Vida y enfermedad en tiempos de internet: la sobrexposición en redes sociales se vuelve objeto de crítica y aplausos

15/01/2014 - 1:30 am

Ruth Iorio estuvo durante 12 horas tuiteando con lujo de detalles el alumbramiento de su primer hijo. Foto: Instagram
Ruth Iorio estuvo durante 12 horas tuiteando con lujo de detalles el alumbramiento de su primer hijo. Foto: Instagram

Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).- Desde el momento que empezaron las contracciones, Ruth Iorio fue publicando uno a uno sus pensamientos sobre su labor de parto, los sentimientos, mientras que las fotos en Facebook y Twitter acompañaban la experiencia de dar a luz.

De esta manera fue que, "a través del dolor y la emoción, estaba decidida a compartir exactamente lo que fue su parto en casa como con amigos, familiares y extraños", publicó The Huffington Post al respecto. Sin embargo, lo que volvió célebre a esta madre estadounidense no fue precisamente su segumiento minucioso de la llegada de su hijo Nye al mundo, sino que a mitad de la dolorosa experiencia que significo dar a luz en su propio hogar tuviera el tiempo para tuitear y subir imágenes a Instagram.

De acuerdo con Iorio, su objetivo fue mostrar su "experiencia única, ya fuera atractiva o no, sólo para ser honesta al respecto." El resultado fueron 12 horas de mensajes vía Twitter que se transformaron en una historia íntima y cruda del comienzo de una vida que, debido a lo gráfico del formato, cautivó a más de un usuario de redes sociales.

No obstante, la exagerada exposición en la red de la que hizo uso esta joven madre también cuenta con sus críticos, quienes argumentan que este tipo de gesto no dista demasiado de aquellos internautas adictos a los selfies o autofotos, o de los entusiastas del food porn, esas fotografías de comida que a diario copan la red de redes.

"Tuitear me ayuda. Las distracciones son buenas.", dijo Iorio a través de una de sus cuentas. Foto: Instagram
"Tuitear me ayuda. Las distracciones son buenas.", dijo Iorio a través de una de sus cuentas. Foto: Instagram

A pesar de todo, el nacimiento de un bebé aún se queda corto en lo que a impacto mediático se refiere si es comparado, por ejemplo, con el decaimiento de un ser humano debido a una enfermedad mortal.

Tal es el caso de Lisa Adams, una madre y ama de casa que mantiene un blog personal sobre su larga lucha de más de un año contra el cáncer de mama. Sin embargo, es este aparentemente inofensivo seguimiento lo que le costó las críticas por parte de ciertos medios de comunicación, en particular de Bill y Emma Keller –escritores de opinión en The Guardian y The New York Times– quienes condenan a Adams por ser hacer demasiado público su dolor.

Lisa Adams narró durante un año su lucha contra el cáncer de mama en un blog que ella misma administraba. Foto: lisabadams.com
Lisa Adams narró durante un año su lucha contra el cáncer de mama en un blog que ella misma administraba. Foto: lisabadams.com

No obstante, la desaprobación de los Keller va más allá. Ambos han tenido sus propias experiencias personales con el cáncer, lo que agudizó su opinión negativa hacia el uso que Adams hizo de las redes sociales para hablar de su enfermedad, sugiriendo que lo que está haciendo no es la forma apropiada de lidiar con el cáncer, dio a conocer el sitio io9.

A pesar de esto, las críticas en internet se volcaron en contra del matrimonio de escritores e incluso columnistas de otros medios digitales, como Maryn McKenna de Wired manifestaron que las opiniones de la pareja están fuera de proporción respecto a los "problemas" que tratan de iluminar, llámense uso indebido de los medios de comunicación social y la forma en la que los recursos médicos de sistemas de salud en países como Estados Unidos se desperdician para mantener a los pacientes vivos.

Sin embargo, más allá de enfermedades y alumbramientos el tema principal sigue siendo la sobreexposición de la intimidad, sobre todo cuando esta va más allá de una simple cuestión de vanidad. Paradójicamente, la vida y la muerte suelen ser temas sensibles en los que muchos distinguen una línea infranqueable, incluso para los borrosos límites morales que cada internauta acota a su conveniencia. Pero, al menos en la red de redes, ¿son necesarios estos límites?

Ramiro Rivera

Lo dice el reportero