
Ciudad de México, 5 de enero (SinEmbargo).- No por nada al perro se le conoce como el mejor amigo del humano, pues la raza canina es una de las más tolerantes y de las que desarrolló mejor su compatibilidad con el ser humano.
Sin embargo, quienes tienen a un perro como animal de compañía ignoran muchas veces cuáles son las mejores formas de aproximarse al can y terminan por abrumarlos.
Por ello aquí hay algunas situaciones que molestan a los perros y que será mejor que las personas eviten hacerlas para un mejor vínculo.
USAR PALABRAS
Muchas personas creen que los perros por ser inteligentes entenderán el lenguaje humano. Bueno, una parte de esto es muy cierto, pero ellos prefieren el lenguaje corporal para comprender lo que su tutor les quiera decir.
“Aunque no podemos decir cuánto y en qué manera los perros entienden la información del discurso de nuestro estudio, podemos decir que los perros reaccionan a ambas comunicaciones tanto habladas como al contexto de quién lo dice, ya que esta información y sus componentes parecen ser procesados en diferentes áreas de sus cerebros”, explicó Victoria Ratcliffe, una de las autoras de un estudio publicado por la Escuela de Psicología de la Universidad de Sussex, Reino Unido.
Los expertos sugieren que como experimento, las personas intenten comunicarse un día completo con su perro únicamente con el cuerpo y ver cómo reaccionan los canes a estas expresiones.
ABRAZARLOS MUCHO

A diferencia de lo que se cree, abrazar durante mucho tiempo a un perro les resulta muy molesto. Para los humanos el significado de un abrazo es de apoyo, de amor o de emoción, pero para los perros esta muestra de afección es una expresión de dominio.
Cuando un perro pone su pata en la espalda de otro can, es considerado un acto de dominación, por lo que si un humano hace un acto parecido en sus perros como animales de compañía, ellos lo verán así. Probablemente el perro pueda entender si su tutor lo abraza, ya que es la persona más cercana que conoce, pero si alguien más lo intenta podrían reaccionar de una manera hostil.
ACARICIAR SU ROSTRO
O su cabeza. No lo aprecian. No lo hagan. Es un acto un poco parecido con los humanos, quienes probablemente tampoco gusten demasiado que les den palmaditas en la cabeza o en el rostro.
Para los canes, resulta igual de doloroso e incómodo, a pesar de lo que la mayoría piense sobre hacer este acto acompañado con alguna frase como "buen chico".
Aunque probablemente no reaccionen abruptamente o se alejen de la palmada en su cabeza, tampoco significa que lo disfruten. Si se busca hacer sentir como un "buen chico" al perro, una palmadita cerca de su cola será lo correcto.
VERLOS FIJAMENTE
Lo mismo ocurre con los humanos si alguien los observa fijamente a los ojos durante mucho tiempo, es intimidante e incómodo.
Para los perros y otras especies, el establecer contacto visual significa dominio y muchas veces perciben este acto como un signo de agresión.
Algunos perros reaccionan con evasiones o de forma sumisa, ya que el tener a un humano demasiado cerca mirándolo a los ojos no lo hará sentir cómodo.
LÍMITES EN EL PARQUE

Todo el día encerrados, un recorrido por la calle con una correa y en el parque finalmente encuentran que no pueden correr y olisquear a sus anchas.
Pocas cosas podrán poner de nervios e impacientes a los canes como no poder correr libremente y explorar el espacio al que acuden únicamente una hora por día. Es importante mantener las normas cívicas en los lugares públicos y cuidarlos de los riesgos, pero los propósitos de salir por un paseo se pierden cuando recorren la misma acera y ven el mismo parque, con los mismos objetos en los lugares de siempre.
Los perros agradecerán que en la próxima salida puedan oler a su gusto objetos por más minutos de los que normalmente pueden y el tener la posibilidad de explorar cuanto quieran para estimular sus sentidos.




