Redacción/SinEmbargo

No será en Los Pinos / "Eramos semilla" / ¿Mexicanos? ¿Quiénes son? / Que no "ayuden los compadres"

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24/09/2015 - 5:59 am

No será en Los Pinos
En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, escribe que: "el primer riesgo que la logística peñista no quiso correr fue el de un plantón de los familiares de los normalistas dentro de la propia casa presidencial. Hubiera bastado con que los muy dolidos visitantes se negaran a salir de los salones gubernamentales en tanto no tuvieran las respuestas que satisfagan los mínimos de verdad y justicia para que la nota de esa toma de Los Pinos ganara presencia mundial, [...] ayer se difundió que a juicio de Los Pinos la reunión de hoy sería una especie de marco para que Peña Nieto pronuncie algún discurso de protocolo relacionado con el inminente envío de una iniciativa al Congreso para establecer la Ley General contra la Desaparición Forzada de Personas, en un esfuerzo por aparentar que se atienden las exigencias en la materia que han hecho grupos y organizaciones mexicanas y, en especial, entes internacionales como la Organización de las naciones Unidas (ONU) [...]. Pero, de confirmarse, como todo hace suponer, que al encuentro de hoy llegará Peña Nieto con más promesas, ofertas y otras argucias para ganar tiempo y mantener la impunidad, habrá en la marcha de este sábado reacciones airadas que es de esperarse no desemboquen en violencia, mucho menos si ésta proviene de provocadores".

En Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: "cuando hoy, a la una de la tarde, el Presidente Enrique Peña Nieto reciba en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a los padres de los 43 normalistas […], estará ante una de las mayores pruebas de su gestión […]Ha sido insuficiente una de las dos conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que afirma que la desaparición de los normalistas fue producto de la acción cómplice de las policías de Iguala y Cocula con el crimen organizado, solo se ha querido escuchar la primera: que no murieron quemados en el basurero, resultados que hoy presentarán en la reunión del museo. En estas condiciones llega el Presidente a la cita de hoy, donde los representantes de los padres, con todo el derecho al dolor y al reclamo, no están dispuestos a moverse un ápice de sus propias conclusiones, dejando al Gobierno el estrecho espacio de oír y aguantar […]. Padres y representantes saldrán con las mismas conclusiones con las que entraron".

En El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: "está por cumplirse un año de la tragedia en Ayotzinapa. Hoy el Presidente Enrique Peña Nieto recibe a los papás de las víctimas. A él lo van a acompañar, entre otros, algunos de los que hicieron la primera investigación y algunos de los que quieren enmendarla. A los papás los acuerpan sus abogados y quienes cuestionaron los peritajes oficiales. Ojalá que en este aniversario, más allá de tantas manos políticas metidas, tantos intereses insanos que se cruzan, no nos olvidemos de que, en el origen, estamos frente al inconmensurable dolor de mamás y papás a quienes les arrebataron a sus hijos. Es cierto que 'los ayotzinapos', como les dicen a los estudiantes allá, secuestraban camiones, vandalizaban oficinas, bloqueaban carreteras y lanzaban bombas molotov. Pero esos delitos no se pagan con la desaparición ni el asesinato. Es verdad que no eran unas 'blancas palomas', pero también es cierto que su pobreza, su histórica marginación y falta de oportunidades los convertía en jugosa carne de cañón, en débiles víctimas de quienes quisieran lucrar con ellos".

En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: "la importancia que el Gobierno federal ha dado al caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa se hace patente esta tarde, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto hable por segunda ocasión con los padres de los estudiantes. Desde Los Pinos manejan que con el encuentro de hoy en el Museo Tecnológico de la ciudad de México suman alrededor de 60 reuniones entre funcionarios de la administración federal con familiares de los 43 normalistas. De la logística, nos comentan, habrá unas 120 personas del grupo de los padres; 15 representantes del gabinete presidencial, y el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl González Pérez. Los ojos de muchos mexicanos estarán puestos en el encuentro de esta tarde".

En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: "el que hoy tendrá un día muy ajetreado es, sin duda, Roberto Campa. Como subsecretario de Derechos Humanos, le tocó atender y preparar la reunión de hoy entre Enrique Peña Nieto y los padres de los normalistas de Ayotzinapa. Y obviamente no será un desayuno en Tiffany's. De entrada porque probablemente reclamarán el incumplimiento de las promesas presidenciales de aquel decálogo de noviembre. A eso se suma, por supuesto, el choque de la 'verdad histórica' de la Procuraduría General de la República (PGR) de Jesús Murillo y la 'verdad técnica' del grupo de expertos de la CIDH. Para colmo, los deudos de los normalistas tampoco llegan muy unidos, pues por un lado están los que insisten en las protestas, inclusive extremas; y los que comienzan a deslindarse de los grupos violentos. También acudirá como testigo el ombudsman Luis Raúl González Pérez, y lo interesante es que va a petición de ambas partes".

En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: "los padres de los 43 normalistas asesinados en Cocula se reunirán hoy con el Presidente Peña Nieto, aunque no será en Los Pinos. La sede de la reunión cambió a última hora. Serán recibidos en el Museo Tecnológico de la CFE, en Chapultepec. Queda claro de parte de quién está la tolerancia. El Presidente escuchará sus reclamos y aguantará, incluso, que le pidan que se vaya. Tienen el libretito aprendido. Quienes manipulan a los padres de los normalistas quieren desviar la atención de los verdaderos culpables: la alianza narcopolítica que existe en Guerrero, y que tan bien funciona. Y esa, no se olvide, involucra a muchos personajes que siguen impunes".

En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: "los organizadores del encuentro del Presidente Enrique Peña Nieto con los padres de los normalistas desaparecidos cuidarán a detalle que se cumpla el compromiso de no llevar ni cámaras ni teléfonos, de manera que puedan hablar con franqueza y se guarde la discreción requerida".

Que no "ayuden los compadres"
En Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: "De manera categórica el vocero de los deudos, Felipe de la Cruz, reiteró con Azucena Uresti, en 'Milenio Tv', lo que por la mañana dijo en 'Radio Fórmula': los padres que perdieron a sus hijos en Iguala no quieren que una instancia internacional haga lo que la PGR tiene obligación de hacer. 'Para nosotros', dijo a Ciro Gómez Leyva, lo de crear 'otra fiscalía' 'sería volver a empezar…'. Descartan, pues, la propuesta panista de acudir a la organización de los Estados Americanos (OEA) para que invente algo que 'resuelva' el caso, y su actitud hace resaltar lo vergonzoso y estéril de los sainetes protagonizados por perredistas y petistas en el Senado. Y es que, ante la desconfianza en la investigación oficial, lo sensato será que un área específica, nueva quizá, de la PGR continúe las averiguaciones con la coadyuvancia y confianza de los padres y sus representantes; de la CIDH, los forenses argentinos y de la Universidad de Innsbruck y que, con la incorporación de peritos de irreprochable trayectoria y reconocimiento mundial, se realicen nuevos estudios en el basurero de Cocula…".

"Eramos semilla"
En Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: "hace ya mucho tiempo que el movimiento de Ayotzinapa no tiene nada que ver con los normalistas secuestrados y presuntamente ejecutados el 26 y 27 de septiembre de 2014. Los 43, más los seis asesinados y varios lesionados de la noche del 26, son una simple excusa para un esfuerzo que busca derrocar al Gobierno y establecer un nuevo modelo político y económico. Una manta que portaban ayer los manifestantes del movimiento que tomaron por enésima ocasión el Palacio de Gobierno de Tixtla señalaba al respecto de los 43: 'Quisierón (sic) enterrarnos pero no sabían que éramos semilla'. Ésa es, de hecho, la utilidad de los normalistas: convertirse en semilla para un movimiento revolucionario […]. Para los padres, la muerte de los normalistas ha sido sin duda una tragedia. Pero para el movimiento político de Ayotzinapa, distinto de los padres, es una gran oportunidad. Nunca antes había generado el movimiento tanta atención. Nunca había tenido tanto apoyo político y económico dentro y fuera del país. Nunca había podido realizar manifestaciones y bloqueos de vías de comunicación o de oficinas públicas virtualmente todos los días durante un año. Nunca un Presidente de la República había aceptado reunirse en dos ocasiones con sus líderes […]. Lenin, que sigue siendo una de las grandes guías intelectuales de los movimientos comunistas, planteaba que para impulsar una revolución primero hay que crear una situación revolucionaria. Esto es lo que están tratando de lograr los líderes de Ayotzinapa […].  Los normalistas son un medio y no el fin. El objetivo real es construir una sociedad utópica en la que todos seremos iguales y felices... aunque no queramos".

¿Mexicanos? ¿Quiénes son?
En Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: "dicen las encuestas de Parametría que en el año 2009 solo 46 por ciento de los mexicanos sabía que México se había independizado de España. En 2010, año del bicentenario, la proporción creció: fue de 53 por ciento. Cinco años después, en 2015, ese saber retrocedió abrumadoramente, hasta 32 por ciento […]. La verdad, me cuesta trabajo imaginar un mexicano que no sepa esto. Mi conclusión, un tanto melancólica, es que no conozco a los mexicanos. Estos mexicanos que no recuerdan los rasgos elementales de su historia, ¿quiénes son? ¿Qué es lo que sí recuerdan de su historia? ¿Qué memoria común los une, los define? Memoria es identidad; memoria común, comunidad […]. Algo muy serio tiene que haber cambiado en nuestra cabeza si tanto cambió, y tan rápido, en nuestra demografía, en nuestros cuerpos. En muchos sentidos, los últimos 60 años han parido, literalmente, un  nuevo pueblo de México".

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