¿El jugo de naranja es benéfico para el corazón? Un estudio reciente así lo sugiere

18/12/2025 - 2:53 pm

Un estudio reciente sugiere que el consumo diario de jugo de naranja puede generar cambios positivos en el organismo.

Por Franklin Delgado

Los Ángeles, 18 de diciembre (LaOpinión).- Un estudio reciente revela que el consumo de jugo de naranja puede modificar la actividad de miles de genes en las células inmunitarias. Los investigadores observaron una reducción en la actividad de genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial tras un consumo diario de 500 mililitros durante dos meses.

Los resultados sugieren que el jugo de naranja podría contribuir a disminuir la inflamación y facilitar la relajación de los vasos sanguíneos. Los compuestos naturales de la naranja, como la hesperidina, juegan un papel fundamental en esta función.

El consumo regular de jugo de naranja se ha asociado con mejoras en la resistencia a la insulina y niveles de colesterol. Los estudios indican que estas reducciones en marcadores de salud pueden ser significativas a largo plazo, especialmente para personas con síndrome metabólico.

Estudios contradictorios

Aunque hay evidencias positivas, algunos estudios presentan resultados contradictorios sobre los efectos del jugo de naranja.

Tomar jugo de naranja diariamente ayuda a tu corazón.
Estudios recientes analizan cómo el jugo de naranja influye en la inflamación del organismo. Foto: María Martínez, Cuartoscuro

En este sentido, llevamos años escuchando que es preferible desayunar fruta que jugo de naranja, porque el zumo solo aporta azúcares libres que aumentan el riesgo de obesidad. Sin embargo, este reciente estudio contradice esta creencia.

Muestra que, si bien es verdad que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica a la vez desencadena cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.

¿La fruta o el jugo?

La diferencia fundamental entre comer una fruta entera y beber su jugo radica en la fibra. Cuando exprimimos una naranja o licuamos una manzana, eliminamos o descomponemos gran parte de la fibra dietética, que naturalmente ralentiza la absorción de azúcares en nuestro organismo. Esta fibra no sólo ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, sino que también genera sensación de saciedad y favorece la salud intestinal.

Un vaso de jugo de naranja natural contiene aproximadamente la misma cantidad de azúcar que un refresco regular: entre 20 y 26 gramos por porción de 240 mililitros. La diferencia es que la naranja entera incluye fibra que modula la velocidad con que ese azúcar ingresa al torrente sanguíneo. Al eliminar esta fibra, el jugo provoca picos de glucosa similares a los que generan las bebidas azucaradas procesadas, aunque su origen sea completamente natural.

Tomar jugo de naranja diariamente ayuda a tu corazón.
La principal diferencia entre la fruta entera y el jugo está en la fibra. Foto: María Martínez, Cuartoscuro

La industria y el marketing

La industria de los jugos ha construido durante años una imagen de producto saludable, utilizando términos como “100 por ciento natural”, “sin azúcar añadida” o “rico en vitamina C”. Estos mensajes no son necesariamente falsos, pero presentan una imagen incompleta. Un jugo puede ser natural y, aun así, contener concentraciones de azúcar que exceden las recomendaciones diarias, especialmente para niños.

Los jugos industriales pasteurizados enfrentan, además, otro problema: el procesamiento térmico destruye parte de los nutrientes sensibles al calor, como algunas vitaminas. Aunque muchos fabricantes fortifican posteriormente sus productos, la realidad es que un vaso de jugo comercial está lejos de equipararse nutricionalmente a una fruta fresca.

¿Qué dicen los expertos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo de azúcares libres, categoría en la que incluye los azúcares presentes en jugos de frutas, a menos del 10 por ciento de la ingesta calórica diaria. Para un adulto promedio, esto equivale a unos 50 gramos diarios, cantidad que un solo vaso grande de jugo puede superar.

Nutricionistas coinciden en que la fruta entera debe ser siempre la primera opción. No solo aporta fibra, sino que el acto de masticar activa señales de saciedad en el cerebro que no se producen al beber líquidos. Además, resulta mucho más difícil consumir tres naranjas enteras que beber un jugo preparado con esas mismas tres naranjas, lo que reduce el riesgo de consumo excesivo de calorías y azúcar.

Tomar jugo de naranja diariamente ayuda a tu corazón.
El marketing ha posicionado al jugo como saludable, aunque no siempre lo es. Foto: María Martínez, Cuartoscuro

El caso especial de los batidos

Los batidos o “smoothies” ocupan un lugar intermedio en este debate. Si se preparan con la fruta entera, incluyendo pulpa y piel cuando sea posible, conservan la mayor parte de la fibra. Sin embargo, el proceso de licuado rompe las paredes celulares y facilita la absorción rápida de azúcares.

Los expertos sugieren que, si se consumen batidos, deben hacerse con proporciones importantes de vegetales, limitando la cantidad de frutas dulces.

Excepciones y matices

No todo es blanco o negro en esta discusión. Para personas con dificultades para masticar, problemas dentales o ciertas condiciones médicas, los jugos pueden ser una alternativa válida para obtener nutrientes. También pueden ser útiles para niños con bajo apetito o adultos mayores que necesitan aumentar su ingesta calórica.

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