - 12:38 pm

Elon Musk oficializó este viernes su salida del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), luego de criticar el plan fiscal del Presidente Donald Trump y mostrar, en sólo tres meses, su verdadero rostro ante Washington.

Ciudad de México, 30 de mayo (SinEmbargo).- Elon Musk oficializó este viernes su salida del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, pero aseguró que su salida es apenas el comienzo del departamento y se dijo dispuesto a aconsejar al Presidente Donald Trump cuando este se lo solicitará.

"Muchas gracias, Elon, cuídate, por favor", así despidió Trump a su ahora exasesor estrella: el multimillonario Elon Musk, a quien le entregó una llave dorada de la Casa Blanca como regalo por su servicio como empleado especial del Gobierno, el cual calificó como "incomparable".

El magnate regresa a sus empresas. Tiene mucho que afrontar allá. Tesla está a punto de lanzar su primer robotaxi, SpaceX intenta lanzar una nave espacial a Marte, y xAI se apresura a desarrollar inteligencia artificial de nivel humano antes de que la competencia lo haga primero.

Pero Elon Musk no se va como héroe, después de quitarse la máscara en un ambiente (Washington) que no perdona las debilidades. Y las suyas son grandes, difíciles ya de ocultar. Una de ellas es su amor al pensamiento de ultraderecha. Y quien tenga dudas sólo debe repasar el video donde hace el saludo nazi.

Musk generaba sospechas, pero definitivamente no era considerado un extremista de derecha como ahora. “Ser Presidente no cambia quién eres; revela quién eres”, dijo alguna vez Michelle Obama y eso marcó la política en Estados Unidos. Parece que la frase aplica también para el primer amigo del Presidente de Estados Unidos.

“De vuelta a pasar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en el trabajo y durmiendo en salas de conferencias-servidores-fábricas”, publicó Musk el sábado en X. “Debo estar súper concentrado en X/xAI y Tesla (además del lanzamiento de Starship la próxima semana)”. Suena bien su agenda. La realidad es que su aventura en la política lo hace ver más vulnerable que nunca y le pegó donde más le duele: su imagen y la fortuna personal. En tres meses perdió, según algunos cálculos, entre 120 y 180 mil millones de dólares. Pero además el escrutinio público lo ha exhibido como un extremista sin empatía para la gente común.

“Musk es conocido por su manía obsesiva con todo lo que tiene por delante, y durante años ha dedicado su tiempo a intentar desarrollar tecnologías complejas en su imperio empresarial. Las empresas a las que regresa aún lidian con ese tipo de desafíos complejos, pero ahora deben hacerlo con Musk convertido en una figura profundamente polarizante. En el lanzamiento de la Starship de SpaceX a principios de esta semana, parecía concentrado en los detalles de la misión, luciendo su fiel camiseta de ‘Occupy Mars’ durante las entrevistas y cuando se encontraba en las instalaciones de control de vuelo de la compañía cerca de Brownsville, Texas. No se veía ninguna gorra de ‘Make America Great Again’”, dice hoy The Wall Street Journal.

El miércoles por la noche, Musk anunció su renuncia a su trabajo en DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) de Estados Unidos, un proyecto de cuatro meses para recortar drásticamente el gasto público que prometía hasta 2 billones de dólares en recortes y que, en realidad, sólo ha logrado una pequeña fracción de esa cifra. Aun así, muchos aliados del Presidente Donald Trump han calificado el trabajo de Musk como un “valiente esfuerzo para eliminar el despilfarro del gasto federal”.

Musk deja su puesto tras semanas de pérdida de influencia y crecientes fricciones tanto con el Presidente Trump como con los accionistas de sus propias empresas privadas. Sin embargo, el jueves, Trump insinuó que seguía alineado con uno de sus principales aliados políticos, afirmando que comparecería con Musk en la Casa Blanca el viernes por la tarde para una conferencia de prensa.

“Su Departamento de Eficiencia Gubernamental estaba lleno de funcionarios recién llegados que tenían dificultades tanto con la Ley como con los hechos. Publicaron datos erróneos y cometieron errores de procedimiento que socavaron su credibilidad. Además, se apresuraron a realizar recortes sin comprender aparentemente qué estaban recortando. El grupo desmanteló agencias y despidió a miles de empleados federales, lo que interrumpió los servicios —y el sustento de los trabajadores— sin ofrecer la recompensa que Musk prometió. Cuando se fue, DOGE afirmó que sólo había alcanzado el 18 por ciento de su objetivo de ahorro. El equipo de Musk también cargó al Gobierno con docenas de demandas en curso, incluyendo varias en las que los jueces suspendieron los recortes”.

Así que, tan sólo unos meses después de que Musk empuñara la motosierra, interpretando al villano en la pesadilla de Washington, se marchó asumiendo otro papel: el de víctima de Washington. Se marchó quejándose.

Enfermedad, hambre y muerte

Michelle Goldberg, columnista de The New York Times, escribe hoy que la herencia del multimillonario será enfermedad, hambre y muerte. “Hay una publicación de Elon Musk en X, su plataforma de redes sociales, que debería definir su legado. 'Pasamos el fin de semana alimentando a USAID con la trituradora de madera’, escribió el 3 de febrero. Podría haber ‘ido a fiestas geniales. En lugar de eso, lo hice’”.

Fotografía de Elon Musk con una placa de DOGE, compartida por él mismo en redes sociales. Foto: X @elonmusk

“El absurdo plan de Musk para ahorrarle al Gobierno un billón de dólares recortando drásticamente el ‘despilfarro, el fraude y el abuso’ ha sido un fracaso. DOGE afirma haber ahorrado 175 mil millones de dólares, pero los expertos creen que la cifra real es significativamente menor. Mientras tanto, según la Asociación para el Servicio Público [de Estados Unidos], que estudia la fuerza laboral federal, los ataques de DOGE al personal gubernamental (despidos, recontrataciones, uso de licencias administrativas remuneradas y toda la consiguiente falta de productividad) podrían costarle al Gobierno más de 135 mil millones de dólares este año fiscal, incluso antes de pagar el precio de defender las acciones de DOGE en los tribunales. Es posible que la ofensiva de Musk contra la burocracia no haya generado ningún ahorro, y si lo hizo, fue insignificante”.

Hay un aspecto en el que Musk, con la ayuda de sus secuaces, logró sus objetivos, dice Michelle Goldberg. “De hecho, desmanteló la USAID. Aunque ahora tiene una operación discreta dentro del Departamento de Estado, la administración afirma haber cancelado más del 80 por ciento de las subvenciones de la USAID. Brooke Nichols, profesora asociada de salud global en la Universidad de Boston, ha estimado que estos recortes ya han causado unas 300 mil muertes, la mayoría de ellas de niños, y es muy probable que provoquen muchas más para finales de año. Eso es lo que logró la incursión de Musk en la política”.

“Si hubiera justicia en el mundo, Musk jamás podría reparar su reputación, al menos no sin dedicar la mayor parte de su fortuna a aliviar la miseria que ha engendrado. Su trayectoria en el Gobierno ha revelado graves defectos en su carácter: una crueldad despreocupada y deshumanizante, y una indiferencia letal. Esto debería moldear la imagen que se le dará durante el resto de su vida pública. Musk a veces se refiere a las personas que desprecia como ‘PNJ’, término que en los videojuegos designa a personajes que no son controlados por los jugadores y, por lo tanto, carecen de autonomía. Más que un simple insulto, el término, en mi opinión, revela algo sobre su visión del mundo. O bien no considera a la mayoría de las personas como completamente reales o no le ve sentido tratarlas como tales. Como le dijo a Joe Rogan este año: ‘La debilidad fundamental de la civilización occidental es la empatía’, refiriéndose a la emoción como un ‘virus’ en nuestro sistema”, escribe la autora en el Times.

“Para Musk habría sido fácil viajar en su avión privado a un país como Uganda para comprobar con sus propios ojos el trabajo que USAID ha realizado proporcionando medicamentos a personas con VIH o alimentando a refugiados de Sudán del Sur. En cambio, se dejó aconsejar por trolls de internet y dotó a DOGE de lacayos igualmente ignorantes”, agrega Goldberg. ‘Este tipo de despreocupación intelectual debería hacer que la gente reconsidere su fe en la brillantez de Musk”.

Habitual consumidor de drogas

Kirsten Grind y Megan Twohey escribe hoy que Musk se convirtió en uno de los aliados más cercanos de Trump el año pasado liderando mítines ruidosos y donando cerca de 275 millones de dólares para ayudarlo a ganar la presidencia, al tiempo que consumía drogas con mucha más intensidad de lo que se creía. Para muchos sectores eso no tiene problemas. Pero en alguien apoltronado en la derecha lo posiciona como un hipócrita.

El consumo de drogas de Musk “iba mucho más allá del ocasional. Decía que tomaba tanta ketamina, un potente anestésico, que le estaba afectando la vejiga, un efecto conocido del consumo crónico. Consumía éxtasis y hongos psicodélicos. Y viajaba con una caja de drogas diarias que contenía unas 20 pastillas, incluyendo algunas con la marca del estimulante Adderall, según una foto de la caja y personas que la vieron. No está claro si Musk, de 53 años, consumía drogas cuando se convirtió en una figura clave en la Casa Blanca este año y se le otorgó la facultad de reducir drásticamente la burocracia federal. Sin embargo, ha exhibido un comportamiento errático, insultando a miembros del gabinete, gesticulando como un nazi y confundiendo sus respuestas en una entrevista preparada”, dicen en The New York Times.

Al mismo tiempo, la vida familiar de Musk se ha vuelto cada vez más tumultuosa, ya que ha lidiado con relaciones románticas superpuestas y batallas legales privadas que involucran a su creciente prole, según documentos y entrevistas.

Musk, quien se unió al círculo íntimo del Presidente Trump tras amasar una gran fortuna con autos, satélites y cohetes espaciales, es conocido desde hace tiempo por sus declaraciones grandilocuentes y su personalidad voluble. Sus partidarios lo ven como un genio excéntrico cuyo estilo de gestión descontrolado es clave para su éxito.

Redacción/SinEmbargo

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