Ciudad de México, 7 agosto (Sin Embargo) El director de la película chilena Gloria, Sebastián Lelio, inauguró en Berlín un restaurante con el nombre de la protagonista de su película, ganadora del premio del público en la pasada edición del Festival de Cine de Berlín (Berlinale).
El cineasta chileno parece haber encontrado en la capital alemana su segundo hogar y ha decidido dar el salto al mundo de la gastronomía con su nuevo restaurante latinoamericano en el famoso barrio berlinés de Kreuzberg.
En el restaurante, creado con ayuda de amigos, Lelio deleitará a sus clientes con especialidades de países como Chile, Bolivia, Argentina o Uruguay.
El director de películas como La Sagrada Familia presentó su último trabajo en la Berlinale. Gloria gira en torno a una mujer cercana a los 60 años, que sueña aún con el gran amor, lo que la lleva a visitar clubes y bares en busca de posibles candidatos.
La protagonista Paulina García recibió el Oso de Plata a la mejor actriz en la Berlinale por su interpretación como Gloria, una distinción que corona una larga vida dedicada al trabajo.
“Trabajo como un perro. Todos los días de mi vida trabajo muchísimo. No tengo consejos que darles a las actrices mayores que tienen dificultades para conseguir papeles. Mi secreto es el trabajo”, dijo a las agencias internacionales al recibir su premio.
La mujer dijo también que las actrices mayores “o gordas, o feas, que no corresponden a los tipos de belleza de Hollywood, tienen muchas dificultades para encontrar papeles”.
EL BUEN MOMENTO DEL CINE CHILENO
Los reconocimientos que ha recibido Gloria comprueban el buen momento que atraviesa el cine chileno y constituyen por otro lado el beneplácito que produce la historia de una mujer que a punto de entrar a su sexta década de vida, canta al volante mientras conduce por Santiago, disfruta del vino, el cigarrillo y el sexo.
“Es una mujer que se levanta, por encima de los golpes de la vida”, dijo la actriz, lo que para el director y ahora restaurantero Sebastián Lelio es un reflejo del momento actual de la sociedad chilena, dispuesta a “superar el pasado, a luchar por el presente y a defender su futuro”.
El triunfo de Gloria supuso, además, el regreso por la puerta grande a la Berlinale de Chile, que no estaba presente en competición en ese festival desde 1991, en que La Frontera, de Ricardo Larraín, obtuvo el premio a la mejor ópera prima.
Con información de efe y dpa
