Las diferentes políticas implementadas por el Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, han afectado a los sectores más vulnerables de la población. Ahora la cancelación de las entregas de alimentos y los recortes de ayudas a los bancos de comida están causando alarma por sus consecuencias.
Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).– El periodista Dan Frosch inicia su historia en Albuquerque, Nuevo México. Con Sarah Aragón, que observa la creciente fila de personas que serpentea por la Avenida Central, esperando su ración de alimentos: melones, frijoles pintos, bagre congelado.
Sarah se pregunta cómo podrá alimentar a tanta gente.
“Este año, el Gobierno federal [de Estados Unidos] ha cancelado las entregas de alimentos y recortado cientos de millones de dólares en ayuda anual a los bancos de alimentos. Para Aragón, jefa de programación del Banco de Alimentos Roadrunner, la mayor organización benéfica de alimentos de Nuevo México, esto ha significado perder más de siete millones de libras de alimentos con los que contaba. La megapropuesta de Ley del Presidente Donald Trump, aprobada a principios de este mes, incluye recortes a los cupones de alimentos, ahora conocidos como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP)”, detalla el periodista en un texto publicado en The Wall Street Journal.
Ayer, en The New York Times, otro periodista, Tracy Kidder, ganador del Premio Pulitzer, afirmaba que en Estados Unidos había iniciado “una nueva era de hambre”. Contaba sobre los recortes a los apoyos para alimentos a las familias estadounidenses, la nueva Ley de política interna que restará alrededor de 1.2 billones de dólares a los programas sociales durante la próxima década.
Kidder decía que parte de la intención “es claramente ahorrar dinero para otros fines, como añadir más de 100 mil millones de dólares para ayudar a los escuadrones de hombres enmascarados que limpian Estados Unidos de inmigrantes indocumentados”.
Ahora Dan Frosch cuenta en The Wall Street Journal: “Los bancos de alimentos de todo el país ya estaban sobrecargados por la creciente demanda. Ahora, les preocupa que muchos más estadounidenses pasen hambre. Algunos bancos de alimentos y despensas de alimentos están presionando para obtener más fondos estatales, locales y privados. Otros están considerando recortar los servicios y la cantidad de alimentos que pueden distribuir”.
–Estamos llegando al punto en que no podemos cubrir todas las necesidades alimentarias. No sé qué tan creativos podemos ser para que la situación se alargue –dijo Aragón al periodista.
Las solicitudes de ayuda de los bancos de alimentos, incluidas las de los hogares con niños, han aumentado drásticamente en los últimos años, impulsadas por el fin de los programas de ayuda para la pandemia y el impacto de la inflación en los precios de los alimentos, explica.
“Según una encuesta reciente de Feeding America, una red nacional de bancos de alimentos, más de la mitad de los 162 bancos de alimentos, reportaron un aumento en la demanda el pasado abril en comparación con abril de 2024. A principios de este año, el Departamento de Agricultura canceló millones de libras de envíos a bancos de alimentos que formaban parte de su programa de asistencia alimentaria de emergencia para personas de bajos ingresos”, agrega.
Un programa independiente de la era de la pandemia, programado para desembolsar aproximadamente 500 millones de dólares este año a bancos de alimentos para comprar productos agrícolas, lácteos y carnes de agricultores locales, también fue recortado por el Departamento de Agricultura, detalla Dan Frosch. El Departamento aseguró haber liberado cientos de millones de dólares a los bancos de alimentos que se habían prometido previamente como parte del programa.
“Sin embargo, los bancos de alimentos afirman que ya están sintiendo el impacto de los recortes federales. [...] La organización de Pachter se enfrenta a una demanda creciente, por lo que ha abierto dos despensas adicionales en los últimos años, sumándose a las cuatro que ya tiene. En 2019, registró poco más de 59 mil visitas de personas que necesitaban alimentos. En 2024, esa cifra superó las 193 mil”.
A principios de este año, se canceló una entrega de un cuarto de millón de libras de alimentos del programa de alimentos de emergencia, según Pachter. Esa organización y otros líderes de bancos de alimentos afirman que las reducciones del SNAP incluidas en el nuevo proyecto de Ley presupuestaria afectarán los recursos al obligar a más personas cuyos beneficios han sido recortados o reducidos a acudir a despensas para obtener alimentos. Y los republicanos sostienen que los cambios al programa SNAP garantizarán que quienes reciben los beneficios trabajen, según lo requerido.
“El proyecto de Ley presupuestaria amplía los requisitos de trabajo para el SNAP, elevando el límite de edad superior para los adultos sanos de 54 a 64 años, lo que significa que estas personas generalmente tendrán que trabajar 80 horas al mes para calificar para los beneficios de alimentos. Anteriormente, los cuidadores de niños de 14 años o más no tenían que trabajar para recibir la asistencia del SNAP. La nueva legislación elimina esa exención en la mayoría de los casos”, cuenta el periodista.
Estos cambios entrarán en vigor de inmediato, mientras que otros cambios que transfieren parte del costo del SNAP del Gobierno federal de Estados Unidos a los estados se implementarán en los próximos años.
