El mandatario peruano dejó abierta la opción de intervenir la sede diplomática mexicana si la justicia lo exige.
Ciudad de México, 23 de noviembre (SinEmbargo).- El Presidente de Perú, José Jerí, abrió la puerta a una posible irrupción en la Embajada de México para detener a la exprimera Ministra Betssy Chávez, investigada por el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y recientemente puesta bajo prisión preventiva.
En una entrevista con El Comercio, Jerí declaró que su gobierno evaluará todos los escenarios y no descarta una intervención directa en la sede diplomática mexicana.
“No me limito y, si tiene que ingresarse a la Embajada mexicana, se hará. He demostrado con acciones concretas, que muchos no se lo esperaban, que no me tiembla la mano”, dijo al ser cuestionado sobre si replicaría el operativo que Ecuador ejecutó en abril pasado en la sede diplomática mexicana para capturar al exvicepresidente Jorge Glas.
La tensión entre ambas naciones escaló esta semana luego de que el Poder Judicial peruano ordenara cinco meses de prisión preventiva contra Chávez, quien se mantiene asilada en la Embajada de México.
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— El Comercio (@elcomercio_peru) November 23, 2025
Jerí afirmó que su gobierno aún medita los pasos a seguir, pero acusó a México de permitir un “mal uso del asilo político” y sostuvo que, si la exfuncionaria abandona la sede diplomática, será detenida de inmediato. También dijo que se tomará tiempo antes de decidir sobre el otorgamiento de un salvoconducto.
En su entrevista, el mandatario peruano también rechazó las acusaciones de persecución política hechas por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y por sectores de izquierda en América Latina, que señalan que en Perú existen abusos judiciales contra Castillo y sus excolaboradores.
“Es parte de una estrategia de defensa totalmente alejada de la realidad. Ninguno es perseguido en el Perú, ningún expresidente está secuestrado. Yo no soy un dictador y sólo he cumplido con el mandato de la Constitución. Entiendo que hablen tonterías como parte de una defensa política más que jurídica. La gente ya sabe quién es quién, no hay nada que inventar nada, son hechos los que cuentan", señaló al diario peruano.
Orden contra Chávez desata crisis Perú–México
La justicia peruana endureció su posición el viernes, cuando el Juez Juan Carlos Checkley aceptó el pedido de la Fiscalía y convirtió la comparecencia con restricciones que Chávez mantenía en libertad en una prisión preventiva de cinco meses.
El Magistrado señaló que la exfuncionaria incumplió varias reglas de conducta, entre ellas inasistencias al control biométrico y a audiencias programadas. Para el Juez, existe un riesgo “palpable” de fuga que podría frustrar el juicio oral.
Chávez, acusada del delito de rebelión por su participación en los hechos del 7 de diciembre de 2022, se refugió en la Embajada de México después de que el Gobierno de Sheinbaum Pardo le ofreciera asilo.
El temor a un nuevo asalto
Las declaraciones de Jerí no ocurren en el vacío. El 5 de abril de 2024, Ecuador ingresó por la fuerza a la Embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba asilado en el lugar tras alegar persecución política.
Durante el operativo, agentes sometieron a personal diplomático mexicano y retiraron por la fuerza a Glas, lo que provocó una crisis bilateral sin precedentes y el rompimiento de relaciones entre ambas naciones.
Glas fue trasladado primero al hospital y luego a la prisión de máxima seguridad La Roca, donde inició una huelga de hambre. Su defensa denunció uso excesivo de la fuerza durante la detención. El Gobierno mexicano divulgó posteriormente videos y testimonios del personal de su Embajada que describen el asalto, el sometimiento de guardias y funcionarios, y la retirada del político ecuatoriano en vehículos blindados.
El exvicepresidente, sentenciado previamente por casos de corrupción y procesado por presunta malversación en la reconstrucción de Manabí, agradeció al Gobierno de México por difundir las imágenes del asalto y afirmó que, aunque no logró obtener asilo, la protección mexicana le permitió preservar su “dignidad” como perseguido político.




