#PuntosyComas ¬ El PRI llega a su cumpleaños 96 derrotado y en terapia intensiva

03/03/2025 - 8:17 pm

Mientras la izquierda crecía, el PRI se desmoronaba, a tal grado en que en las más recientes elecciones del 2024 apenas logró 5 millones 736 mil 759 votos en los comicios presidenciales, en respaldo de la candidatura de Xóchitl Gálvez, postulada como candidata común con PAN y PRD. Apenas el 9.54 por ciento de los sufragios totales captados en las urnas fueron para el tricolor.

Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).- A la accidentada historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) podría aplicarse con certeza la sentencia popular que advierte que “no hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo aguante”, porque cuando llega a la conmemoración número 96 de su fundación, la que ocurrió el 4 de marzo de 1929, se encuentra a un paso de su extinción, en terapia intensiva, encabezado por el más pernicioso dirigente del que se tenga memoria: Alejandro Morena Cárdenas, mejor conocido por el apodo de “Alito”, quien lleva al tricolor hacia su hundimiento total.

Después del triunfo de la lucha armada iniciada el 20 de noviembre de 1910, la Revolución Mexicana fue institucionalizada. Por iniciativa del entonces llamado “Jefe Máximo”, Plutarco Elías Calles, se fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Calles fue Presidente de 1924 a 1928, pero se mantuvo detrás del poder, en un periodo conocido como “el maximato”, durante las administraciones de Emilio Portes Gil (1928-1930), Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) y Abelardo Rodríguez (1932-1934). El PNR es el abuelo del PRI. Cambió su nombre a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) el 30 de marzo de 1938 y finalmente, desde 18 de enero de 1946, asumió su actual nombre: Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Rumbo a su desaparición como fuerza política importante en México, hay mucho de poético y de profundamente irónico en la fase terminal del PRI, que llegará a sus últimos días luego de haber sido aliado en las elecciones presidenciales del 2024 de su enemigo histórico, el PAN, fundado en 1939, como instrumento de la reacción, de la contrarrevolución que se opuso y atemperó algunas de las propuestas más avanzadas del régimen izquierdista del general Lázaro Cárdenas del Río.

Los desafortunados tiempos modernos del PRI son el testimonio nítido de su extravío y contradicción histórica, en su alianza antinatural con la derecha panista. La más reciente metamorfósis del PRI ocurrió durante su Vigésimo Tercera Asamblea Nacional, realizada entre el 7 y el 11 de diciembre del 2021, cuando el tricolor se reinventó, por lo menos en términos declarativos, como un partido de centro izquierda, progresista, socialdemócrata, y alejado de los extremos ideológicos, bajo el mando de su presidente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, y de su secretaria general Alma Carolina Viggiano Austria.

Con singular tenacidad Alejandro Moreno Cárdenas está empecinado en pasar a la historia como el supulturero del PRI. “Alito” llegó a la presidencia nacional del tricolor el 18 de agosto del 2019. En los últimos seis años el tricolor ha avanzado con paso firme hacia el abismo, al perder 11 gubernaturas, incluyendo la del Estado de México en junio del 2023. A 96 años de su fundación, la mísera cuota política para el rico empobrecido son sólo las gubernaturas de Coahuila y Durango.

Cuando “Alito” tomo la dirigencia del PRI, el Revolucionario Institucional tenía 12 gubernaturas. En 2021 perdió ocho; entregó dos más en 2022, aunque ganó Durango, con una pequeña ayuda de sus amigos del PAN y PRD; y finalmente, en el 2023, el PRI entregó la joya de la corona, la gubernatura del Estado de México, pero logró salvar Coahuila, con los votos de respaldo de PAN y PRD. En su marcha tenaz hacia el abismo, el 11 de agosto del 2024, luego de manipular los estatutos de su partido, Moreno Cárdenas logró reelegirse por cuatro años más, hasta el 2028, con la posibilidad de prolongar su dictatorial mandato hasta el año 2032.

Los años del extravío ideológico

Jesús Reyes Heroles fue el último gran ideólogo del PRI y quizá quien mejor justificación y dimensión histórica le dio a la Revolución Mexicana. Consideraba Reyes Heroles, fallecido en 1985, que el movimiento armado que se inició el 20 de noviembre de 1910 y se consolidó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, no hizo sino retomar la tradición latente del liberalismo social.

Un liberalismo, que decía Reyes Heroles, tenía sus raíces en Los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón, formulados en septiembre de 1813; que pasaba por las Leyes de Reforma y por la República Restaurada de 1867 a 1876, durante los gobiernos de Benito Juárez y de Sebastián Lerdo de Tejada, y que plasmaba sus postulados sociales en la Constitución promulgada el 5 de febrero de 1917, en la ciudad de Querétaro.

El 5 de febrero de 1979, siendo secretario de Gobernación en la administración de José López Portillo, Reyes Heroles pronunció un discurso que resultó profético para el futuro del país: "Cuando la sociedad civil sea cada vez más sociedad política, se impide que la administración supla al gobierno, que los administradores sustituyan a los políticos y que la administración, convertida en gobierno, se independice o separe del votante".

Tres años después, en 1982, llegó a la Presidencia de la República Miguel de la Madrid Hurtado, un tecnócrata gris, de muy bajo perfil y obsesionado por convertir la administración en gobierno y anteponer a los intereses del pueblo, las obsesiones de la tecnocracia. Con Miguel de la Madrid llegaron a las altas esferas del Gobierno federal los tecnócratas que se apoderaron de la Presidencia de la República dos periodos sexenales más: Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.

Los años de la traición

La administración, convertida en Gobierno, empezó a separarse de los ciudadanos, de los votantes. Formados en la política de la sumisión -hasta los extremos de la abyección-, de la disciplina interesada y convenenciera, los priístas descubrieron muy tardíamente que tanto Salinas como Zedillo habían traicionado los principios de la Revolución Mexicana.

Ese notable descubrimiento lo hicieron hasta noviembre del 2001, durante los trabajos de la 18 Asamblea General de Delegados, poco más de un año después de que el PRI había perdido por primera vez en su historia la Presidencia de la República. Emilio Chuayffet Chemor, ex Gobernador del Estado de México y ex Secretario de Gobernación, fue el coordinador de la Mesa "Principios y Valores: Declaración de Principios", en la 18 Asamblea General de Delegados del PRI, que se llevó a cabo del 17 al 19 de noviembre del 2001 en San Luis Potosí.

En las Consideraciones que sirven de preámbulo a la Declaración de Principios, los delegados priistas enjuiciaron con severidad los desaciertos de las Administraciones neoliberales de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), a quienes responsabilizaron de la pérdida de la Presidencia de la República en los comicios de julio del 2000, en los que resultó triunfador Vicente Fox Quesada, el candidato postulado por el PAN.

En su Declaración de Principios del 2001 el PRI enjuicia al gobierno de Carlos Salinas de Gortari: "Hacia 1989 se reemplazó el modelo económico del nacionalismo revolucionario por otro de marcada tendencia neoliberal en el que se otorgó mayor espacio al capital extranjero y al redimensionamiento del Estado, así como a un pragmatismo carente de fines sociales. Estos agentes generaron reducciones en el proceso económico y sobre todo en el bienestar social, ampliando aún más la brecha entre los pocos muy ricos y los muchos muy pobres en nuestro país. El modelo neoliberal ha hecho mucho daño a México y deterioró las alianzas tradicionales de nuestro partido con los sectores sociales. Por falta del apego a los valores del nacionalismo revolucionario, el PRI perdió identidad ante los ciudadanos y ante su propia militancia".

Las bases del modelo económico neoliberal que prevaleció en el País desde 1982 hasta el 2018, incluyendo administraciones priistas y panistas, fueron puestas cuando Miguel de la Madrid Hurtado llegó a la presidencia de la República y abrigó en su equipo a los tecnócratas neoliberales, con postgrados en las universidades estadounidenses de Harvard, Stanford, Boston y Yale, encabezados por Carlos Salinas de Gortari, Pedro Aspe Armella, José Ángel Gurría Treviño, Víctor Manuel Camacho Solís, José María Córdoba Montoya, Jaime Serra Puche, Guillermo Ortiz Martínez y Francisco Gil Díaz, por nombrar sólo a algunos de los más destacados.

Los años del derrumbe

Fue durante el régimen de Miguel de la Madrid Hurtado cuando algunos priistas empezaron a hacer maletas. El desprendimiento de la Corriente Democratizadora, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, en 1987, fracturó para siempre al viejo y anquilosado sistema, al que acorraló, y sobran evidencias de que también lo derrotó en los comicios presidenciales del 6 de julio de 1988.

Sin embargo, el presidente De la Madrid Hurtado operó, a través de su secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, un fraude histórico que llevó a la Presidencia de la República a Carlos Salinas de Gortari, el mandatario que con sus afanes modernizadores y neoliberales privatizó el sector paraestatal y el sistema financiero, en beneficio de sus socios o amigos, propició la escandalosa concentración de la riqueza en unas pocas manos, además de promover y consentir que el futuro de México quedara hipotecado en las redes de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Salinas de Gortari se esmeró por despojar al PRI tanto de sus símbolos como de su doctrina, de su identidad y de su legitimidad histórica, de su profunda raíz popular.

Cárdenas Solórzano y el Frente Democrático Nacional, coalición de partidos y organizaciones de la sociedad civil, fue la base que dio origen al Partido de la Revolución Democrática que se fundó el 5 de mayo de 1989. Cárdenas Solórzano fue tres veces candidato a la Presidencia de la República, en el 1988 por el Frente Democrático Nacional y en 1994 y 2000 por el Partido de la Revolución Democrática. De un desprendimiento del PRD surgió el 2 de octubre del 2011 el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que participó en la campaña presidencial del 2012 en respaldo de la candidatura de López Obrador, entonces postulado por el PRD. El Movimiento de Regeneración Nacional se convirtió en una Asociación Civil el 20 de noviembre del 2012 y el 9 de julio del 2014 el Instituto Nacional Electoral (INE) lo reconoció como un partido político nacional, que finalmente ganó la Presidencia de la República en 2018, con Andrés Manuel López Obrador.

Mientras la izquierda crecía, el PRI se desmoronaba, a tal grado en que en las más recientes elecciones del 2024 apenas logró 5 millones 736 mil 759 votos en los comicios presidenciales, en respaldo de la candidatura de Betha Xóchitl Gálvez Ruiz, postulada como candidata común con PAN y PRD. Apenas el 9.54 por ciento de los sufragios totales captados en las urnas fueron para el PRI, una verdadera miseria para un partido que durante 70 años fue invencible. En manos de Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, el PRI llega a una triste conmemoración de su 96 aniversario, en una ruta que le conduce, inevitablemente, al abismo y la desaparición.

Pedro Mellado Rodríguez

Pedro Mellado Rodríguez

Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).

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