Sol González Eguía y Ernesto Ledesma, dos de los mexicanos integrantes de la Global Sumud Flotilla, denunciaron en entrevistas con SinEmbargo cómo fueron sometidos a torturas físicas y psicológicas por el Ejército israelí tras ser secuestrados en aguas internacionales.
Ciudad de México, 9 de octubre (SinEmbargo).- La psicóloga Sol González Eguía y el periodista Ernesto Ledesma, director de Rompeviento TV, dos de los seis mexicanos que viajaban en la Global Sumud Flotilla, conformada por 40 barcos que buscaba abrir un corredor hacia Gaza para llevar ayuda humanitaria, relataron los momentos de terror que vivieron junto con decenas de activistas internacionales tras ser interceptados y detenidos por el Ejército israelí en aguas internacionales.
En entrevistas con SinEmbargo Al Aire, los dos integrantes de la flotilla, que arribaron este miércoles a México, detallaron cómo fue su detención, la tortura física y psicológica que sufrieron por parte de las autoridades israelís y las dificultades que tuvieron que enfrentar para poder regresar a salvo al país.
“Fueron muchas etapas en este proceso. El día anterior hubo una especie de prueba, el Ejército israelí rodeó dos de las embarcaciones líderes de la flotilla, intervinieron todas las comunicaciones y pensamos que ese día nos iban a interceptar. Sin embargo, se retiraron. Fue como un primer aviso de que estaban valuando la situación”, narró Sol González Eguía a Blanca Juárez y Romina Gándara en "A las Dos".
González Eguía viajaba en el velero Adara, una de las embarcaciones pequeñas que integraban la flotilla. “Íbamos en veleros y barcos pequeños y ellos (los militares israelíes) iban en embarcaciones militares. Nuestros veleros no generaban ningún tipo de amenaza, además de que eran embarcaciones con fallas mecánicas. Éramos embarcaciones pequeñas enfrentando a grandes buques de Israel”.
Por su parte, Ernesto Ledesma detalló a "Los Periodistas" que se dieron cuenta de la presencia de los buques israelís debido al ruido que generan los motores, además de que señaló que estas embarcaciones viajaban con las luces apagadas para no ser vistas.
"Por el sonido de los motores que es distinto al de la flotilla. Nuestra embarcaciones eran mucho mas precarias y en los radares se empezaba a percibir la aparición de buques que venían con la luz completamente apagada, ellos tienen una luz infrarroja que usan en las noches entonces es difícil verlos pero sí los oyes. Esa así que nos empezamos a dar cuenta de que nos estaban rodeando".
El periodista narró que en el momento que ocurrió el asalto a las embarcaciones de la flotilla, los buques comenzaron a disparar chorros de agua, la cual contenía un químico que provocaba una reacción alérgica en la piel.
"Cuando es el asalto a las embarcaciones, hay una forma que tienen de asaltar. Llegan con una manguera potente como la de los bomberos, son cañones de agua, y empiezan a aventarle agua a las embarcaciones. Esa agua tenía un químico que provocaba comezón a las compañeras y compañeros que les cayó".
En tanto, la activista González Eguía recordó que en todo momento los elementos israelís actuaron con violencia y hostigamiento. “Se nos pidió bajar la velocidad y un grupo de militares subió a la embarcación. Rompieron las cámaras, el internet, destruyeron todas las comunicaciones y ahí empezó el aislamiento”.
Durante la detención, dijo ella, fueron obligados a destruir sus propios teléfonos celulares y computadoras para proteger a sus familiares y contactos. “Ellos buscan en nuestras redes sociales, quiénes son nuestros familiares. Era un tema también de cuidado de nuestro entorno”.
Ernesto Ledesma ahondó en esta situación y dijo que la mayoría de los activistas y personas que viajaban en las embarcaciones arrojaron sus celulares y computadoras al mar para evitar que las autoridades israelís pudieran intervenirlos.
"La orden que tuvo el Ejército israelí fue no agredirnos, sino someternos quitarnos aparatos electrónicos. Nosotros sabíamos que eso iba a pasar, teníamos celulares que aventamos al océano para que el Ejército no se metiera a nuestros materiales privados. Ellos llegan y a todos nos meten al interior de las embarcaciones y hacen toda la revisión".

La entrega y la tortura
Tras ser detenidos y traslados a Israel ambos testigos coinciden en que la violencia se recrudeció cuando fueron entregados a la policía israelí. Ahí comenzó la tortura, señalan.
"Nos llevan al puerto y nos entregan a la policía de Itamar Ben-Gvir, Ministro de Seguridad, que es de los más siniestros que tiene Israel, y ahí es donde empieza la tortura a los integrantes de la flotilla. Ahí empezaron los golpes, la tortura, los golpes a compañeras, eso incluye a señoras de la tercera edad que formaban parte de la flotilla", contó Ernesto Ledesma.
Ledesma ahondó en esta situación y recalcó que todas las personas que fueron detenidas, sin excepción, sufrieron tortura por parte de la policía israelí.
"Una cosa es el maltrato y otra la tortura. Lo que nosotros sufrimos fue tortura. En algunos casos, incluyéndome, fueron golpes muy fuertes por la espalda, siempre el ataque es por la espalda, es presionarte con una llave que te meten el brazo por atrás te jalan los hombros de tal manera que casi los oyes tronar, dislocarse. El dolor no es soportable y te tumba, es cuando te caen con las rodillas en la parte baja de la espalda. Son momentos duros como nos avientan al piso".
Por su parte, Sol González mencionó que los detenidos eran obligados a permanecer callados, de rodillas y con las manos amarradas. "Ahí fue donde se dieron las torturas físicas, nos acomodaron en el piso, hubo intento de dislocar hombros, obligaban a la gente a estar de rodillas, si te movías te gritaban y golpeaban. Te quitaban tus cosas, las rompían, las tiraban a la basura, te quitaban la ropa para revisarte, fue un proceso muy largo, de muchas horas. A algunos en el puerto les amarraron las manos".
Erenesto Ledesma relató que uno de los momentos mas impactantes que vivió durante su arresto fue cuando Itamar Ben-Gvir, Ministro de Seguridad de Israel llegó al lugar y los acusó de terrorismo.
"El momento que me parece que también fue fuerte es cuando aparece Ben-Gvir, algo que no esperábamos. Cuando vemos que aparece con cámaras, se para en frente de nosotros y lo primero que empieza a decirnos en inglés es que nosotros, los de la flotilla, éramos asesinos de niños. Eso enardece a todos los activistas y empiezan a gritar fuerte y estruendosamente ‘Free Palestine’. Ese es el segundo momento que me pareció surrealista, ver a un tipo encolerizado empezar a gritarnos en hebreo, furioso se puso de que la gente gritaba ‘Free Palestine’ y se fue. A los 10 minutos viene la siguiente tortura que lllegaron los policías a golpearnos por la espalda a jalarnos las muñecas hacia abajo. Nos amarran con los cintillos y la muñecas en la espalda y las aprietan tan fuerte que la manos se iban poniendo moradas".
Tanto González Eguía como Ledesma coincidieron en que el Gobierno de Israel ejerció una tortura psicológica sistemática en contra de los detenidos, con el propósito de quebrarlos y hacerles perder las esperanzas de regresar a casa.
“Nos apuntaban en la frente con las armas, nos insultaban, no nos dejaban dormir. Dormíamos una hora nada más. Estuvimos 48 horas sin comer, 36 sin agua. El agua que nos daban era del baño. En mi celda éramos 15 personas y no salimos en cinco días”, mencionó Sol González.

Por su parte, Ernesto Ledesma indicó que la privación del sueño y la prohibición de alimento y agua fueron parte del castigo.
"Los dos primeros días completos sin alimento. Solo agua y es de la llave. Los baños no tienen desagüe. Era una situación bastante desagradable. Hubo días que a la hora de dormir a la hora encendían las luces que aunque estés dormido no puedes no despertarte. Eran 10 horas que no podíamos dormir".
Pese a las trabas por parte del Gobierno de Israel, Sol González y Ernesto Ledesma destacaron la actuación del Embajador Mauricio Escanero quien en todo momento estuvo al pendiente de su situación quien —a pesar del maltrato— logró intervenir.
"Podría decirles que a nuestro Embajador fuimos testigo de cómo lo maltrataban, lo corrían, le gritaban. Fue muy fuerte porque no solo fue a nuestro embajador, fue a varios embajadores. No había diplomacia. La lógica era asustar para que tal vez no volvieran mas, los tenían esperando de las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde para poder entrar a vernos. Era un intento masivo de desgastarnos".
Finalmente, ambos coincidieron en que el actuar de las fuerzas israelís descubre el verdadero rostro de Israel ante el mundo. “Nos querían quebrar, pero lo único que lograron fue hacernos más conscientes de la barbarie. Lo que vimos fue un intento deliberado por deshumanizar”, menciona Ledesma.





