ENTREVISTA ¬ Trump quiere una utopía que excluye a los migrantes: Federico Guzmán

29/03/2025 - 12:00 am

Al hacer un Viaje a las ruinas de las utopías latinoamericanas, Federico Guzmán expone cómo el imaginario utópico está muy presente en la peor de sus facetas: “es lo que están construyendo Donald Trump y Elon Musk, la nueva utopía del siglo XXI”.

Ciudad de México, 28 de marzo (SinEmbargo).– Lo que distingue a las utopías es su doble realidad: “un relato fantástico y una crítica política que muchas personas, a saber si visionarios o locos, llevan a la realidad”, planteó en entrevista Federico Guzmán Rubio, autor de Sí hay tal lugar. Viaje a las ruinas de las utopías latinoamericanas (Taurus).

“Algunas personas lo llevan a la práctica de manera real y esto es fascinante, y muy inquietante ante los resultados de que, por una parte, nos muestra como seres humanos que nosotros podemos construir el mejor de los mundos posibles, un mundo perfecto según nuestros deseos, pero siempre que hay un mundo perfecto para alguien, un mundo soñado para alguien, ese mundo puede ser una pesadilla para otra persona”, anotó el autor.

En ese sentido, habló de utopía a la Donald Trump con su movimiento MAGA —Make America Great Again— de la que se busca excluir a los mexicanos y a los inmigrantes latinos. “Yo estoy convencido que contra lo que se dice, el imaginario utópico está muy presente en la peor de sus facetas y es lo que están construyendo Donald Trump y Elon Musk, la nueva utopía del siglo XXI”.

“Es una utopía basada en un futurismo tecno-tópico, que las máquinas van a solucionar todos los problemas, en combinación con un inexistente pasado de esplendor en que Estados Unidos era maravilloso, cuando toda la población blanca dominaba el país y todo el mundo era feliz. Y entre ese pasado inexistente y glorioso, y ese futurismo, está construyéndose la utopía de Trump, quizás representando ese pasado blanco ario y Elon Musk representando ese tecnotopismo”, ahondó.

Federico Guzmán Rubio expone en el conjunto de textos que conforman su obra cómo a lo largo de la historia de América Latina, diversos hombres y mujeres han querido construir comunidades perfectas. Así, explora en las utopías republicanas, utopías industriales, utopías cristianas, pero también utopías racistas.

“En realidad el resultado, en términos generales es catastrófico, pero a veces no ha sido tan nocivo, es más, yo creo que el resultado más positivo que ha habido es la primera utopía, la más antigua, que se trata del libro que fue la de Tata Vasco en Michoacán. Finalmente el modelo de conquista de Cortés, de Pizarro, el modelo conquista que había primado en el Caribe era un modelo de aniquilamiento, de total arrasamiento de las poblaciones originarias y del territorio, y Tata Vasco, basándose explícitamente en la utopía de Tomás Moro, él quiere fundar una utopía cristiana alrededor del lago de Pátzcuaro y yo creo que en buena medida lo logra”, comentó Guzmán Rubio.

En su texto también recorre otros ejemplos que son totalmente contrarios, por ejemplo, cuando Henry Ford hizo fundar el perfecto pueblo estadounidense en pleno Amazonas, porque él consideraba que Estados Unidos ya estaba corrompido por los judíos. “El era muy antisemita y por los sindicatos, que había que fundar el pueblo con el American Way of Life perfecto en otra parte, lo fundan en el Amazonas y devasta la selva, incendia toda la selva y por supuesto que es un completo desastre su proyecto”. 

“Y hay otros muy simpáticos, por ejemplo, que se les dan muy bien las utopías y a mí me caen muy bien los anarquistas que fundan sus comunidades utópicas por todas partes. En Brasil, un grupo de anarquistas italianos en Santa Cecilia en Brasil funda una utopía para demostrar que el amor libre y la abolición de la propiedad privada es posible y, entonces, efectivamente hay amor libre, el primer experimento de amor libre en el mundo que se da con una mujer que podía convivir en una relación que ahora diríamos poliamorosa con dos hombres, pero por supuesto que el experimento también fracasa”, señaló.

Federico Guzmán Rubio. Foto: María Gabriela Mazzuchino.

Federico Guzmán Rubio refirió que el siglo XX estuvo marcado por las utopías. FGue el siglo quizás en que el ser humano más ha soñado, aunque se despertó con un producto más bien de pesadillas que de sueños, todas las utopías revolucionarias de América Latina, la más clara quizás fue la de Solentiname en Nicaragua, que son unas islitas en el Lago de Nicaragua, que el padre Cardenal, que el padre Ernesto Cardenal, el gran poeta, fundó una utopía que iba a ser otra vez la perfecta utopía cristiana, revolucionaria, sandinista y la verdad no iba marchando tan mal hasta que primero Somosa, los soldados de Somosa, la arrasan por ser una comunidad revolucionaria y después ya con los sandinistas en el poder la vuelven a desmantelar por lo mismo, por ser una utopía revolucionaria”.

—¿Qué dice de nosotros esta cuestión de tratar de llegar a la utopía y acabar más bien alimentando distopías?— se le preguntó.

—Creo que sacan nuestro lado más soñador, pero a la vez más fanático, porque tú no puedes concebir que lo que es para ti un mundo perfecto sea una pesadilla para alguien o alguien no esté de acuerdo. Entonces, ¿qué hace toda utopía? Toda utopía es por definición excluyente, quienes no pueden entrar en este mundo perfecto sobran y eso se ve tremendamente en el comunismo, la gran utopía junto con el fascismo del siglo XX, quienes no podían entrar en el sistema comunista, hay literalmente que eliminarlos en los Gulags. O sucede también en el nazismo, quienes no pueden entrar a la utopía aria, es una población desechable que hay que eliminar porque estorba a la formación del mundo perfecto.

Obed Rosas

Obed Rosas

Obed Rosas es editor de la Unidad de Investigación y encargado de la sección de Libros de SinEmbargo, en donde también se ha desempeñado como Jefe de Mesa y Editor de Redes. Es conductor de Close UP y Co-conductor, junto a Álvaro Delgado, de Siete Días, programas de SinEmbargo Al Aire. Ha trabajado en otros medios como Expansión, Newsweek en Español y Revista Zócalo. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM y estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.

Lo dice el reportero