CLOSE UP ¬ Lula enfrenta a Trump "sin miedo" y el Presidente brasileño gana adeptos

09/08/2025 - 5:00 pm

Lula da Silva afirmó que esperaba ser tratado con "respeto" por Donald Trump y dijo que no se intimidaba por el poderío estadounidense, ante la inminente aplicación de aranceles del 50 por ciento de impuestos por Washington a las exportaciones brasileñas.

Ciudad de México, 9 de agosto (SinEmbargo).- “Conocemos el poder económico de Estados Unidos, reconocemos el poder militar de Estados Unidos, reconocemos el tamaño tecnológico de Estados Unidos, pero eso no nos hace tener miedo, nos hace estar preocupados” dijo el Presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva a The New York Times, horas antes de que Donald Trump materializara su amenaza de imponer a Brasil un impuesto del 50 por ciento.

Donald Trump firmó la semana pasada una orden ejecutiva para aplicar un arancel adicional del 40 por ciento a Brasil, con lo que elevó el monto total hasta un 50 por ciento "para enfrentar las recientes políticas, prácticas y acciones" del Gobierno de Lula da Silva, las cuales "constituyen una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional, la política exterior y la economía" de su país.

En su orden ejecutiva, EU consideró “que la persecución, la intimidación, el acoso, la censura y el procesamiento por motivos políticos por parte del Gobierno de Brasil del expresidente brasileño Jair Bolsonaro y de miles de sus partidarios son graves abusos de los derechos humanos que han socavado el Estado de Derecho en Brasil".

El Presidente de Brasil ha contraatacado a Trump en discursos por todo Brasil. Sus redes sociales se han llenado de referencias a la soberanía de Brasil. Y ha empezado a llevar una gorra que dice “Brasil pertenece a los brasileños”.

Trump, a su vez, es un aliado del expresidente Jair Bolsonaro, un exmilitar de extrema derecha que hundió a Brasil como muestran distintos indicadores. De hecho, los aranceles a Brasil son los más elevados que ha impuesto a algún país por razones políticas y no económicas, aunque él mismo ha dicho falsamente que EU tenía un déficit comercial con Brasil, cuando la Unión Americana tuvo en realidad un superávit comercial de 7 mil 400 millones de dólares con Brasil el año pasado, sobre unos 92 mil millones de dólares de comercio.

En una carta dirigida al Presidente Lula da Silva del 9 de julio, Trump calificó la causa penal contra Bolsonaro de “vergüenza internacional” y la comparó con los cargos que pesaban en su contra. “Me pasó a mí, multiplicado por 10”, dijo. Y posteriormente lanzó el ultimátum arancelario que se cumplió el miércoles de la semana pasada.

“Conocí y traté con el expresidente Jair Bolsonaro, y lo respetaba profundamente, al igual que la mayoría de los demás líderes. La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro, un líder muy respetado en todo el mundo durante su mandato, incluso por Estados Unidos, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar en marcha. ¡Es una cacería de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE!”, amenazó Trump en esa carta.

Lula respondió que era “vergonzoso” que Trump lanzara sus amenazas en su sitio de redes sociales y sostuvo que su comportamiento se apartó de todas las normas de negociación y diplomacia. “Cuando tienes un desacuerdo comercial, un desacuerdo político, levantas el teléfono, organizas una reunión, hablas e intentas resolver el problema. Lo que no haces es imponer y dar un ultimátum”.

En la entrevista con The New York Times, Lula aclaró que “en ningún momento Brasil negociará como si fuera un país pequeño frente a un país grande” e indicó que para Brasil, “el Estado de derecho democrático es algo sagrado… porque ya hemos vivido dictaduras, y no queremos más”.

“Ni el pueblo estadounidense ni el brasileño se merecen esto”, dijo Lula al Times. “Porque vamos a pasar de una relación diplomática de 201 años de ganar-ganar, a una relación política de perder-perder”.

Trump dice que Lula puede hablar con él cuando desee, tras 2 días de aranceles de 50%.
Trump dice que Lula puede hablar con él "cuando quiera", luego de que el pasado 30 de agosto firmara una orden ejecutiva para elevar el arancel ese país hasta un 50 por ciento. Foto: X @LulaOficial

De la pobreza a la Presidencia

Lula da Silva es el séptimo hijo del matrimonio de Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo. Nació en 1945 en el estado de Pernambuco, una de las regiones más pobres de Brasil. Él mismo ha dicho que debido a las carencias en las que creció no supo qué era el pan hasta los 7 años.

Precisamente a esa edad, Lula viajó junto con su madre y sus hermanos al noreste del país para vivir en los barrios marginales de São Paulo. Ahí acabó la primaria, fue mensajero, lustrabotas y cuando tenía 14 años comenzó a trabajar como tornero mecánico, ahí perdió un dedo en un torno en un accidente.

Ahí en la fábrica ascendió y a los 23 años se involucró en el Sindicato de Metalúrgicos. Fue a finales de 1968 cuando el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de São Bernardo do Campo comenzó a preparar las elecciones para la renovación de su Junta directiva que Lula participó junto a su hermano mayor, José Ferreira da Silva, “Frei Chico”, un militante del Partido Comunista Brasileño.

Lula no contaba con experiencia y aceptó sumarse como suplente en la lista finalmente ganadora. Para 1972 se convirtió en secretario general del sindicato y comenzó a hacer carrera. Algunos de sus colaboradores de esta etapa serían funcionarios en sus gobiernos.

Por esos años, en 1964, una junta militar gobernaba Brasil y las huelgas eran ilegales, pero Lula desafió a los generales y a los patrones. Eso lo convertiría en una figura reconocida a nivel nacional entre la clase trabajadora.

El 10 de febrero de 1980, Lula fundó el Partido de los Trabajadores (PT). Ese mismo año, en abril, encabezó una huelga que fue brutalmente reprimida y a partir de la cual fue condenado a 3 años y 6 meses de prisión acusado de desorden público. Sin embargo, la sentencia fue anulada.

Tras la vuelta de la democracia en 1986, pudo ser elegido Diputado .'Lula' se convirtió en el principal opositor al oficialismo y se postuló en tres elecciones seguidas, entre 1989 y 1998, a la Presidencia de su país. Sin embargo, perdió debido a que era visto como demasiado radical.

Luego de intentarlo en 1989, 1994 y 1998 en 2002 Lula se convirtió en el primer Presidente de origen obrero en gobernar Brasil.

Como Presidente gobernó en dos periodos consecutivos con medidas que favorecieron particularmente a los más desfavorecidos. Según el Banco Mundial, entre 2001 y 2011, el PIB per cápita de Brasil creció un 32 por ciento, mientras que la desigualdad disminuyó un 9.4 por ciento y el porcentaje de personas en situación de pobreza y pobreza extrema se redujo a la mitad.

El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante una conferencia de prensa en el Palacio del Planalto, en Brasilia, Brasil, 3 de junio de 2025. Foto: Lucio Távora, Xinhua
El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante una conferencia de prensa en el Palacio del Planalto, en Brasilia, Brasil, 3 de junio de 2025. Foto: Lucio Távora, Xinhua

De la cárcel y de vuelta al Poder

Fuera del poder, Lula enfrentó el escándalo de corrupción conocido como operación Lava Jato, una trama que desató la mayor crisis política no solamente en Brasil, donde empezó, sino en toda América Latina. La investigación que empezó en 2014 desembocó en más de 400 acusaciones de corrupción en Brasil, y llevó a encarcelar a Lula da Silva y a la destitución de la Presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores.

Lula fue acusado de lavado de dinero y corrupción pasiva en el marco de este caso que implicó a decenas de empresas y políticos brasileños. El juez Sergio Moro, quien después se sumaría al Gobierno de Jair Bolsonaro, presentó un caso que lo llevó a la cárcel por más de 500 días y lo descarriló del escenario, pero particularmente de la contienda política.

Las actuaciones judiciales de Sergio Moro impidieron que Lula, que tenía un índice de popularidad de casi el 80 por ciento, se presentara para la presidencia, facilitando la victoria de Bolsonaro cuando se vio que ninguna alternativa real a Lula podía prosperar.

Bolsonaro nominó a Sergio Moro frente al Ministerio de Justicia, lo que llevó a muchos a hablar de un acuerdo para bloquear a la oposición política a cambio de una posición central en el círculo más íntimo de Bolsonaro.

Todo esto se confirmó cuando en marzo de 2021, The Intercept publicó documentos que evidenciaban que los fiscales a cargo del caso tenían dudas sobre la validez de las pruebas presentadas contra Lula, pero que trabajaron junto a Sergio Moro y Deltan Dallagnol, fiscal principal de Lava Jato, para construir un caso que lo pudiese condenar definitivamente a la cárcel.

The Intercept publicó conversaciones por Telegram de los fiscales, en las que se veía cómo intentaron impedir que Lula concediese una entrevista desde la cárcel a la Folha de São Paolo antes de las elecciones presidenciales, en vista de que, si permitían que la entrevista se publicase, aumentaría la posibilidad de que el PT volviera a ser elegido, cosa que precisamente era lo que querían evitar.

Los fiscales y Sergio Moro manifestaron, durante años, que no tenían motivo político alguno, y que eran totalmente imparciales en su tratamiento de la instrucción de Lava Jato, una operación que solo tenía como objetivo (supuestamente) acabar con la corrupción en el país. Sin embargo, la información filtrada por The Intercept apoyó los señalamientos de que esta operación siempre había tenido intención política y que Sergio Moro y los fiscales de Curitiba habían utilizado Lava Jato para declarar una guerra política en contra del PT.

En 2019, 'Lula' abandonó la prisión después de que se declarara improcedente su reclusión y que todas las denuncias que tenía en su contra fueran suspendidas o archivadas por un defecto de forma. El Supremo Tribunal de Brasil consideró que el juez Sergio Moro prevaricó contra 'Lula' y le coartó su libertad, por lo que todas las investigaciones por corrupción se eliminaron.

En octubre de 2022, con más de 59 millones 801 mil 287 votos, es decir, un 50.85 por ciento del total de votantes, Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales de Brasil. Asimismo, su contrincante, Jair Bolsonaro, se convirtió el primer Presidente brasileño en no lograr la reelección. De hecho, Bolsonaro intentó impedir el triunfo de Lula.

La Fiscalía de Brasil ha señalado que Bolsonaro urdió un plan para llevar a cabo no sólo un golpe de Estado, sino también los asesinatos del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el Vicepresidente, Geraldo Alckmin, y el Juez del Supremo, Alexandre de Moraes, en el denominado plan "Puñal verde y amarillo". Todo ello, culminó con una turba de centenares de seguidores del expresidente brasileño, irrumpiendo en la Plaza de los Tres Poderes, atacando y asaltando las sedes del Congreso y el Tribunal Supremo.

Por esto mismo Jair Bolsonaro enfrenta un proceso que de hallarlo culpable podría llevarlo a pasar hasta 40 años en prisión. Por esto mismo, Trump ha impuesto a Brasil aranceles del 50 por ciento a sus productos a partir de agosto por lo que ha llamado una “caza de brujas” contra Bolsonaro.

Obed Rosas

Obed Rosas

Obed Rosas es editor de la Unidad de Investigación y encargado de la sección de Libros de SinEmbargo, en donde también se ha desempeñado como Jefe de Mesa y Editor de Redes. Es conductor de Close UP y Co-conductor, junto a Álvaro Delgado, de Siete Días, programas de SinEmbargo Al Aire. Ha trabajado en otros medios como Expansión, Newsweek en Español y Revista Zócalo. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM y estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.

Lo dice el reportero