Migrantes que trabajan en campos de Estados Unidos reclaman que el Gobierno de Donald Trump los trata “como si fueran desechables” pese a que su labor es esencial. Aunque el Presidente ha mostrado interés por hacer excepciones a sus medidas represivas en el sector agrícola, continúan las amenazas a ser detenidos de manera arbitraria en sus centros de trabajo.
Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– El temor a ser detenidos de manera arbitraria ha crecido en los últimos meses entre migrantes que trabajan en campos de Estados Unidos (EU), pues aunque el Presidente Donald Trump ha reconocido que el sector agrícola es esencial, mantiene sus políticas represivas y defiende los arrestos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en el campo, granjas y otros centros laborales.
Teresa Romero, presidenta de la Unión de Trabajadores Agrícolas de EU, lamentó que a las condiciones adversas con las que lidian trabajadores del campo, como los bajos salarios y la exposición a climas extremos, se sume la amenaza de ser alejados de sus familias.
El domingo, en una entrevista transmitida en Fox News, el Presidente Trump declaró: “Vamos a trabajar para que se cree un pase temporal donde la gente pague impuestos, donde el agricultor pueda tener cierto control, en lugar de que uno entre y se lleve a todos”.
Planteó que ese pase temporal está pensado en trabajadores que llevan años laborando en el campo y no tienen antecedentes penales. “Estoy en ambos bandos. Soy el tipo más fuerte con la migración que ha existido, pero también soy el tipo más fuerte con los agricultores que ha existido”, expuso.
Sin embargo, estas declaraciones no calman las preocupaciones de la población migrante. Romero dejó claro que son sólo dichos ya que no hay ningún plan oficial desde el Gobierno de EU. Mientras tanto, las y los trabajadores del campo siguen sideno detenidos por personas que, en algunos casos, ni siquiera se identifican como agentes de ICE.
"Donald Trump dice muchas cosas, pero la realidad no ha cambiado para los trabajadores agrícolas. Ellos siguen siendo acosados, perseguidos, detenidos, y no porque han cometido algún crimen. En realidad los están secuestrando porque son personas que utilizan una máscara, que no tienen un uniforme, que manejan vehículos que no están marcados por ninguna organización de este país. Entonces, hasta ahorita en este momento no hemos podido tener algo que él [Trump] diga concreto, como una legislación. Lo que dicen en entrevistas o en los medios sociales no es algo en lo que nosotros podemos confiar”, expuso Teresa Romero en entrevista para el programa Dos con Todo, de SinEmbargo Al Aire.
Trump reconoció en junio que su política migratoria “muy agresiva” está afectando a los trabajadores de la agricultura, la hotelería y el ocio, anunció que propondría algunos cambios y se planteó una pausa a las redadas de ICE en estos centros de trabajo, pero las detenciones continuaron.
Ante este panorama, la Unión de Trabajadores Agrícolas de EU, que representa al menos a 10 mil trabajadores en California, Oregón, Washington y Nueva York, recordó que desde la primera administración de Donald Trump (2017-2021) exige que las autoridades faciliten la legalización de las y los campesinos.
“Si de veras quisiera proteger, no nada más a los trabajadores agrícolas, a la industria agrícola de este país, nosotros ya introducimos un proyecto de ley, y lo hemos hecho ya tres veces, que fue negociado con republicanos, demócratas, asociaciones de empleadores y con la Unión de Campesinos, el cual le daría legalización a los trabajadores agrícolas que han estado trabajando en el campo y que continuarán trabajando en el campo. Si de veras [Trump] quiere solucionar este problema, ese proyecto de ley lo solucionaría. Dejemos de intimidar a los campesinos y campesinas, a sus familias, a los niños y niñas que muchas veces son ciudadanos y tienen temor de que sus papás no van a volver a la casa”, mencionó Teresa Romero.
Medios estadounidenses como el New York Times reportan que las redadas migratorias en los centros de trabajo han causado estragos en las industrias agrícolas de todo el país, donde alrededor del 42 por ciento de las y los trabajadores agrícolas son migrantes no autorizados, de acuerdo con el Departamento de Agricultura.
El diario retomó el testimonio de Nick Billman, propietario de Red River Farms, una empresa de productos de la granja a la mesa en Donna, Texas, quien dijo al diario de EU: “En este momento, no tengo ningún trabajador”.
Who is the real threat?
The farm worker, or the people hunting us? pic.twitter.com/z5ppn54fOx— United Farm Workers (@UFWupdates) June 11, 2025
Teresa Romero insistió en que no sólo basta con otorgar pases a trabajadores del campo ni aumentar el número de visas H-2A –para empleos agrícolas temporales– si no que deben garantizarse condiciones laborales dignas para esta población, "clave para que nosotros tengamos comida en nuestras mesas".
“Por ejemplo, en California en muchos lugares las temperaturas llegan a más de 40 grados centígrados durante el verano. Imaginémonos estar todo el día fuera con un trabajo físico, que están cosechando, por ejemplo, naranjas. Llegan un costal cargando, llevan las escaleras cargando, corren de un lado para otro. Físicamente les acaba su cuerpo. En las fresas constantemente están agachados. En muchos lugares no tiene ni siquiera acceso a agua potable cuando las temperaturas están tan altas. Demanda mucho del cuerpo. Yo he visto trabajadores después de décadas en el campo que apenas pueden caminar, que no se pueden enderezar, que no pueden estar parados mucho tiempo porque se cansan, tienen que sentarse. Y no estoy hablando de gente de 70, 80 años, estoy hablando de gente de 50 años que no debería pasar eso, pero ya han pasado 30 años en el campo y eso es lo que les ha afectado a su cuerpo. Ellos se sacrifican mucho y en lugar de tratarlos con dignidad y respeto se les trata, como ellos me dicen a mí, como si fueran desechables. No es justo, debemos darle a esta gente la oportunidad de tener una legalización", agregó la lideresa sindical.





