Susan denunció una agresión sexual tumultuaria el 31 de marzo pasado. Nada pasó hasta que habló del caso en sus redes sociales. Hoy, ella y su madre se enfrentan a un aparato de justicia que actúa en su contra. Y por si fuera poco, en estos meses la sociedad la ha revictimizado, incluso en redes sociales comenzó a circular un video del ataque.
Ciudad de México, 9 de agosto (SinEmbargo).- “No te puedes acostar sin estar pensando que todo pudo ser diferente, ¿por qué uno de ellos no dijo ‘déjenla’. Con uno de ellos que hubiera dicho ‘déjenla’, no le hubieran hecho daño a mi hija”, menciona en entrevista Liz Rodríguez, la madre de Susan Saravia, estudiante de 22 años quien denunció que tres jóvenes la violaron la madrugada del 31 de marzo pasado en Campeche, y que hizo público el caso para exigir justicia.
A cuatro meses del hecho sólo hay un detenido, Ángel N, quien ya fue vinculado a proceso. Susan y su madre esperan que los otros dos agresores se entreguen pronto, o sean ubicados por las autoridades. También esperan que proceda la acusación por violencia digital que se suma a la denuncia por violencia sexual, ya que en redes sociales se difundió un video del ataque.
“Lo subieron unas chicas, tomado de un teléfono, del día de los hechos… desde el 20 de mayo está en redes sociales ese video”, relató a SinEmbargo la madre de Susan. “La denuncia está interpuesta, por la Ley Olimpia y por violencia digital”.
Liz Rodríguez menciona que en su lucha para que se castigue a los responsables se han enfrentado a un sistema no sólo machista, porque revictimiza a jóvenes como Susan, culpándola a ella de lo que le ocurrió, sino también a un aparato de justicia que carece de recursos y personal para investigar adecuadamente, por lo que ella misma ha tenido que buscar pistas y rastrear a los agresores.

En la búsqueda de justicia, ambas señalan que la estructura política y gubernamental en Campeche también es un obstáculo. Acusan que los responsables tienen relación con gente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a nivel local y con funcionarios estatales, y que esa influencia podría aplicarse para encubrirlos. El Fiscal de Campeche, Jackson Villacis, ha dicho a medios que los agresores tendrán que pagar y que no habrá privilegios.
La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se refirió al caso de Susan en su conferencia matutina, asegurando que se pondrían en contacto con ella. La madre de la joven confirmó que esto ya ocurrió y que están recibiendo ayuda legal.
“Sí, desde el viernes pasado, inmediatamente después de que la Presidenta lo dijo, ni media hora pasó y Citlalli Hernández (Secretaria de las Mujeres) se puso en contacto con nosotros, habló conmigo, y ahorita estamos en trabajo conjunto con las abogadas”, comentó Liz.
“Llevan muchos años haciendo lo mismo”
Susan denunció la violación tumultuaria en un video en su cuenta de Tiktok, en julio pasado, y entonces incluso medios internacionales reportaron el caso comparándolo con el de “La Manada” , ocurrido en España en 2016, cuando cinco hombres violaron a una chica de 18 años durante las fiestas de San Fermín.
“Soy la víctima del caso de violación equiparada tumultuaria… Yo no quería que esto se hiciera público, yo no buscaba que nadie lo supiera, pero fue el único medio por el que pudimos avanzar el caso… ya que mis agresores, son tres, estas tres personas tienen muchos contactos en la Fiscalía, tienen personas que los encubren. Entonces nuestra única forma de alzar la voz fue por medio de redes sociales”, expresó Susan.
La joven contó que aquella madrugada del 31 de marzo no “salió sola” con tres hombres. “No salí con desconocidos, uno de ellos era mi amigo. Yo lo consideraba mi amigo. Confiar en alguien no me hace responsable de lo que me hicieron. No”.
En otro punto del video acusó que en Internet se había difundido desinformación y mensajes de odio en su contra. “Yo estoy consciente de que todas esas publicaciones, todas esas páginas, tratando de invalidar lo que me pasó, vienen por parte de la familia de mis tres agresores”, agregó.
La madre de Susan también lamentó que se ataque a su hija, en lugar de señalar a los agresores, aunque por otro lado mujeres y organizaciones feministas le han manifestado su respaldo.

“Susan ha recibido todos los golpes, porque no se quedó callada. Cuando me lo contó acababan de pasar los hechos. Mi hija me lo contó, lo que ella vivió nunca estuvo en tela de juicio, nunca, de mi parte jamás”.
Al exponer su historia, otras mujeres les escribieron para decirles que los mismos hombres las habían atacado antes. Aunque por miedo no han avanzado para denunciarlo formalmente.
“Hay más chicas, nos han enviado mensajes a mí, a mi hija, creo que dos de ellas dieron entrevista a un medio, diciendo cuál es la forma de actuar de ellos. Han sido acosadas, violentadas, por estos chicos”, dijo Liz Rodríguez.
“Estas chicas, necesitamos que ellas salgan, que vayan a poner su denuncia, para que ellos paguen por lo que hicieron. No sólo es por el caso de Su, es por el caso de ellas también, ya llevan ellos muchos años haciendo lo mismo [...] Es algo que ellos estaban acostumbrados a hacer. Mi hija no fue la primera ni la última. Antes de mi hija hubieron muchas y después de mi hija hubo otra chica. Realmente eso es lo que duele… ¿Cuántas chicas más faltan, cuántas chicas más faltan por salir? Necesitamos que tengan el valor. Ya nos lo contaron, pero necesitamos que sea algo legal”, agregó.
Hay una Susan antes del 31 de marzo y una Susan después del 31 de marzo, continuó su madre, pero con todo mantiene sus metas de ser abogada penalista y estudiar una maestría, sin que lo ocurrido le impida seguir saliendo a ver a sus amistades, y divertirse como lo haría cualquier joven.
La vergüenza, dijo, debe ser para los agresores, no para las mujeres que son violentadas.
“Que no se sientan avergonzadas porque no es su culpa salir y divertirse. No es su culpa que los agresores y sus violadores abusen de ellas. No es culpa de ellas. Ella confiaba en esta persona, ella confiaba en este amigo [Susan tenía una relación de amistad con uno de sus agresores], sin embargo esto pasó. Pero no es culpa de ella”, mencionó Rodríguez.
“La puedes ver en un antro bailando, porque está joven. Porque mi hija tiene derecho de vivir, porque mi hija no es culpable de nada. Eso es algo que muchos no entienden. Su vida no acabó porque ellos le hicieron lo que le hicieron. A mi hija la van a seguir viendo disfrutando de la vida, porque mi hija es libre para hacerlo”, concluyó.




