
Como se documenta a lo largo de estas páginas, Norberto Rivera es un claro ejemplo de que la impunidad y el fuero religioso es una regla no escrita de la política mexicana. El prelado es intocable no sólo por su condición de alto clero, sino por su hermandad con el poder. Más que como pastor o líder espiritual, dice Bernardo Barranco, "el cardenal encarna al obispo sinuoso, rodeado de lujos, protector de pederastas, centavero, solapador a conveniencia propia y de sus amigos: actores de doble moral dentro y fuera de la Iglesia".
Bernardo Barranco (Veracruz, 1954) es licenciado en economía por la UNAM y maestro en sociología del catolicismo contemporáneo por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Ha sido consejero electoral del Instituto Electoral del Estado de México, director general de la Fundación Vamos FDS, presidente ejecutivo de Procura y editor de la sección Responsabilidad Social Empresarial del periódico El Economista. Actualmente conduce el programa de televisión Sacro y Profano, que se transmite semanalmente en Canal 11.





