Los Muértimer fue publicado originalmente como una trilogía. Se trata de una novela gráfica que el Fondo de Cultura Económica condensa en un solo tomo que nos trae las aventuras de Céline y Colin, unos rebeldes hermanos gemelos que viven justo a las puertas del cementerio del pueblo. Sobre esta historia, la autora Léa Mazé habló con SinEmbargo.
Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo).– La galardonada autora de cómics Léa Mazé relató cómo el haber crecido frente a un cementerio le llevó a presenciar funerales de todo tipo y a imaginar lo que significaba para la familia que trabajaba y vivía ahí. Años después, retomó esos recuerdos como parte de una serie de ingredientes que acompañan una de sus historias más reconocidos, Los Muértimer (Fondo de Cultura Económica) un relato de misterio, secretos y lo duro que implica para dos gemelos, Céline y Colin, crecer sintiéndose diferente.
“Es una historia que sí, se trata de la familia, pero también es una historia donde van a poder hacer su propia investigación, que está llena de misterio, es trepidante, está llena de suspenso y de acción, y de persecuciones, pero también de mucha emoción porque el lado emocional es muy importante para mí, pero también con mucho humor, porque yo no quería hacer un cómic que fuera así súper oscuro y triste, sino un cómic que fuera feliz y divertido, porque mis personajes así son, son felices y divertidos, y dinámicos”, comentó la autora en entrevista con SinEmbargo.
Léa Mazé sostuvo en ese sentido que el mensaje que construye “es básicamente la noción de la diferencia y de poder apropiarse de esta diferencia, y de hacerla algo súper y también de divertirse en los cementerios, porque son unos lugares increíbles”.
“Me interesaba mucho que los gemelos fueran diferentes por la profesión de sus padres, que administran el cementerio, que los llevara a que al final el cementerio se convirtiera casi, casi en un refugio para ellos, donde nadie los molestara o casi nadie pudiera molestarlos. Es un tema que es muy importante para mí, porque yo cuando era pequeña me sentía así también, de hecho hasta hace muy recientemente yo seguí obsesionada con esta idea de querer ser normal, pero me he dado cuenta que realmente sólo podemos estar bien y florecer, o crecer de alguna manera, si aceptamos realmente esas diferencias que podemos llegar a tener”, comentó en la entrevista.
De esta manera, Léa Mazé compartió cómo en el proceso de esta historia empezó a rebuscar en sus memorias hasta que trató de recordar este periodo de cuando tenía alrededor de 11 años: “Me acuerdo que en esa época había niños en mi salón de clases que estaban etiquetados, tenían unas etiquetas y era muy difícil para los adultos, particularmente, para los profesores quitarles esa etiqueta y yo creo que para los padres es muy parecido en algunas instancias, porque, por ejemplo, hay algunos padres que tienen muchísimo trabajo y eso los lleva a estar sobrecargados y generar una imposibilidad de poder ponerle atención, la atención necesaria, a sus propios hijos y eso con el tiempo va generando una ruptura”.
“De hecho me ha tocado que han llegado padres a hablar conmigo, han venido cuando presento los libros, y que me han dicho que el libro les impactó mucho y que incluso como que lo sintieron como una llamada de atención, porque les hizo reflexionar en lo mucho que un pequeño regaño, una expresión de hartazgo, en el impacto que puede tener en los niños y sí creo que es importante hablar de esas dificultades, pero también hablar de que hay soluciones”, ahondó.
Léa Mazé explicó que siempre le han gustado los relatos de misterio. “Esas historias, yo creo que tanto en formato del libro o en formato de video, movilizan mucho al lector o al espectador y hacen que hagan sus propias reflexiones, que estén haciendo como su propia investigación. Entonces, yo quise hacer esto a través de mis tres volúmenes (que el FCE reúne en un tomo), porque tienen que tomar en cuenta que como se publicó en tres volúmenes, entre cada uno había una espera y yo quería que estuvieran releyendo los libros para que pudieran estar buscando las pistas y de hecho fue muy divertido, porque después cuando lo tenía las firmas de autógrafos llegaba gente y me empezaban a contar de todas las teorías que se habían hecho con toda su familia”.






