Dos bestias hambrientas de sexo: NYT cuenta la historia más íntima de Trump y Epstein

18/12/2025 - 1:01 pm

Dos periodistas se hunden en los archivos y entrevistan a 30 exempleados del pederasta más famoso del siglo. Y en este trabajo, realizado para The New York Times, no encontraron pruebas que implique a Trump en abuso y tráfico de menores. En cambio revelan una relación intensa y compleja con Epstein: “Perseguir mujeres era un juego de ego y dominio. Los cuerpos femeninos eran moneda de cambio”.

Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).– Nicholas Confessore y Julie Tate cuentan que Jeffrey Epstein era un tipo estupendo y muy divertido. “Él y Donald J. Trump tampoco tenían una relación formal. Asistían a muchas de las mismas fiestas, pero no socializaban. Nunca fueron realmente amigos, solo conocidos de negocios. O, mejor dicho, no tenían ninguna relación. ‘No era muy fan suyo, te lo aseguro’”.

Pero, agregan, durante casi un cuarto de siglo, Trump y sus representantes han ofrecido versiones cambiantes, a menudo contradictorias, de su relación con Epstein, “captada esporádicamente por fotógrafos de sociedad y en clips de noticias antes de su ruptura a mediados de la década de 2000. Bajo un escrutinio minucioso desde que Epstein murió en una celda de Manhattan durante el primer mandato de Trump, su amistad —y las preguntas sobre qué sabía el Presidente de los abusos de Epstein— ahora amenazan con consumir su segundo mandato”.

Nicolás Confessore es periodista político y de investigación radicado en Nueva York, así como redactor de The New York Times Magazine. Julie Tate ha dedicado buena parte de su trabajo periodístico de los últimos meses a la familia Trump. Entre los dos entrevistaron a 30 exempleados de Jeffrey Epstein, víctimas de su abuso y otras personas que se cruzaron con él y el Presidente Trump. El diario dice que obtuvo nuevos documentos que sobre su relación entre los dos multimillonarios.

Muchas de las personas entrevistadas por este influyente diario pidieron compartir sus historias de forma anónima, alegando temor por su seguridad a manos de partidarios de Trump, “un Presidente que ha desplegado el poder del gobierno federal para perseguir y castigar a sus oponentes políticos. Algunas víctimas de Epstein ya han recibido amenazas de muerte por exigir un informe completo de las investigaciones del gobierno, según un comunicado emitido por más de dos docenas de ellas el mes pasado”.

“La controversia ha sacudido como ninguna otra el férreo control que Trump tiene sobre su base. Sus partidarios leales han exigido saber por qué el gobierno no ha actuado con mayor rapidez para desenterrar los secretos que aún conserva el delincuente sexual convicto. En noviembre, tras resistir meses de presión para que se publicaran más documentos relacionados con Epstein en poder del gobierno federal —y enfrentarse a una revuelta casi inaudita entre los legisladores republicanos—, Trump dio marcha atrás y firmó una ley que exige su publicación a partir de esta semana. Epstein tenía un talento especial para hacerse de amigos poderosos, algunos de los cuales se han visto envueltos en el continuo escrutinio de sus crímenes. Durante meses, Trump se ha esforzado frenéticamente por salir del foco, desestimando las preguntas sobre su relación con Epstein como un ‘engaño demócrata’ e implorando a sus partidarios que ignoren el asunto por completo”, dicen los dos periodistas.

Pero aunque dicen que el análisis del historial realizado por The New York Times no ha encontrado ninguna prueba que implique a Trump en el abuso y tráfico de menores por parte de Epstein, documentos y entrevistas revelan una relación intensa y compleja: “Perseguir mujeres era un juego de ego y dominio. Los cuerpos femeninos eran moneda de cambio”.

Dos bestias hambrientas de sexo: NYT cuenta la historia más íntima de Trump y Epstein
Trump, en una foto con una presunta víctima, en el supuesto avión privado de Epstein. Foto: Comité de Supervisión del Congreso de EU
Dos bestias hambrientas de sexo: NYT cuenta la historia más íntima de Trump y Epstein
Una nueva foto desclasificada hoy de Trump con el pederasta Epstein. Foto: Comité de Supervisión del Congreso de EU

Tocar estos temas en la prensa enciende a Trump, a quien le gusta usar el poder para demandar. El poder político, pero también el poder económico. Hoy The Wall Street Journal cuenta en un amplio reportaje que cuando el Presidente Trump se presentó a la reelección en 2024, él y su familia ya tenían vastos intereses comerciales que se extendían desde torres de oficinas en Manhattan hasta un campo de golf en Irlanda y acuerdos hoteleros en lugares tan lejanos como Vietnam.

“El segundo mandato del Presidente ha supuesto una importante expansión de ese imperio, con incursiones en criptomonedas, comunicaciones, productos financieros y, ahora, un acuerdo de energía de fusión. Las empresas lanzadas desde la reelección de Trump generaron al menos cuatro mil millones de dólares en ganancias y patrimonio en papel para la familia hasta diciembre, según declaraciones de la empresa y presentaciones ante la bolsa de valores”, dice The Wall Street Journal.

Mujeres como trofeos

La investigación de The New York Times concluye que la relación entre ambos hombres era mucho más estrecha y compleja de lo que el Presidente de Estados Unidos ahora admite. A finales de la década de 1980, ambos hombres forjaron un vínculo tan intenso que dejó a quienes los conocían la impresión de ser amigos íntimos, según The Times.

“Epstein era entonces un financiero poco conocido que cultivaba el misterio en torno al alcance y el origen de su fortuna. Trump, seis años mayor, era un heredero del sector inmobiliario que disfrutaba de la publicidad y exageraba sus éxitos. Ninguno de los dos bebía ni consumía drogas. Perseguían mujeres en un juego de ego y dominio. El cuerpo femenino era moneda de cambio. Durante casi dos décadas, mientras Trump se abría paso por los circuitos de fiestas de Nueva York y Florida, Epstein fue quizás su aliado más confiable. Durante la década de 1990 y principios de la de 2000, rondaron la mansión de Epstein en Manhattan y el Hotel Plaza de Trump, al menos uno de los casinos de Trump en Atlantic City y sus dos residencias en Palm Beach. Se visitaban mutuamente en sus oficinas y hablaban a menudo por teléfono, según otros exempleados de Epstein y mujeres que pasaron tiempo en sus casas”, dicen Nicholas Confessore y Julie Tate.

“Con otros hombres, Epstein podría hablar de refugios fiscales, asuntos internacionales o neurociencia. Con Trump, habló de sexo”, dicen.

Stacey Williams, quien saltó a la fama como estrella de las ediciones de trajes de baño de Sports Illustrated durante la década de 1990, le dijo esto a los periodistas: “Creo que sólo fue una búsqueda de trofeos. Creo que a Jeffrey le gustaba tener a una modelo de Sports Illustrated con ese nombre, y que Trump me estuviera persiguiendo”.

Dos bestias hambrientas de sexo: NYT cuenta la historia más íntima de Trump y Epstein
Una de las fotos desclasificadas hoy del archivo de Epstein muestra a Trump con varias mujeres. Foto: Comité de Supervisión del Congreso de EU
Dos bestias hambrientas de sexo: NYT cuenta la historia más íntima de Trump y Epstein
Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, junto a Jeffrey Epstein, líder de una red de tráfico sexual. Foto: Captura de pantalla

Nicholas Confessore y Julie Tate dicen que Epstein o su pareja, Ghislaine Maxwell, presentaron a Trump al menos a seis mujeres que los acusaron de acoso o abuso, según entrevistas, testimonios judiciales y otros registros. “Una de ellas era menor de edad en ese momento. Ninguna ha acusado al propio Trump de comportamiento inapropiado. Una de las mujeres, que nunca antes había hablado públicamente sobre la experiencia, declaró al Times que Epstein la había obligado a asistir a cuatro fiestas en su casa. Trump asistió a las cuatro, afirmó la mujer. En dos de ellas, añadió, Epstein la instó a tener relaciones sexuales con otros invitados masculinos”.

“En un correo electrónico publicado por el Congreso en noviembre, Epstein se jactó de haberle “regalado” a Trump una mujer de 20 años con la que salió en la década de 1990. Durante un vuelo a principios de esa década, Trump se insinuó a otra empleada de Epstein que viajaba con ellos, diciéndole que podía tener a quien quisiera, según otro empleado de Epstein que se enteró del incidente. Otro empleado de Epstein de esa época recordó que, ocasionalmente, Trump le enviaba tarjetas de modelos para que las examinara, como si fuera un menú”, sostienen los periodistas.

“Epstein, quien afirmaba necesitar tres orgasmos al día, explotó o abusó de cientos de mujeres y niñas antes de morir en lo que se consideró un suicidio. El Trump no está acusado de abusar sexualmente de una menor. Sin embargo, a lo largo de su amistad con el Sr. Epstein y más allá, dejó un rastro de presuntos abusos y agresiones, muchos de los cuales comenzaron a salir a la luz pública durante su exitosa campaña presidencial de 2016. Cerca de 20 mujeres han acusado públicamente a Trump de manosearlas, besarlas a la fuerza o agredirlas sexualmente, comportamientos que él alguna vez se jactó de poder realizar con impunidad gracias a su fama, pero que luego negó haber practicado. En 2023, la escritora E. Jean Carroll ganó una sentencia civil de 5 millones de dólares contra Trump por abuso sexual y difamación”, agregan.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo al respecto en un comunicado:

“Esta noticia falsa, que no vale ni el papel en el que está impresa, es solo otra regurgitación obsoleta de acusaciones falsas de hace décadas contra el Presidente Trump. La verdad seguirá siendo la misma por mucho que The New York Times intente cambiarla. El Presidente Trump no hizo nada malo y expulsó a Jeffrey Epstein de Mar-a-Lago por ser un canalla”.

El reportaje en The New York Times es muy extenso. Es la historia de dos bestias hambrientas de sexo. Y vale toda la pena.

Redacción/SinEmbargo

Redacción/SinEmbargo

Lo dice el reportero