Angélica Simón*

El fin de la emergencia sanitaria que se vive a nivel mundial como consecuencia de la pandemia del COVID19 aún no se vislumbra cercana. En México, la curva de contagios sigue a la alza. Las semanas de incertidumbre, confinamiento y otras medidas se siguen acumulando y sin duda alguna -de verdad nadie puede negarlo ni negarse frente a esta realidad-, estamos frente a una crisis que traerá como consecuencia un impacto negativo en la economía y el ámbito social haciendo más evidentes, incluso más graves, nuestras fracturas sociales como la inequidad, el individualismo y la pobreza.

En este contexto, quizá para algunos resulte apresurado comenzar a hablar de la reconstrucción, pero entre más pronto, mejor. Las crisis son un desafío, pero también una oportunidad para cambiar, innovar y dar un giro como sociedad.

Nuestro país, nuestra economía y nuestro tejido social necesitarán fortalecerse y ser reconstruídos a partir de esto. Pero la reconstrucción no deberá ser un parche, no deberá ser sólo pensando en el momento inmediato. Gobiernos, empresas y ciudadanía debemos pensar también en consolidar nuestro futuro. Necesitamos y podemos construir un México más justo, equitativo y verde.

Mientras nuestro Gobierno discute en foros internacionales el tema de la reducción de producción de barriles de petróleo a una escala menor de lo que se le pide y acá sigue poniendo como uno de los ejes fundamentales de la recuperación económica continuar con proyectos como la nueva refinería en Dos Bocas y las termoeléctricas de la Península de Yucatán y Baja California Sur, le recordamos que todas las señales del mercado internacional apuntan a que la industria de los combustibles fósiles está en crisis y que los combustibles fósiles a futuro son un riesgo más para la economía y nos acercan a otra emergencia de impactos severos para la sociedad: la emergencia climática.

Empecemos ya la reconstrucción de nuestra sociedad desde una visión que nos aleje de esa crisis climática, una visión más solidaria, comunitaria, más local, más consciente de nuestras propias decisiones y los impactos a nuestro entorno; las industrias que han dejado de pensar solo en las ganancias financieras y han volteado a ver por el bien común, ojalá que estén aprendiendo que hay otras formas de hacer negocios, generando ganancias sin pasar por encima del planeta y de la gente.

A nuestro Gobierno le pedimos voltear a ver las energías renovables con justicia social y dejar de lado su visión de los combustibles fósiles como motor de desarrollo; dejar de fomentar la industria de la contaminación y por el contrario, priorizar las políticas económicas y de desarrollo con una visión de futuro sustentable, que preserven la salud e integridad de los ecosistemas, promuevan la justicia social y disminuyan nuestras inequidades. Sólo de esta forma podremos cuidarnos mutuamente y ser optimistas de cara al futuro.

*Angélica Simón es coordinadora de medios de Greenpeace México

Más información en https://www.greenpeace.org/mexico/participa/exige-un-futuro-verde-para-mexico

Greenpeace

https://www.sinembargo.mx/author/greenpeace

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