El creador de contenido IZIDORE se aplicó a él mismo una tortura china para atraer seguidores y consiguió que 3 mil 600 personas lo vieran mientras lo hacía.
Ciudad de México, 24 de abril (SinEmbargo).- Un creador de contenido en Twitch, una plataforma de transmisión en vivo, decidió aplicarse la “tortura china” a él mismo para conseguir más seguidores y para monetizar más.
Hace unos días, este hombre, quien se hace llamar IZIDORE en dicha plataforma, lanzó una transmisión titulada Bits = Water Drops. Es decir, Bits igual a gotas de agua. Digamos que los bits son como likes, pero cada uno de estos bits implica una donación monetaria.
Entonces, lo que proponía IZIDORE, y en efecto llevó a cabo, es que por cada bit dejaría que una gota le cayera en el cráneo, a esto se le ha llamado la tortura china o la gota china. La velocidad y el ritmo con que caerían las gotas lo decidiría el público, pues es quien envía los bits.
Rápidamente: este tipo de tortura, aunque sí lastimaba la piel de la víctima después de un tiempo, en realidad es una tortura psicológica que no nació en China, sino en Europa. Después de un tiempo de que comienza a caer la gota, la persona no sabe cuándo caerá la siguiente y eso le va a causando ansiedad, además de una leve incomodidad, pero incesantemente.
De acuerdo con José Mateo Albuerne, editor del medio especializado en videojuegos, tecnología y entretenimiento, 3DJuegos, IZIDORE había hecho directos desde 2018 y rara vez pasaba de 100 cuentas conectadas.
Twitch streamer izidore has been BANNED for 24 hours after going viral for doing Chinese water torture on stream
The ban is for “soliciting money for self-destructive behavior” pic.twitter.com/rSn9lHTCHR
— yeet (@Awk20000) April 15, 2025
Con este reto, llegó a la estratosférica, desmesurada, sorprendente cifra de 3 mil 600 espectadores en su pico de audiencia, y una media de mil 500 a lo largo de las 16 horas y media que duró su transmisión, y su tortura.
Vivimos en la era del streaming, y parece que todas y todos formamos parte del espectáculo. Para mucha gente, la creación de contenido es una oportunidad de fama y dinero. Pero la competencia es feroz. La presión por destacar lleva a retos cada vez más extremos, a veces peligrosos.
El algoritmo que programan estas empresas que permiten las transmisión en vivo premia lo viral, lo impactante y muchas personas aprenden rápido: más views, más dinero. Pero, ¿a qué costo?”
Ahora, el público no sólo observa, participa activamente. Dona dinero, vota por retos, exige más. ¿Hasta dónde es responsable de lo que ocurre en pantalla?
¿Quién realmente tiene el control? ¿Quién crea el contenido, el algoritmo (es decir, la compañía dueña de dicha plataforma), el público? ¿O cada una de estas partes están atrapadas en un ciclo donde el like vale más que el bienestar?
Por auto infringirse daño, Twitch baneó, es decir, restringió la cuenta de Izidores.
En la era del streaming siempre hay gente así que está dispuesta a cualquier cosa por unos cuantos likes… y siempre hay público dispuesto a pagarlo. Pero cuéntame, ¿tú pagarías por ver a alguien sufrir? ¿O ya lo estás haciendo sin darte cuenta?





