Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt son galardonados con el Nobel de Economía

13/10/2025 - 9:41 am

La Real Academia Sueca de Ciencias reconoció sus aportes para entender cómo la tecnología impulsa el desarrollo de los países.

MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS).- Los economistas Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt fueron galardonados con el Nobel de Economía en 2025 “por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación”, según desveló este lunes la Real Academia Sueca de Ciencias.

En su comunicado, la institución escandinava precisó que una mitad del galardón, denominado oficialmente Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel 2025, correspondió al economista Joel Mokyr, de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos (EU), “por haber identificado los prerrequisitos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico”.

Asimismo, la otra mitad correspondió conjuntamente al economista francés Philippe Aghion, del Collège de France e INSEAD, en Francia, y de la London School of Economics & Political Science, en Reino Unido; así como al canadiense Peter Howitt, de la Universidad Brown, en EU, “por la teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa”.

“El trabajo de los galardonados demostró que el crecimiento económico no podía darse por sentado. Debíamos defender los mecanismos que subyacen a la destrucción creativa para no caer en el estancamiento”, afirmó John Hassler, presidente del Comité del Premio en Ciencias Económicas.

“Durante los últimos dos siglos, por primera vez en la historia, el mundo experimentó un crecimiento económico sostenido. Esto sacó a un gran número de personas de la pobreza y sentó las bases de nuestra prosperidad”, explicó la Academia Sueca, para la cual los galardonados de ese año “explicaron cómo la innovación impulsa un mayor progreso”.

En el caso del estadounidense Joel Mokyr, destacó la utilización de fuentes históricas como medio para descubrir las causas de que el crecimiento sostenido se convirtiera en la nueva normalidad, demostrando que, para que las innovaciones se sucedan en un proceso autogenerado, no sólo era necesario saber que algo funcionaba, sino también tener explicaciones científicas de por qué, algo que solía faltar antes de la Revolución Industrial, lo que dificultaba el desarrollo a partir de nuevos descubrimientos e inventos.

Por su parte, Philippe Aghion y Peter Howitt también estudiaron los mecanismos detrás del crecimiento sostenido y construyeron un modelo matemático para lo que se denomina destrucción creativa: cuando un producto nuevo y mejor entra al mercado, las empresas que venden los productos más antiguos salen perdiendo.

“La innovación representa algo nuevo y, por lo tanto, es creativa. Sin embargo, también es destructiva, ya que la empresa cuya tecnología se vuelve obsoleta se ve superada por la competencia”, recordó la Academia.

De este modo, y de diferentes maneras, consideró que los galardonados mostraron cómo la destrucción creativa genera conflictos que deben gestionarse de manera constructiva. De lo contrario, la innovación se vería bloqueada por empresas consolidadas y grupos de interés que corrían el riesgo de verse perjudicados.

El Nobel de Economía no formó parte del legado de Alfred Nobel, ya que fue establecido en 1968 por el Riksbanken, el banco central sueco, coincidiendo con el 300 aniversario de la entidad, aunque desde entonces fue otorgado por la Real Academia Sueca de Ciencias según los mismos principios que los Premios Nobel otorgados desde 1901.

Desde su creación, había sido concedido en 57 ocasiones a 99 galardonados entre 1969 y 2025. Fue otorgado por primera vez en 1969, distinguiendo al noruego Ragnar Frisch y al holandés Jan Tinbergen. El importe del premio completo en 2025 ascendió a un total de 11 millones de coronas suecas (994 mil 410 euros).

Aghion y Howitt ya habían recibido en 2021 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas, por haber realizado “contribuciones fundamentales al estudio de la innovación, el cambio tecnológico y la política de competencia”.

Críticas al proteccionismo de Trump

Minutos después de ser galardonado, el francés Aghion reconoció que se trataba de “una sorpresa enorme” que lo había dejado “sin palabras”. “No me lo esperaba en absoluto. No encuentro palabras para expresar lo que siento”, fueron sus primeras declaraciones tras conocerse la decisión de la Academia Sueca.

En ese sentido, el economista francés anticipó que probablemente destinaría la parte del premio que le correspondía al laboratorio de investigación que impulsaba en el Collège de France, donde trabajaba en varios proyectos sobre crecimiento e inteligencia artificial, crecimiento verde y políticas de I+D.

Por otro lado, al ser cuestionado sobre las amenazas para el crecimiento sostenible, Aghion se refirió a los retos que planteaba el crecimiento verde, que implicaba conciliar la expansión económica con el medio ambiente, además del potencial relacionado con la inteligencia artificial.

Sin embargo, no dudó en señalar especialmente la amenaza vinculada a las tendencias actuales hacia la desglobalización y las barreras arancelarias, que representaban obstáculos para el crecimiento, ya que éste requería de un gran mercado, con más posibilidades de intercambiar ideas, transferir tecnologías y fomentar la competencia.

“La apertura es un motor de crecimiento. Cualquier obstáculo a la apertura es un obstáculo para el crecimiento”, resumió el economista galo, para quien en la actualidad “se acumulaban nubarrones” que impulsaban barreras al comercio y la apertura.

“No aplaudo la ola proteccionista en EU”, afirmó, ya que no era algo bueno para el crecimiento ni la innovación mundiales, aunque quiso señalar un aspecto positivo en la llamada de atención que suponía para los países europeos, que debían darse cuenta de que no podían asumir que EU y China se convirtieran en líderes tecnológicos.

En ese sentido, señaló que, tras un periodo de recuperación de Europa en términos de PIB per cápita entre la Segunda Guerra Mundial y mediados de los años 80, desde entonces el PIB per cápita promedio de la eurozona había disminuido en relación con el estadounidense, particularmente porque Europa no implementaba innovaciones revolucionarias de alta tecnología, limitándose a la tecnología intermedia incremental.

“Esto está muy relacionado con el Informe Draghi. Nos faltan políticas adecuadas”, lamentó el francés, quien echó en falta en la Unión Europea un verdadero mercado único y un ecosistema financiero adecuado para la innovación, con un mercado de capitales integrado e inversores institucionales.

“Echamos de menos todo lo que tienen en EU”, resumió al respecto, añadiendo que, en el caso de la investigación, Europa carecía del equivalente a la DARPA (Agencia de Proyectos Avanzados de Defensa), que es una forma de hacer política industrial que favorece la competencia.

Europa Press

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