La narcopolítica en Michoacán nació en la posguerra y se ha vuelto mucho más salvaje

30/11/2025 - 9:00 pm

La narcopolítica en Michoacán se remonta a la posguerra, impulsada por la demanda de drogas en Estados Unidos. La situación se agudizó con la llegada de grupos más opresivos en el siglo XXI, como La Familia Michoacana, que usaba el método "plata o plomo".

Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).– La narcopolítica en Michoacán, que alcanza a gobiernos de los principales partidos, no es un fenómeno nuevo, sino que se arraigó desde hace décadas, desde la posguerra, es decir los años después de la Segunda Guerra Mundial ante la demanda de marihuana y heroína en Estados Unidos, y se extiende hasta hoy en día, en donde se ha vuelto más evidente, expuso el investigador Enrique Guerra Manzo.

"Estas relaciones de colusión entre crimen organizado y autoridades locales venía desde los años de posguerra y no ha dejado de estar presente esa digamos relación simbiótica o zona gris en donde no están claro dónde termina lo legal y lo ilegal", afirmó.

El investigador señaló que este "gatopardismo" ha permitido que los mercados ilícitos prosperen en convivencia con las autoridades. En ese sentido, indicó que la situación se agudizó con la llegada de grupos criminales más opresivos a partir del siglo XXI al recordar cómo la Familia Michoacana amenazaba con “plata o plomo” a la mayor parte de las autoridades locales de las dos terceras partes de Michoacán de los municipios que dominaba “y eso no ha cambiado”.

En efecto, fue la propia Familia Michoacana la que exhibió en uno de los momentos más violentos en el estado cómo esa “zona gris” —como Enrique Guerra Manzo a la connivencia arraigada entre las autoridades locales y el crimen organizado— alcanzaba a todos los partidos políticos y representaba una de las principales problemáticas para apaciguar esta entidad.

El líder criminal Servando Gómez “La Tuta” exhibió a lo largo de 2014 una serie de videos en los que aparecía reunido junto a Jesús Reyna García, el Secretario de Gobierno del priista Fausto Vallejo Figueroa que lo sucedió de manera interina en el poder. En otra grabación apareció con Rodrigo Vallejo Mora hijo del entonces gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa. De igual forma fue captado con Salma Karrum, Alcaldesa de Pátzcuaro y Dalia Santana Pineda, Alcaldesa de Huetamo, ambas del PRI; así como con Arquímides Oseguera Solorio, el Alcalde perredista de Lázaro Cárdenas.

El mismo Servando Gómez sostuvo en una grabación que “la única persona que tuvo un acercamiento con nosotros cuando las campaña de 2011 para la gubernatura de Michoacán fue la señora Luisa María Calderón Hinojosa”, la hermana del entonces Presidente Felipe Calderón; algo que la panista siempre ha negado. Años antes, en 2010, W Radio publicó un audio en el que "La Tuta", le ofrecía todo su apoyo a Julio César Godoy Toscano, para ganar la elección de diputado al medio hermano del exgobernador Leonel Godoy.

Servando Gómez "La Tuta". Foto: PGR

Guerra Manzo refirió que la "zona gris" persiste porque, si bien los distintos niveles de gobierno federal y estatal pueden gobernar, "en realidad quien realmente reina son esos poderes fácticos" del crimen organizado, que constantemente superan el poder de fuego y la capacidad operativa de las policías y las instituciones locales. La paz, para una población harta de la incertidumbre, se percibe como algo lejano.

En ese sentido expuso cómo la debilidad institucional, marcada por la escasa presencia del Estado y la insuficiencia de las policías municipales, creó un vacío de poder. Este vacío fue históricamente ocupado por caciques opresivos, estructura sobre la cual se montaron los actuales "narcaciques" o "jefes de plaza". La población, en muchos casos, se ha acostumbrado a este orden de facto.

En su libro Territorios violentos en México: El caso de Tierra Caliente, Michoacán, Enrique Guerra Manzo aborda precisamente en la profunda complejidad de la violencia crónica en México a través de una perspectiva histórica y enfatizando el papel de la "zona gris" en los vínculos entre los cárteles de la droga y el poder político.

Un viejo vínculo criminal

Históricamente, la "zona gris" se estructuró en el siglo XX, particularmente a partir de la Segunda Guerra Mundial, facilitando las expresiones de "captura del Estado" por parte del crimen organizado. El tráfico de drogas se asoció a los nexos entre traficantes y funcionarios del aparato estatal, buscando capturar áreas estratégicas como aduanas, jueces y el sistema de procuración de justicia.

Durante gran parte del siglo XX, específicamente entre 1940-1980, ciertos sectores del Estado brindaron protección a los narcotraficantes a cambio de beneficios y lealtad, logrando mantener el orden social y evitar el desbordamiento de la violencia. En este modelo, los narcotraficantes se encontraban en subordinación a los políticos, lo que dio lugar a la generación de "miniestados" en algunas regiones del país.

Sin embargo, este modelo de subordinación del crimen organizado se resquebrajó a partir de 1985. La transición a la democracia y la necesidad de dinero para los políticos facilitaron que muchos de ellos se apoyaran en los cárteles, propiciando una nueva captura del Estado o reestructuración de la "zona gris".

En Michoacán, la "captura del Estado en acción" se evidenció con organizaciones como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. Estos grupos llegaron a controlar el 70 por ciento de los ayuntamientos de la entidad, imponiendo directores de policía y de obras públicas, y cobrando el "diezmo" del presupuesto municipal. El método era simple: "plata o plomo".

Guerra Manzo subraya que la persistente debilidad infraestructural del Estado en Tierra Caliente fue fomentada por la existencia de esta "zona gris" para los negocios ilícitos. A partir de una serie de entrevistas, pudo documentar cómo en el Valle de Apatzingán, las personas estaban más interesadas en preservar complicidades con los grupos armados (estableciendo una "zona gris") y círculos de impunidad que en resolver el problema de la violencia.

En suma, el autor concluye que la permanencia de la violencia en el país y en Michoacán hace imperativo que las investigaciones futuras profundicen en el análisis de las condiciones bajo las cuales tiende a emerger la "zona gris", ya que es en este espacio donde florecen los nexos entre actores estatales y no estatales que derivan en la captura de ciertas áreas del Estado y el consiguiente debilitamiento de la gobernabilidad democrática. Si no se combate esta realidad, se perderá la ya débil capacidad del Estado para mantener la paz y la seguridad.

Obed Rosas

Obed Rosas

Obed Rosas es editor de la Unidad de Investigación y encargado de la sección de Libros de SinEmbargo, en donde también se ha desempeñado como Jefe de Mesa y Editor de Redes. Es conductor de Close UP y Co-conductor, junto a Álvaro Delgado, de Siete Días, programas de SinEmbargo Al Aire. Ha trabajado en otros medios como Expansión, Newsweek en Español y Revista Zócalo. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM y estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.

Lo dice el reportero